A horas de haberse conmemorado el Día del Periodista, cabe reflexionar sobre el periodismo y las y los periodistas en nuestro país teniendo en cuenta la actual coyuntura que hace acordar a etapas que parecían superadas desde diciembre de 1983.
Nunca fue fácil hacer periodismo en todo el mundo. La lista de periodistas encarcelados, asesinados, torturados y desaparecidos dan cuenta de la peligrosidad del oficio cuando se cuestiona al poder de turno, ya sea en gobiernos de facto o democráticos. Ahora bien, ¿qué los llevó a continuar su práctica sistemática a pesar de saber su próximo destino ?. Su conciencia de clase, como trabajadores de prensa y aquella que los orientó acerca del rol del periodismo en el país que se encontraban, en el contexto socio - histórico que vivían.
Nuestra labor informativa en este humilde medio tampoco estuvo exenta de riesgos. Desde hace 10 años estamos en Internet, a pesar del hackeo de Gacetillas Populares, de los cortes de nuestra conexión a la web y de ciertas sugerencias recibidas desde el poder en algún momento. Sin embargo, todavía seguimos en esta trinchera que elegimos al igual que quienes hoy se encuentran en los medios alternativos, comunitarios y populares, nacidos al calor de la crisis de 2001.
Distinta es la situación de quienes trabajan en los medios hegemónicos o que responden al oficialismo, salvo honrosas excepciones, pues han preferido resignar el fuego sagrado del periodismo para obtener un salario. Desde luego, sabemos que lo necesitan para mantener a sus familias y ello constituye un fuerte condicionante para su trabajo habitual.
Siempre se ha dicho que el periodismo es el cuarto poder. Pero es un mito arraigado y estimulado por los multimedios para perpetuar su dominación, pues intentan demostrar que ellos son los que ponen o sacan funcionarios, los que indican la política económica y social, y los que premian o sancionan a los personajes públicos de acuerdo a sus intereses que, por supuesto, son los mismos que tiene el poder económico argentino y mundial.
Pero el ejercicio por parte de los medios alternativos solamente tiene el límite que pretenda imponer el poder político, de acuerdo a lo que le indique su par económico, habida cuenta de la existencia de las redes sociales que multiplican la información a miles de personas.
Estos condicionantes que hemos mencionado, muchas veces, impiden que el o la periodista actúe de acuerdo a sus convicciones. En los medios comerciales, la autocensura es ley y en los alternativos, se avanza en la medida que la coyuntura permita hacerlo.
¿Qué es la conciencia periodística?
Cada ser humano tiene un pensamiento de acuerdo a sus vivencias, a sus prácticas políticas y sociales, y al contexto socio - histórico en el cual se desenvuelve. Luego, su formación sistemática o asistemática completarán su esencia que lo llevará a tomar partido en diferentes situaciones con menor o mayor riesgo para su integridad física o mental.
Hace muchos años, el periodismo no era una carrera universitaria. Quienes estaban en los medios eran escritores, poetas o tenían otra formación que no era precisamente del campo de las Ciencias de la Información. Sin embargo, tenían una cosmovisión que los llevaba a actuar de acuerdo a su conciencia y a sus convicciones.
La conciencia periodística parte de la conciencia de clase, de saberse trabajador, de sentirse formar parte de la clase trabajadora y de realizar acciones consecuentes con ella. Es decir, es la conciencia aplicada a la labor periodística en el marco de un contexto de libertad y pluralismo. Suena utópico en estos tiempos. Pero debería formar parte de quienes hoy se encuentran trabajando en los medios hegemónicos aunque, como se sabe, "la necesidad tiene cara de hereje" y los lleva a renunciar a ello en sus prácticas habituales.
Quienes estamos del otro lado, partimos de esa conciencia, de ese ser trabajador aunque no recibamos ningún salario o remuneración. Por eso todavía podemos dar cuenta de aquellas realidades que se ocultan o que no se difunden en los grandes medios. Nuestra gran limitación es la falta de masividad de nuestras acciones informativas, a pesar del avance tecnológico, pues solamente llegan a quienes están convencidos de nuestro ideario.
Hacia otro periodismo
Todos los años se renueva el espíritu de lucha en unas y unos cuantos compañeros que han conservado su conciencia periodística en menor o mayor medida. Otros seguirán su derrotero, vendiendo su alma al diablo pero muchos más buscarán la salida hacia otro periodismo.
No es extraño el fenómeno de los blogs o páginas web que tienen algunas y algunos compañeros para romper el cerco impuesto por sus patrones. En los últimos años, se advierte su crecimiento partiendo del trampolín de su actividad en los medios hegemónicos. Y ello, en parte, es saludable porque indica que todavía existen periodistas con conciencia acerca de la realidad del mundo en el cual vivimos.
Y quienes estamos en la vereda de lo alternativo, vemos con asombro como esos medios del capital no tienen otro remedio que tomar sus informes y notas acerca de un hecho determinado. Ello indica que existimos. Que estamos. Que estamos modificando el mundo que nos toca vivir.
Pero el capitalismo marca límites insalvables para la conciencia periodística y para el ejercicio del periodismo, porque siempre tratará de levantar obstáculos para perpetuar la dominación por parte de ese grupo minúsculo que se cree mayoría.
No obstante, todavía nos queda la lucha para llegar hacia ese periodismo con memoria, verdad y justicia, para estrechar lazos con quienes pueden esquivar los mandatos de sus patrones y colar esa línea necesaria para dar cuenta de las necesidades urgentes del pueblo.
Y que los estudiantes de Periodismo abran sus ojos. No se trata de trabajar en "los grandes medios" como les venden en la Facultad. Se trata de construir los propios junto con otras y otros compañeros, como lo hicieron muchas y muchos en la década del ' 70, acompañando a las distintas expresiones políticas y sociales del lugar en donde viven.
Cuando coincidamos todos en un proyecto común, será el día en el que nacerá otro periodismo y seguramente será la conciencia periodística, la que cobrará una nueva vida y otra dimensión diferente a la actual.
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