Gratitud Militante: Entre el festejo y el reencuentro.

Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Visiones Argentinas.

No fue una reunión cualquiera. Se trataba, ni más ni menos, que un merecido homenaje a un compañero como Alfredo Grande, quien abrió su casa, Ático, para compartir experiencias y militancias diversas con un notable pluralismo que pocas veces puede encontrarse.

Pero también fue la oportunidad para dar cuenta de las necesidades de esta Cooperativa de Trabajo en Salud Mental que, desde hace 27 años, viene prestando servicios a la comunidad y que hoy se encuentra en una encrucijada impuesta por el capitalismo que supimos conseguir: el pago de un alquiler. De allí, la convocatoria al petitorio "Una casa para Ático" que, por supuesto, acompañamos y compartimos con las y los compañeros presentes.

Las militancias diversas fueron aflorando con la presencia y participación de Diana Maffía, Héctor Polino, Andrea Vázquez, Pablo Pimentel, Oscar Ciancio, Jorge Garaventa, Vilma Ripoll y tantas y tantos compañeros que estuvimos presenciando un reencuentro en donde la izquierda, el socialismo, la salud mental y Cromañón se dieron la mano.

Párrafo aparte, merece la oportuna presencia del compañero Herman Schiller, quien llegó luego de su Leña al Fuego, para aportar esa luz como solo él sabe hacerlo.

65 años no son nada. Pero también son muchos. Y mucha agua ha corrido bajo el puente, con las experiencias acumuladas durante los ' 70, ' 80 y ' 90, en donde intentó construir esa amalgama de la implicación, la que nos lleva a la coherencia entre el pensar, el decir y el hacer.

Por eso también hubo festejo. Porque su generosidad formó parte de las anécdotas que se sucedieron a lo largo de la tarde. La de Pablo Pimentel, sobre la ayuda a un padre que no quiso enviar a su hijo al servicio militar o el recuerdo de Beba Balvé, a través de su hermana.

Gratitud Militante fue un punto de partida. Y debe serlo para construir otra alternativa política y social. Soñar es gratis. Y se trata de vivir por deseo y no, por mero mandato.

Y seguramente, vendrán nuevas tardes en donde puedan fluir experiencias militantes como las de Zito Lema o de Laura Taffetani. Con el acompañamiento de Claudia Rafael, Silvana Melo, Fernando Tebele y María Eugenia Otero, con quienes compartimos la labor de informar lo que sucede, rechazando la falsedad u omisión del relato oficial.

Simplemente fue un momento en donde todas y todos los que estuvimos presentes nos quedamos pensando entre los aforismos implicados y el capitalismo que sigue matando, entre la lucha del pueblo qom y la cultura represora que insiste en desconocerla.

Y ojalá vuelva una tarde como la del pasado 8 del corriente. Para poder seguir soñando, para seguir construyendo otra Argentina que merezca ser vivida con plena igualdad de oportunidades...