La Asociación de Ex - Detenidos - Desaparecidos frente a la sentencia en el juicio por el plan sistemático de apropiación de niños / Declaración completa. Sobre la sentencia en el juicio de apropiación sistemática de niños. Una vez mas vemos como la justicia se nos escurre entre los dedos y nos...

La Asociación de Ex - Detenidos - Desaparecidos frente a la sentencia en el juicio por el plan sistemático de apropiación de niños / Declaración completa.

Sobre la sentencia en el juicio de apropiación sistemática de niños.


logo aeddUna vez mas vemos como la justicia se nos escurre entre los dedos y nos deja un sabor amargo en la boca.


La sentencia en la causa "Plan sistemático por apropiación de niños" fue un nuevo fiasco.


La verdadera dimensión de lo ocurrido la da el hecho juzgado, lo que se juzgó es la aproximación máxima a la figura del genocidio.
 
El aberrante delito de genocidio abarca:


- matanza de miembros del grupo;


- lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;


- sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear la destrucción física, total o parcial;


- medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;


- traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.


Todo ello con la intencionalidad, con la sistematización de la ejecución, y se habla de un grupo nacional, étnico, racial o religioso...


Secuestraron, torturaron, violaron, asesinaron, desaparecieron, y un sinfín de delitos mas, pero el robo de bebes y el posterior asesinato de sus madres resulta, sin lugar a dudas, el más aberrante de todos los crímenes cometidos por los genocidas.


Vimos, hace pocos días, unas fotos desclasificadas de los registros documentales de la República Oriental del Uruguay que mostraban los restos recuperados en el Río de la Plata de personas que habían sido salvajemente torturadas, maniatadas y arrojadas vivas a las aguas desde los aviones militares. Hasta para los más fogueados resultaba espeluznante ver las muñecas atadas con sogas, los tobillos con cables, el estado de putrefacción de los cuerpos.


Cabe preguntarse entonces, cuántas de esas personas serían esas madres que pocas horas o días antes habían dado a luz para serles robados sus hijos?




Comparado con otros veredictos en otras causas, se ha puesto a este como un delito menor, con condenas acordadas además con una suerte de obediencia debida, donde Videla es más culpable que Bignone o Acosta, en una escala descendente que incluye penas ridículamente leves y hasta absoluciones.


Al partero / torturador Magnaco le correspondió una sentencia por diez años de prisión. Imaginemos si alguna vez hubiese sido capturado Menguele y lo hubiesen condenado por la misma cantidad de años.


Los jueces agradecieron, al inicio de la lectura, desde los operadores de cámaras de televisión hasta los sargentos de la policía que estuvieron de guardia en la sala.


Ni una palabra se dijo acerca del valor del testimonio de los sobrevivientes y los familiares que lucharon contra la impunidad por más de treinta años, sin los cuales no se hubiese podido ni siquiera lograr la exigua cantidad de años que los mismos jueces sentenciaron en las condenas.


Recordábamos, mientras se leía el fallo, a la compañera Nora Wolfson, que tuvo que asistir al parto de Silvia Dameri cuando dio a luz a Maria de las Victorias. Ambas, Silvia y Nora están desaparecidas. A la niña se la apropió el "Piraña" Azic que ya tenía apropiada a otra hija de desaparecidos. Por este hecho Azic no fue condenado.


Videla fue enjuiciado por enésima vez en lo que va de la anulación de las Leyes de Obediencia Debida y punto Final, y ya pesan sobre el varias cadenas perpetuas. En este caso, el más aberrante de todos, se lo condenó a 50 años de cárcel, condena que resulta insultante para las víctimas de este juicio


De los 35 casos que se consideraron en este juicio, 28 personas recuperaron su identidad. De los casi 500 casos de menores apropiados, a 105 se les ha podido restituir la identidad. Faltan 400.  


El festejo de estas condenas, sin críticas, nos acerca más a la “reconciliación nacional”, impulsada por los sectores que ven acercarse los juicios a los responsables civiles de la dictadura, que al fin de la impunidad.


Para destruir la impunidad es imprescindible la memoria colectiva, y en este fallo judicial, no estaban los 400.

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