41 años. 41 años     Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Gacetillas Argentinas 1971. Año turbulento donde la resistencia hacia la...

41 años.

41 años


 


 


Prof. Juan Carlos Snchez


Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Gacetillas Argentinas



1971. Año turbulento donde la resistencia hacia la Revolución Argentina iba en aumento, al igual que la violencia política en nuestro país. Gobernaba Lanusse, mientras se esperaba el regreso del General Perón. Jóvenes rebeldes en el Vieytes egresaban del colegio sin su diploma, mientras nos sacudían los hechos de Trelew.


Militaban por un sistema más justo. También, en algunos casos, por el regreso del anciano líder. Quien esto escribe tenía 8 años en esa etapa histórica, pero la avidez lectora pudo más para conocer de cerca lo acontecido. De ayer a hoy, la perspectiva nos indica que dicho período es el marco en el cual se inscriben los hechos posteriores a 1976.


Tuvieron que pasar 41 años para que esos jóvenes, hoy en plena adultez, recibieran lo que correspondía por derecho: su diploma de egresado del Vieytes. Pero también para el sentido homenaje a quienes el Terrorismo de Estado secuestró, mató y desapareció por sus ideas distintas, por oponerse a la injusticia y por buscar un mundo diferente.


Sin embargo, las consecuencias de la dictadura cívico - militar de 1976 están a la vista. Sobreviven a una actualidad candente. Tal como enfatizara "Taty" Almeida durante el acto de homenaje a los compañeros desaparecidos en el comercial de Caballito, al "Por algo será" debe oponerse que ellos están presentes porque militaban por un proyecto político y social. Como diría Osvaldo Bayer, triunfó la Ética.


Ocurre que la historia tiene sus caminos. Y ellos no desaparecieron. Están presentes entre nosotras y nosotros. Hasta ahora, son 20 compañeros. Pero seguramente, debe haber muchos más que no conocemos. Ocurre que el Vieytes jamás tomó la iniciativa para reconstruir su pasado. No fue casualidad. Se encontraban muchos de los protagonistas de aquella época. Y como lo destacó Hugo Soriani, periodista de Página 12, hubo "directivos, profesores y preceptores" que denunciaban a los compañeros ante los genocidas, además de las amonestaciones. De eso también hay que hacerse cargo.




Este cronista vivió su adolescencia en aquel colegio donde, como recordó un egresado de la Promoción 1982, medían el cabello a ver si estaba a 2 cm. del cuello de la camisa. Cabello corto, el rastro represivo que algunos, podemos recordarlo, esquivaban a fuerza de pinzas y gomina.


Triunfó la Ética. La historia se hizo carne en el "Hipólito Vieytes", con este acto calificado de "pedagógico" por el colega Darío Balvidares en su alocución durante el acto. Nada podrá borrar a esos compañeros que hoy están en el mástil del patio, del mismo que supo albergar sueños e ilusiones como también tristezas.


Pese al oscurantismo puesto de relieve durante años, y a punto de jubilarse este cronista, la satisfacción es enorme. Porque se hizo memoria. Solamente falta terminar de conocer la verdad y hacer justicia.


Sin embargo, aún hay fantasmas. Todavía rondan algunos de aquella época. Otros se jubilaron. Pero gracias a la Promoción 1971 pudimos vencer a algunos. Será cuestión de seguir bregando por la memoria histórica, la misma por la cual tildan de loco a este cronista. Sucede que es necesario saber nuestro pasado para conocer nuestro presente. Y por supuesto, avizorar el futuro para que no ocurra nunca más.


Y también debemos reconocer que la actual etapa política por la cual transita nuestro país, más allá de los lógicos disensos, contribuyó a que hoy podamos decir que el Vieytes tiene desaparecidos. Ayer decíamos que era posible, porque solamente se había hallado a uno.


Pero también nos encontramos con una sorpresa. Más aún, para quienes ejercemos el periodismo. Y no lo sabíamos: Raymundo Gleyzer era uno de ellos. Precisamente, el creador del Cine de la Base, quien afirmó que "nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuarán" en 1974.


Sin desmerecer al resto, fue quien supo retratar esa etapa histórica tan problemática y febril a través de documentales como "La tierra quema", "Cuba", "La revolución congelada", "Ni olvido ni perdón" y "Me matan si no trabajo y si trabajo me matan".


41 años. No es poca cosa. Tal vez, demasiado tiempo de espera para hacer memoria. Pero todo llega. Y el Vieytes comenzó a recuperar lo olvidado. Pero todavía falta recorrer mucho camino aunque, como bien expresa Antonio Machado, "caminante no hay camino, se hace camino al andar" y eso, precisamente, ha comenzado...

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