Por el Lic. Héctor Giuliano
En el marco de la ola de re-endeudamiento y toma de nueva Deuda K, esta semana pasada (al 24/04) hubo algunas novedades de importancia, la principal de las cuales fue la emisión de títulos públicos Bonar 24.
El gobierno colocó 1.400 Millones de Dólares (MD) en Bonos de la Nación Argentina con fecha de vencimiento 2024, esto es, con plazo de 10 años.
El monto original licitado era de 500 MD pero como el interés o “apetito” por los bonos argentinos resultó muy alto -se presentaron ofertas por casi 1.900 MD (3.8 veces lo solicitado)- el Ministerio de Economía (MECON) decidió ampliar la colocación a los 1.400 MD citados.
La palabra “apetito” se usa en la jerga financiera como eufemismo para denotar el grado de presión de los capitales financieros para que el país emita deuda que les cubra sus grandes excedentes de dinero ocioso y a tasa conveniente.
En este caso, el rendimiento que ofrecen los Bonar 24 es récord o está entre los más altos del mundo: casi el 9 % anual.
Los bonos devengan una Tasa de Interés Nominal de 8,75 % pero como se colocaron bajo la par, el rendimiento real que ofrecen es de 8,96.
Esto es así porque los Bonar 2024 -que ya se emiten al amparo de resoluciones existentes y en función del Presupuesto 2015- se cotizaban al 21,4 a 107 dólares por cada lámina de 100 pero el precio de corte de la licitación oficial fue de 103, y además los bonos tienen la ventaja para el inversor que participan del próximo pago semestral de intereses, que cae el 07/05.
El llamado a licitación se hizo por comunicado del MECON del lunes 20/04 y la fecha límite de recepción de ofertas era al día siguiente, martes 22, a las 15.00 horas, de modo que se trataba obviamente de una operación pre-acordada ya que deviene muy improbable que los inversores financieros puedan tomar estas decisiones importantes en tan poco tiempo a menos que tengan información previa al respecto.
El rendimiento acordado del 8,96 % (exactamente 8,956) -que corresponde al precio de corte de 103 US$ /100- fue aceptado a un nivel poco menor al máximo requerido por los inversores, que era de 9,597 %, y levemente por sobre los del Precio Promedio Ponderado (8,942 %).
Esto es así porque el bono fue colocado ligeramente bajo la par (99 %) y además conlleva los intereses corridos hasta el 07/05.
En todos los casos se trata de niveles de rendimiento financiero récord en el mundo y se corresponden con la elevada tasa de riesgo - país existente, que en la actualidad es superior a los 600 Puntos Básicos (617), es decir, unos 6 puntos porcentuales de interés por encima de la Tasa que pagan los Bonos del Tesoro Norteamericano a 10 años de plazo, según el índice EMBI+ del JP Morgan.
La tasa de estos bonos de referencia de los Estados Unidos hoy está en casi 2 % anual (1,886), por lo que en este caso de los Bonar 24 el gobierno Kirchner habría aceptado pagar un rendimiento aún mayor que el que teóricamente le hubiera correspondido según la sobretasa de costo - país.
Estas aparentemente pequeñas fracciones decimales son importantes cuando se aplican a cifras de miles de millones de dólares -como en este caso- y, sobre todo, cuando se cuantifican sobre los niveles de tasas récord a los que el gobierno Kirchner está emitiendo su nueva deuda.
En la colocación de estos Bonar 24 habrían intervenido el Deutsche Bank y el BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria) -que por este motivo fueron observados por el juez Griesa, a pedido del fondo buitre NML (de Paul Singer)- si bien el Ministro de Economía Kicillof aclaró expresamente que no se pagaron comisiones por la operación.
Se dijo que ambos bancos habrían comprado 1.000 y 400 MD respectivamente -no se sabe si para su cartera propia o, como es más probable, para revenderlos en el mercado secundario- pero según el gobierno no habrían actuado como bancos agente o colocadores.
De hecho, se dijo que una parte de estos nuevos Bonar 24 fueron adquiridos con plata de los jubilados, esto es, a través del Fondo de Garantía (FGS) de la ANSES, y que otra gran parte fue comprada por compañías aseguradoras; por lo que no queda en claro quiénes fueron los adquirentes de los títulos.
El MECON nunca suministra información sobre los tomadores de deuda, de modo que estas colocaciones de bonos son -indebidamente- de carácter secreto.
El destino de los fondos obtenidos con la colocación de los Bonar 24 tampoco está claro. El ministro Kicillof dijo textualmente que esa plata se va a utilizar para obras de infraestructura y, en particular, para programas de vivienda, pero la Resolución conjunta Nº 327 SH (Secretaría de Hacienda) - 90 SF (Secretaría de Finanzas), que dispone la operación, no aclara nada al respecto.
De hecho, por tratarse de bonos, estos títulos no tienen destino específico; caso contrario debieran contraerse créditos específicos (que ya se tienen con organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial y el BID) o vía empréstitos.
Por otra parte, conforme las autorizaciones del Presupuesto 2015 (Ley 27.008) -a las que sí hace referencia la resolución conjunta citada- lo que dice es que se autoriza contraer deudas para refinanciar íntegramente los vencimientos de capital del ejercicio y además tomar nueva deuda financiera, sin hacer mención a afectaciones específicas.
Estos 1.400 MD -como todas las colocaciones que se vienen llevando a cabo últimamente (caso de los Bonac)- son, en realidad, parte del aumento de la deuda pública financiera previsto en el Presupuesto 2015, que para este año proyecta un incremento de la misma en 17.700 MD.
Por ende, en principio, no es cierto que esta nueva deuda por Bonar 24 se tome para financiar obras públicas sino -exactamente al revés de lo que dice el gobierno Kirchner- para seguir pagando “deuda con más deuda” (y deuda a tasa más cara).
Es parte de la engañosa política oficial de vender la imagen de supuestos éxitos o victorias frente a lo que, en realidad, son verdaderas concesiones financieras a los acreedores.
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