Por Manuel E. Yepe *
Foto: Virgilio Ponce
¿No será éste el momento adecuado para normalizar los nexos de Estados Unidos con Cuba?, preguntaba Tom Hayden, influyente escritor y politólogo, cercano a la cúpula del partido demócrata de Estados Unidos, en un artículo que publicó el diario The Nation de Nueva York el 16 de abril último.
Hasta la semana pasada -dice Hayden- el senador demócrata por Nueva Jersey, Robert Menendez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado era un casi intocable en las filas demócratas, tenía virtual derecho de veto sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba además de actuar como halcón en las políticas de su país con Siria, Irán y Venezuela. Pero ya no es así.
Ahora, el poder de Menendez se ha debilitado como resultado de revelaciones de que su cercano amigo, el oftalmólogo de Miami Salomon Melgen, ha estado profundamente involucrado en delitos millonarios de corrupción y fraudes al Medicare.
Está por verse, inquiere Hayden, si el líder demócrata en el senado, Harry Reid, ordenará una exhaustiva investigación de las graves violaciones éticas implicadas en el asunto, socavando con ello la posición de Menendez, o simplemente moverá las fichas arriesgando al partido a las graves consecuencias que le traería asociarse con el escándalo.
Menendez está aún siendo investigado por el Departamento de Justicia a raíz de varias acusaciones de corrupción y recientemente fue obligado a reembolsar unos 60 mil dólares por haber viajado en un jet privado varias veces, entre 2009 y 2011, con cargo al Senado, a la República Dominicana para alojarse en la lujosa finca del oculista.
Las investigaciones federales, que han incluido incursiones judiciales en clínicas del doctor Melgen, revelaron que Menendez intercedió con funcionarios de Medicare en favor de su corrupto amigo.
Hayden destaca la importancia especial que el caso pudiera tener en la política de Estados Unidos con Cuba. Recuerda que Menéndez, nacido en Cuba, ha sido de por vida un adversario feroz de cualquier flexibilización de tensiones con La Habana. Como gran recaudador de fondos para su partido en contiendas electorales y presidente demócrata de la Comisión de relaciones exteriores del Senado en la actualidad, él es un obstáculo clave para Obama y los “liberales” del Senado en una serie de políticas de seguridad nacional.
Menendez se pronuncia por el cambio de régimen por medios militares o secretos en Siria, Irán y Venezuela y, por supuesto, en Cuba. Tiene poder para proponer leyes, convocar audiencias, y aprobar o denegar nombramientos administrativos. Califica hoy como el principal obstáculo interno para la normalización de las relaciones con Cuba. Incluso en prioridades administrativas como reformas migratorias, Menendez (y el Senador Marco Rubio) suelen comprometer sus votos a condición de que se observe la línea dura de sus posiciones respecto a Cuba.
Ahora que el control sobre el poder de Menendez se debilita, solo cabe preguntar, ¿cuánto se debilita? Hace unos pocos años Menendez, que presidía el Comité de Campaña del partido demócrata en el Senado, puso el grito en el cielo al saber que uno de los máximos recaudadores de dinero del partido, Andy Spahn, de Hollywood, California, recaudaba fondos para las campañas de candidatos favorables a un cambio de política hacia Cuba.
Apunta Hayden que Spahn, al igual que Steven Spielberg, el productor cinematográfico, fueron demonizados y acallados por Menendez. Pero Spahn, sigue siendo hoy uno de los mayores recaudadores de fondos de Obama, y continúa apoyando el levantamiento del bloqueo a Cuba.
Este año, una división mayor aún en las filas demócratas se produjo en el Senado entre Menendez y el Patrick Leahy, quien ha dado alta prioridad al logro de una nueva política hacia Cuba.
Leahy, participante en discretos diálogos con autoridades cubanas, obtuvo la firma de 68 senadores en diciembre de 2013 en una carta a Obama llamándole a negociar con La Habana un acuerdo para la excarcelación del ciudadano estadounidense Alan Gross, quien cumple una pena de 15 años por delitos de subversión contra Cuba. Una carta exigiendo a Obama que actúe en favor de la liberación de Gross pero por otras vías distintas a la negociación, fue promovida por los senadores Menendez y Rubio, pero solo reunió 14 firmas, lo que constituyó otra embarazosa derrota del senador Menendez. “En la oscura cultura de Washington la carta de Leahy y el fracaso de Menendez se interpretan como una cobertura política suficiente para que Obama pueda negociar la excarcelación de Gross”-comenta Hayden.
Súmense a ello las recientes revelaciones acerca del programa secreto de twitter creado por la USAID para promover la subversión en Cuba, que Menendez ha defendido vigorosamente y Leahy calificó como “estúpido, estúpido, estúpido”.
* Periodista cubano especializado en política internacional, profesor Asociado del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa de La Habana, miembro del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario