Foto: Gentileza Manu Pineda
La tan proclamada tregua por 72 horas apenas duró 20 minutos. Así lo informaba el compañero internacionalista Manu Pineda desde su Twitter: "Antes de las 8 y 20, francotiradores israelíes disparaban en la zona de Al Sha'af".
Las mezquitas, colegios y hospitales de Gaza fueron, y son, los primeros objetivos de las fuerzas israelíes de ocupación. Inclusive, una de las pocas fábricas que había en la Franja de Gaza, una fábrica de galletas, fue bombardeada en la noche del pasado 31 de julio.
El pasado viernes se conoció que un total de 137 escuelas, del Gobierno y de la @UNRWA, fueron dañadas por los ataques de las fuerzas israelíes de ocupación, los cuales incluyeron a la central eléctrica, la telefonía e Internet en el intento de un apagón que permita ocultar las consecuencias del etnocidio que se lleva a cabo en Gaza.
Se calcula que el total de desplazados es de más de 457.000 personas, más de la cuarta parte de la población de la Franja; de las cuales, 254.188 se encuentran en las escuelas @UNRWA; 18.000, en escuelas públicas; 7.000, en refugios informales y 200.000, en casas de familiares mientras que fallecieron más de 1.600 palestinos y de ellos, 929 son civiles y 191 pertenecían a grupos armados.
Todo esto se conocía tras la ofensiva sobre Rafah que obligó al desplazamiento de miles de personas. 30.000 de ellas se encuentran refugiadas en 10 escuelas de la UNRWA.
Lo más grave es la muerte de 296 chicos; 109 niñas y 187 niños, y de los cuales, 203 eran menores de 12 años. Pero al menos Hadar Golden, oficial élite de las fuerzas de ocupación, no podrá seguir matando porque fue capturado por la heroica Resistencia Palestina, según informaba la activista venezolana Valeria Cortés.
Pese a este lúgubre panorama, la comunidad internacional sigue mirando hacia otro lado. Los dobles discursos de EE. UU. y la Unión Europea son aterradores. Y nos llevan a la conclusión de un genocidio planificado. Como en la Segunda Guerra Mundial, se prefiere la paz de los cementerios para apoderarse de los recursos gasíferos existentes en las aguas que rodean a Gaza.
Solamente los gobiernos de Latinoamérica han expresado su repudio contundente. Cuba, en dos oportunidades; Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia, incluyendo el llamado a consultas de sus embajadores ante el Estado de Israel y la exigencia de visas a los israelitas que estableció el Presidente Evo Morales.
Mientras tanto, la Argentina tuvo una tibia condena y solamente se preocupó por el Padre Hernández, sus niños y personas con discapacidad que asiste en la parroquia Sagrada Familia, en ocasión de citarse a la embajadora Dorit Shavit en la Cancillería. A ellas y ellos, no... Pero pareciera que el resto de las y los palestinos no cuenta para el gobierno argentino.
Fuentes: Manu Pineda y Valeria Cortés en Twitter.
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