Por Andrés Sarlengo
A horas del día del periodista en Argentina intentamos reflexionar qué rol nos corresponde en estos tiempos de extractivismo, desmemoria, desubjetivación y rebeldías por venir.
El 7 de junio es el día del periodista.
De Mariano Moreno a Rodolfo Walsh el periodismo es eminentemente político, a favor de algunos y en contra de otros.
Con más de quince años de labor periodística tratamos de ser coherentes con nuestras ideas, sentimientos, deseos y aspiraciones.
No hay buen periodismo sin estudio, reflexión, honradez y dedicación. Se trata de saber leer el mundo y la realidad próxima e histórica. A las noticias las encontramos precisamente entre los archivos y las calles.
El título de un libro de Camilo Taufic es terminante: “Periodismo y lucha de clases (1)”. ¿Acaso Lanata; 6,7, 8; TN, En la Tecla, El diario de la Tarde o la FM Dale emiten sus mensajes por fuera de las relaciones sociales imperantes? ¿Da lo mismo abrirle el micrófono a Lucas Huergo que a Ana Braghieri? Observe bien y preste atención quiénes frente al extractivismo sojero y Monsanto eligen entrevistar al Ingeniero Rodolfo Rossi (Acsoja) o reivindicar a Andrés Carrasco. En esa elección y las preguntas hay lucha de clases.
Tal vez Taufic exagere pero vale citarlo: “Podemos ser dirigidos por la prensa sin advertirlo. Y no existe en ningún diario (o radio, tv, internet, agencia, etc) la información por la información: se informa para orientar en determinado sentido a las distintas clases y capas de la sociedad, y con el propósito de que esa orientación llegue a expresarse en acciones determinadas (1)”.
Contrapuntos -mi programa de radio- no es objetivo: se dirige y orienta hacia… Nos preguntamos como Ricardo Horvath: ¿Qué hacer con la radio?, ¿Qué hacer desde la radio?... Y yo -no sé Ricardo ahora- insisto con la sugerencia de Taufic: entrevistas y noticias contra los opresores de clase.
La radio es un medio de difusión noble, accesible, bello, rápido, preciso; pero lamentablemente en la ciudad y la región somos pocos quienes pretendemos que además de “funcionar y entretener permanentemente”, la radio sea escuchada y promueva el pensamiento. Horvath escribía en diciembre de 1990 que la radio debía ser “un misterio de confabulación y amor entre dos: el que habla y el que escucha (2)”.
De Moreno a Walsh, de Lanata a V. H. Morales el periodismo es eminentemente político. Taufic nuevamente: “Veremos que se informa con el objeto (oculto o manifiesto) de influir en la conciencia y en la conducta de las personas (1)”.
Con todo, la plutocracia es tan perversa que niega y encubre sus influencias poderosas y nos propagandiza su libertad de prensa independiente y plural. Herbert Marcuse viene a proponernos su mirada anti-unidimensional: “Con la decadencia de la conciencia, con el control de la información, con la absorción de la comunicación individual por la de masas, el conocimiento es administrado y confinado. El individuo no sabe realmente lo que pasa; la poderosa máquina de educación y diversión lo une a los demás en un estado de anestesia en el que todas las ideas perjudiciales tienden a ser excluidas (3)”.
Sintetizando: la plutocracia “administra, confina y orienta” la comunicación social, el periodismo y el conocimiento para que no sepamos y podamos desentrañar qué realmente nos sucede como seres humanos.
El 7 de junio es el día del periodista; y no hay periodismo fuera de la lucha de clases.
Ya lo señalaba Rodolfo Walsh años atrás: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires.
Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas."
En definitiva, la “operación masacre cultural” continúa. El extractivismo sojero no sólo es producción de semillas, aceites y dinero, sino de relaciones que lastimosamente dirigen y se entrometen en las agendas mediáticas y gubernamentales de la zona. Los “Monsantos y sus socios” nos pulverizan con agroquímicos y silencios coadyuvantes.
En este día del periodista queremos así seguir en este camino: un programa de radio contra la plutocracia, periodismo (práctica política) -aprendiendo de Martín Almada- que desea “despertar a los dormidos y organizar y movilizar a los despiertos”.
Lejos de la neutralidad, entre el archivo y las calles preguntamos para juntos parir la democracia.
Notas:
(1) Ediciones Akal. 1986.
(2) Qué hacer con la radio. Ediciones Letra Buena. 1994.
(3) Eros y civilización. Ariel 2010.
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