Por Jorge Cadús
Una investigación realizada por Arturo Baltazar Serrano, el único médico generalista domiciliado en la pequeña localidad santafesina de Santo Domingo, revela que en las últimas dos décadas los casos de muertes por cáncer en esa comunidad "aumentaron más de un 300 %".
El informe fue presentado en un congreso de medicina general en Tucumán y publicado el año pasado en la revista Actas Médicas Santafesinas, del Colegio Médico de Santa Fe; y -de acuerdo a los dichos del profesional- pretende alertar, concientizar y comparar la situación de Santo Domingo con el resto de los pueblos rurales fumigados.
Es necesario "concientizar sobre la necesidad de que el Estado legisle o controle las fumigaciones, especialmente las concentraciones de los productos: de una sola vez aplican lo que debería usarse en diez campañas", denuncia Serrano. Pero admite que hasta el momento la investigación "no ha despertado absolutamente nada, ni siquiera el interés de las autoridades del Ministerio de Salud".
La información viene a refrendar estos apuntes que comenzamos a compartir en esta columna el jueves pasado, que resumen los estudios que, en nuestra región, ya han determinado una relación directa entre los modos de producción, la modificación de factores ambientales, y la salud de las comunidades.
En ese marco, compartimos parte del informe "Identificación de relaciones entre salud rural y exposiciones a factores ambientales en la Pampa Húmeda argentina", elaborado por la socióloga Silvia Cloquell.
Un trabajo que recogió las voces que muchas veces recorren las calles de pueblos como Alcorta, Máximo Paz, Carreras, Bigand y Santa Teresa, a partir del trabajo en charlas y talleres abiertos.
Si bien compartir números en radio se hace un tanto molesto, las cifras son realmente impactantes:
- 8 de cada diez familias (78.9 %) viven cerca de silos, galpones y/o transformadores.
- más de 3 cada diez familias (34,7 %) de esos hogares cuentan con más de una de esas edificaciones de riesgo.
- 3 de cada diez familias (30,7 %) de las familias encuestadas manifiestan que tienen o tuvieron problemas de cáncer en la familia.
- en un alto porcentaje, estas familias tuvieron o tienen 2 o hasta 3 miembros que padecen la enfermedad.
En el diseño de los pueblos existe "una total ausencia de presunción de las condiciones de riesgo con respecto a la salud", puede leerse en el documento.
Esa "ausencia de presunción de las condiciones de riesgo" es la que ha generado la multiplicación de varias enfermedades en las cercanías de esas fuentes de contaminación: silos, galpones de acopio, transformadores.
El estudio pone así cifras estadísticas a lo que se dice en voz baja en cada esquina de las localidades sitiadas por el boom sojero, sus silos, sus máquinas y sus agroquímicos: tres de cada diez familias de la región tuvieron o tienen por lo menos un miembro afectado por algún tipo de cáncer, en un panorama que tiende a agravarse.
A modo de ejemplo: sólo en Máximo Paz, una agrupación de Vecinos Autoconvocados -que viven lindantes a las cerealeras establecidas en esa localidad- contabilizaron que "en el término de dos años murieron ocho personas que habitaban ese sector del pueblo: cinco de cáncer de pulmón, uno de estómago y hubo otros dos casos más".
En forma paralela, en el marco de la materia Salud Socioambiental, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario está efectuando un "relevamiento epidemiológico con perspectiva ambiental sobre las condiciones de morbi-mortalidad" en diferentes localidades del sur de la provincia de Santa Fe. El relevamiento comenzó en diciembre del 2010 en las localidades de Murphy y Santa Isabel, se extendió a localidades como María Teresa, San Gregorio, Bigand, Firmat y Totoras, y sigue en estos días.
Ese trabajo develó indicadores verdaderamente preocupantes alrededor de la prevalencia de cáncer, enfermedad tiroidea y trastornos respiratorios.
El doctor Damián Verzeñassi, responsable académico de este trabajo, señala que el estudio intenta "construir con las comunidades datos que permitan saber exactamente qué es lo que está pasando en términos de morbi-mortalidad, es decir, de qué se está enfermando y muriendo la gente en nuestra región".
Verzeñassi puntualiza que "hay un incremento en la cantidad de personas que fallecen por cáncer en los últimos diez años. Una cantidad que año a año se incrementa. Estamos teniendo una epidemia -que nadie está denunciando- de patologías tiroides. O sea: han aparecido en los últimos años más casos que los habituales de una enfermedad que se llama hipotiroidismo, que de acuerdo a los estudios científicos de que hoy disponemos, está claramente relacionado con la presencia de tóxicos o de agrotóxicos en el ambiente, en los alimentos, el aire y el agua".
Entre los factores determinantes ambientales, el estudio contempla un abanico que va desde los químicos utilizados en la producción agrícola, a la presencia de arsénico en el agua y los transformadores con PCB.
En la vecina localidad de Bigand, dicen los resultados preliminares, el hipotiroidismo "se ha convertido en la segunda causa de enfermedad después de la hipertensión arterial".
Al mismo tiempo, el aumento sostenido en los casos registrados de cáncer, así como de patologías respiratorias como alergia y asma, son características que Bigand comparte con los pueblos de la región. "En todos los campamentos estamos identificando más casos de cáncer que están entre uno y dos veces por encima de la media nacional", aseguró Verzeñassi.
Bigand suma su nombre en esta geografía que ya incluye una decena y media de localidades: Santa Isabel, Murphy, María Teresa, San Gregorio, Villa Cañás, Bouquet, María Susana, Totoras, Elortondo, Hughes, Santa Teresa, Máximo Paz, Alcorta, Carreras y Wheelwright.
El mapa delineado por un proceso de sojización que somete a los pueblos, coloniza las culturas y pone a la tierra en fuga.
Y que va incluso más allá de la siembra directa, la cosecha récord y el agregado de valor en origen.
Un proceso de nueva colonización que, de la mano de un puñado de empresas transnacionales, somete, desertifica y mata.
Y que, como pedía Raúl Scalabrini Ortiz hace ya casi 80 años, es necesario develar.
Columna leída por el autor en el programa La Mañana de Todos, conducido por Mónica Polidoro, que se emite por FM Libertad, de Wheelwright, provincia de Santa Fé.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario