Según informó La Alameda, hace pocos días, un costurero ingresó con una cámara oculta al taller clandestino con cama adentro, donde 13 personas eran sometidas a la servidumbre y el hacinamiento, sito en la calle Hubac 5673 en el barrio de Mataderos, el cual hace tres años que trabaja exclusivamente para la firma Cheeky que actualmente dirige Juliana Awada, confeccionando pantalones para chicos que, en el mercado, cuestan $ 220 en adelante cada uno.
En el mencionado taller son superexplotados costureros de origen boliviano; varios de ellos, en situación migratoria irregular, sin documentación, quienes deben cumplir extenuantes jornadas de 7 a 22 hs por la miserable suma de $ 1800.
Ellos se encuentran encerrados y para ir a hacer un simple mandado a la calle, y traspasar la puerta de hierro, deben dejar siempre sus pertenencias como garantía de que no se escaparán. El mismo costurero que realizó la cámara oculta tuvo que dejar su bolso para poder salir con la excusa de buscar una farmacia.
Por otra parte, están hacinados en cuartos muy pequeños con camas cuchetas, en las cuales deben comer por cuanto carecen de mesas y sillas, tal como puede verse claramente en el video. Asimismo, los niños de varios de esos costureros también están sometidos al encierro, compartiendo un baño muy precario.
Según indicaron, la instalación eléctrica es precaria y entraña riesgo de incendio, mientras que las y los trabajadores aspiran polvillo de la tela todo el tiempo, exponiendose a enfermedades pulmonares como la tuberculosis.
Cheeky ya había sido denunciada penalmente por el Gobierno de la Ciudad en el período de Jorge Telerman, la Defensoría del Pueblo y La Alameda en enero de 2007, tras lo cual se habían logrado inspeccionar varios talleres con costureros sometidos a la servidumbre hasta que un escandaloso fallo del ex Juez Federal Guillermo Montenegro, actualmente ministro de Seguridad de Mauricio Macri, sobreseyó a la firma que, por la Ley de Trabajo a Domicilio, es solidariamente responsable de los talleres donde manda a confeccionar sus prendas.
No fue la única inspección. Otros talleres de Juliana Awada ya habían sido filmados y denunciados por La Alameda en setiembre de 2006 y en marzo de 2010 pero, a pesar de los testigos y las inapelables imágenes de las cámaras ocultas, también la justicia hizo la vista gorda con estas denuncias.
Según destacaron, ni las inspecciones del GCBA durante el mandato de Jorge Telerman, ni las denuncias de la Defensoría, ni los videoinformes y denuncias de la Alameda alcanzaron para que la justicia castigue la impunidad de Daniel y Juliana Awada que siguieron todos estos años maximizando ganancias en base a la explotación más abyecta de costureros migrantes en talleres clandestinos con trabajo esclavo.
Afirmaron que, "segura de que su actual marido y Jefe de Gobierno de la Ciudad Mauricio Macri la protegerá del cumplimiento de la ley, Juliana Awada, quién ahora dirige Cheeky ni siquiera se tomó el trabajo de mudarse de distrito y sigue basando su producción en talleres esclavos en el propio ámbito de la Capital Federal a sabiendas que los cuerpos inspectivos que dirige su marido seguirán haciendo la vista gorda"
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La Alameda se presentó ante los tribunales de Comodoro Py durante la mañana de hoy para denunciar a estos esclavistas y además mostrarle a toda la sociedad de qué talleres estamos hablando cuando hablamos de Cheeky y de Juliana Awada, formulando la denuncia penal a Cheeky por reducción a la servidumbre, evasión fiscal, violación a la ley de migraciones y violación a la ley de trabajo a domicilio.
Hoy, a las 19.00 hs., convocaron a movilizarse al local de Cheeky, ubicado en la Avenida Santa Fé 2053, donde se realizará un acto de repudio y una clausura simbólica de esta marca esclavista emparentada con el poder y la impunidad.
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