Parazo de la prensa escrita.

El pasado 7 de junio, Día del Periodista, tuvo lugar el primer paro después de 27 años, con la movilización de cerca de 1.500 compañeras y compañeros frente a AEDBA, en un recorrido que incluyó a La Nación, Editorial Atlántida, La Prensa y Ámbito Financiero, siendo el dueño de este último medio, el principal referente de AFERA, la cámara empresarial que responde al kirchnerismo.

Este paro que sorprendió a muchas y muchos, tal como se informara oportunamente, fue consecuencia de la intransigencia patronal y de la dictadura que llevaron a cabo en todos estos años, mediante míseros salarios, precarización laboral y persecución sindical.

Sin embargo, las movilizaciones contra el cierre de Crítica, contra los despidos en Perfil o por la libertad sindical en Clarín fueron el prólogo de esta enorme movilización que se venía gestando desde hace varios años, con la finalidad de recuperar la paritaría única de los trabajadores de prensa, en el medio de la disputas entre patronales oficialistas y opositoras.

Mientras las patronales se jugaron a fondo por el fracaso para que volvieramos a las negociaciones de acuerdo a sus condiciones, se llevaron la gran sorpresa porque, aún donde el paro general no pudo llevarse adelante, los trabajadores dieron muestras de su apoyo masivo a esta lucha -como lo expresó el gran corte de calle por parte de más de 500 trabajadores de Clarín el día anterior o los retiros de firmas y asambleas en otros diarios.

Ayer estaba prevista una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo entre los paritarios y las cámaras patronales, la que seguramente reflejará la nueva relación de fuerzas pero tampoco puede descartarse el incremento de las presiones junto al Ministerio de Trabajo para la suspensión de las medidas de fuerza o directamente dictar la conciliación obligatoria.

Según afirmó La Naranja de Prensa, si no hay respuestas a los reclamos efectuados, se profundizará el plan de lucha a raíz de la conciencia histórica acerca de la lucha que se está dando.