Por Norberto Ganci, Director de "El Club de la Pluma"
A pesar de lo tedioso que pueda parecer, tenemos que asumir nuestras responsabilidades, desde lo comunicacional, desde lo educativo y desde las militancias para alertar, preparar y defender nuestras libertades, nuestros derechos, nuestras identidades, nuestras vidas.
Y entre nuestras responsabilidades, como periodistas, comunicadores, es romper los cercos mediáticos de desinformación para concientizar, informar y, por qué no, tomar una determinada posición frente a cada situación o conflicto…
Nuestra labor en gran medida tiene que estar direccionada a desarmar las estrategias de manipulación, como esa que expresa:
“Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
A todo esto hay que agregar las nuevas metodologías de invasión, generadas a partir de los medios de que hoy disponemos para las comunicaciones. Redes sociales están jugando un papel sumamente importante, ya que la información que se pretende ocultar o distorsionar, rápidamente queda desenmascarada desde la utilización de los nuevos elementos de comunicación. El imperio global lo sabe, por ello recurre a la invasión tecnológica, tal como lo afirma William Castillo, Director General de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) de Venezuela: “…“estamos viviendo un esquema de guerra electrónica” (1).
Dice Ángeles Linares en relación a lo que ha ocurrido en Venezuela: “…La cobertura mediática que construye mártires para la derecha venezolana busca el linchamiento internacional contra Venezuela, al interior del país, la fresquísima carne de cañón que líderes maquiavélicos como Leopoldo López o María Corina Machado ponen sobre el ruedo de un prefacio de guerra civil son los mártires perfectos…”
El imperialismo mundial, el gobierno mundial en las, ya no tan, sombras continúa en sus propósitos por desestabilizar nuestra región, y convertirla en una nueva zona donde ejercer y aplicar su estratégico plan genocida para apropiarse de nuestros bienes y riquezas y someter a los pueblos a la marginalidad, el esclavismo, la ignorancia y la miseria.
Desde varios editoriales alertamos sobre lo que nos viene sucediendo históricamente y, fundamentalmente, en los últimos tiempos.
Ya también en nuestros programas radiales aventuramos la posibilidad de que, lo que ocurre en el sureste Mexicano, con las denominadas “auto-defensas”, los carteles del narcotráfico, traiga consigo la pretensión de avanzar sobre territorio zapatista y desarmar lo alcanzado en poco más de veinte años de compromiso con los pueblos originarios, campesinos.
Asimismo de que ello también podría servir para continuar con otros países de la región, trasladando los modelos ya probados de invasión de baja sintonía, golpes blandos.
No olvidemos las intenciones del presidente de Colombia por entrar en la OTAN, echando por tierra con ese gesto los principios y fundamentos de UNASUR…
No es de extrañar que los últimos intentos por desestabilizar el gobierno del Presidente Nicolás Maduro en Venezuela, estén íntimamente vinculados a los pretendidos golpes económicos en Argentina, suponiendo la caída de la administración de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En una reciente entrevista al politólogo Atilio Borón, en relación a lo últimos acontecimientos en Venezuela, expresó que: “…los hecho violentos propiciados por la derecha venezolana durante los últimos días obedecen a una estrategia imperial que pasa por el debilitamiento de la economía, a través de la usura y el acaparamiento; desprestigio del Gobierno y desconocimiento de las autoridades electas…” Afirmando luego: “…Los cañones del imperio están contra Venezuela. Por eso la solidaridad con el Gobierno Bolivariano es fundamental, no cesen en el empeño de pedir respeto a la institucionalidad democrática de Venezuela…” (2)
Podríamos agregar aquí que dichos cañones no sólo apuntan a Venezuela, también lo hacen dirigiendo su puntería contra Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay (a pesar que algunos continúen afirmando, por lo bajo, que Uruguay sigue siendo el estado tapón para la región…). No está sola Venezuela, como tampoco lo está el Sureste Mexicano en esta pelea por los territorios, sus bienes y recursos. Toda la región está a merced, mientras los dejen, del imperialismo mundial.
Reafirmando algo de lo que expresamos, una nota en el portal Desinformémonos expresa en su inicio: “…Los ataques contra la emblemática comunidad zapatista son parte de la guerra de “baja intensidad”. Sin la actitud pacífica pero activa e insobornable de los zapatistas, la conflictividad sería mucho mayor…” (3).
Todo ello enmarcado también en otra de las estrategias de manipulación: “…Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos…”
Decíamos en nuestro editorial “Las Alertas se han Encendido…” allá a inicios de junio del 2013: “…Unasur debe “armarse” en todos los frentes, prever todas las posibilidades, diseñar todas las estrategias para evitar continúen interviniendo en nuestro territorio con sus variadas armas, desde lo comunicacional hasta el fogoneo de conflictos sociales.
El poder mundial utiliza los monopolios de desinformación para continuar desorientando y condicionando los pensamientos. Manipula las organizaciones sociales infiltrándose en ellas para boicotear, desarmar o desmadrar legítimas luchas populares, entre ellas, las cuestiones indigenistas. En resumen: promueven enfrentamientos en todos los posibles puntos a fin de desestabilizar, generar caos y así abrir la puerta a la invasión…”
No podemos olvidar las experiencias nefastas vividas en Honduras y Paraguay. El tiempo pasa y se invisibiliza lo ocurrido que nos ha dado muestra suficiente para aventurar o hipotetizar lo que en estos tiempos ocurre en el continente.
Como tampoco podemos dejar de insistir en los reales motivos por los cuales están instaladas en la región más de cuarenta bases pertenecientes al comando sur de los ee.uu. que, junto con la IV flota y el eje pacífico (Chile, Perú, México, Colombia y Costa Rica), más las organizaciones aparentemente no gubernamentales financiadas e impulsadas por el imperio mundial.
Las estrategias para invadir y someter a los pueblos son muy variadas. Pero cuando ya se les acaban los recursos o son descubiertos como en la denominada “Guerra de IV Generación” que refiere a la guerra comunicacional, recurren a la “Guerra de V Generación”, la que está: “…orientada a eliminar, con agentes “detonantes biológicos”, a líderes mundiales emblemáticos sin dejar rastros perceptibles…” (4).
Y en relación a estrategias y sus ideólogos, habría que rescatar para nuestro conocimiento el importante papel desempeñado por Gene Sharp, cerebro de los “golpes blandos y creador del Albert Einstein Intitution -sostenida y apoyada por la CIA- (5), quien ha elaborado una teoría de la no violencia como arma política. Dicha teoría fue aplicada en varios países del globo que sirvió para llevar adelante las pretensiones invasionistas por parte del brazo armado del imperio mundial. Tal vez también esté detrás de los intentos desestabilizadores, golpistas en Venezuela, Ecuador y Argentina en los últimos tiempos…
En referencia a los denominado golpes blandos, Stella Calloni dice: “…Golpe blando es el nuevo nombre que se utiliza en Estados Unidos para mencionar las acciones desestabilizadoras utilizadas por el poder económico, con apoyo extranjero, y de los viejos elementos de las dictaduras militares y policiales. Ya no resulta imprescindible sacar las Fuerzas Armadas a la calle: se van minando lentamente las bases de un gobierno popular cuando se han logrado controlar la mayoría de los medios de comunicación…” (6).
Entre los golpes blandos y la no violencia como arma política, que no es tan así, se van tejiendo las estrategias para derrocar gobiernos legítimamente constituidos.
El imperio mundial, con sus laboratorios, sus organizaciones disfrazadas, sus ejércitos armados o no armados, hackers estrategas en manipulación informática, sus bases en el continente y toda la artillería que amenaza a los pueblos, no dejarán en ningún momento de promover desestabilizaciones en aquellos países y regiones en donde pretenda enterrar sus garras para apoderarse de bienes y recursos.
Otro aspecto que no podemos dejar de tener en cuenta, entre las estrategias invasivas del imperio mundial, es la “guerra climática”: “…Las fuerzas armadas de EE. UU. han desarrollado capacidades que les permiten alterar selectivamente los modelos climáticos. La tecnología, que está siendo perfeccionada bajo el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP), es un apéndice de la Iniciativa de Defensa Estratégica - ‘la Guerra de las Estrellas’. Desde el punto de vista militar, HAARP es un arma de destrucción masiva, que opera desde la atmósfera exterior y es capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos en todo el mundo” (…) “sus capacidades, dice, se extienden a la provocación de inundaciones, huracanes, sequías y terremotos: ‘La modificación del clima se convertirá en parte de la seguridad interior e internacional y podría ser realizada unilateralmente… Podría tener aplicaciones ofensivas y defensivas e incluso ser utilizada para propósitos de disuasión. La capacidad de generar precipitaciones, niebla y tormentas en la tierra o de modificar el clima en el espacio… y la producción de clima artificial forman todas parte de un conjunto integrado de tecnologías (militares)…” (7).
De nosotros, todos, depende los dejemos avanzar o hacer que retrocedan hasta desaparecer de nuestra región, y de cada nación en donde han sumido a los pueblos en realidades devastadoras.
El régimen sionista imperial a nivel mundial debe ser enfrentado por todos, con todas nuestras estrategias, nuestras armas y herramientas para contrarrestar su avanzada a nivel regional y así lograr el respeto por nuestras libertades, identidades, por nuestras vidas.
Se pretende la intervención en Venezuela, como así también la desestabilización en Argentina. Se pretende destruir lo logrado por el Zapatismo… No podemos permitir que nos vuelvan a arrebatar lo alcanzado.
La lucha está en varios frentes, en los comunicacionales tanto oficiales como alternativos, en las redes sociales, en las calles y en los campos.
Desde cada lugar habremos de arremeter para espantar y en lo posible destruir al imperio mundial…
Que así sea.
NOTAS:
(2) http://www.aporrea.org/actualidad/n245231.html
(3) http://desinformemonos.org/2014/02/agresiones-a-zapatistas-10-de-abril/
(4) http://volarlibremente.blogspot.com.ar/2011/11/la-guerra-de-quinta-generacion.html
(5) http://www.voltairenet.org/article123805.html
(6) http://cesa-gjp.ning.com/profiles/blogs/los-golpes-blandos
(7) http://www.globalresearch.ca/guerra-del-clima-atenci-n-a-los-experimentos-militares-de-ee-uu/7663
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