Por Carlos Del Frade
(APe).- -Tal vez nos hayamos extralimitado en ser tan transparentes – dijo el gobernador Antonio Bonfatti para justificar que el tribunal electoral de la provincia de Santa Fe no tuvo en cuenta más de 200 mil votos emitidos el domingo 19 de abril pasado.
Más allá de estas cuestiones, del otro lado de las urnas, la cuestión social también muestra, a su manera, la transparencia de la violencia cotidiana.
Una crónica periodística sostenía que “sólo al Hospital de Niños Víctor J. Vilela de la ciudad de Rosario ingresa día por medio un niño con signos de haber sufrido algún tipo de maltrato. En el último mes se conocieron el caso de un bebé de seis meses que llegó con fuertes golpes en el rostro propinados por su madre, una mujer de 29 años con serios problemas de adicción; y el de Ian Ezequiel Almada, de tres años, que falleció tras haber sido golpeado sistemáticamente.
En el primer caso, la madre de Elías tenía antecedentes de maltrato hacia otra hija y existía un pedido de ayuda a organismos estatales por parte de la familia para tratar su adicción. En el segundo, la autopsia de Ian mostró incontables lesiones actuales, pero también de vieja data que no fueron detectadas.
La directora de Niñez de la provincia, Fabiola Piemonte, explicó que “la mayoría de los casos donde se adoptan medidas de protección excepcional vienen de la comisión de un delito, ya sea abuso sexual infantil intrafamiliar o maltrato físico”; señaló que existe “un aumento de casos” y admitió que si bien el Estado tiene “sistemas de protección en territorio, hay situaciones en que se llega tarde”.
La noticia agregaba que actualmente hay en la provincia 620 niños con medidas excepcionales de protección, separados de sus familias. “En el 80% de los casos donde se adoptan medidas de protección excepcional, hay situaciones graves de maltrato físico y abuso, mientras que en el 20 restante hubo una omisión por parte del adulto a cargo”, explicó la funcionaria.
En la misma semana de la “extralimitación en transparencia”, Diego Cuello, vinculado al narcotráfico, fue baleado en el barrio Las Delicias. La consecuencia la sufrieron sus hijas de dos y cuatro años que resultaron heridas que fueron derivadas al Hospital Roque Sáenz Peña, en el sur rosarino.
El miércoles pasado (22/04), en tanto, un muchacho de 21 años fue detenido, acusado de asesinar a golpes a un chico de tres años que sería hijo de su actual pareja. El homicidio ocurrió cerca de Ayacucho al 6700, en la zona sur de Rosario.
“Según las primeras informaciones, tras sufrir los golpes la criatura fue derivada al Hospital Roque Sáenz Peña, en una ambulancia, pero llegó sin vida. De acuerdo a las primeras versiones, la víctima presentaba múltiples escoriaciones, traumatismos y cortes en rostro de reciente y vieja data. La situación de violencia familiar habría sido denunciada por la propia madre del niño. El presunto homicida, identificado como Marcos C., sería pareja de la mujer y fue detenido en la seccional 11ª”, apuntaron las crónicas de los distintos diarios rosarinos.
Y como consecuencia de un juicio abreviado, acordado entre sectores del poder político y judicial de la provincia de Santa Fe con los abogados de la banda asesina y distribuidora mayorista de cocaína, llamada Los Monos, que redujo una acusación para el jefe de la organización que podía llevarlo a una condena de prisión perpetua a solamente nueve años; durante estos mismos días de votos ausentes y denuncias cruzadas, hubo por los menos cuatro asesinatos vinculados a las viejas disputas del clan mafioso.
La transparencia de la violencia cotidiana en la provincia de Santa Fe es mucho más contundente que cualquier justificación oficial.
Situaciones dramáticas que están lejos de arribar a un escrutinio definitivo.
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