Por Gustavo Robles
A todas las tergiversaciones a las que ha sometido el kirchnerismo al concepto de “liberación nacional y social", ahora le está agregando una especie de "vanguardización de la resignación" a nivel mundial. Estos impresentables cipayos que han entregado nuestro patrimonio y nuestras finanzas al imperialismo, condenándonos a la dependencia de los designios de las metrópolis, ahora piden el apoyo de los países subdesarrollados para... PAGARLE AL SISTEMA FINANCIERO IMPERIALISTA que los saquea y los explota.
Los explotados de la Tierra han luchado desde el principio de la historia humana por su emancipación. Esa lucha es la tinta roja con que se ha escrito esa historia. Es la sangre de millones de seres humanos. En el siglo XIX, la expresión concreta de esa lucha fue encabezada por la clase obrera, que alzó las banderas de la emancipación de su clase. La base ideológica encauzada y expresada fundamentalmente por las Internacionales del Trabajo, más tarde “socialistas” o “comunistas” guiadas por la herramienta del marxismo, transformó en política esas ideas. Los obreros, entonces, entendieron que debían derrotar a la burguesía que los explotaba en su territorio para poder lograr después la gran Revolución Mundial que liberaría a la especie humana de todas sus cadenas. La lucha contra las burguesías nacionales se transformó en lucha contra la burguesía imperialista cuando lo más concentrado del capitalismo se trastocó y concentró en el Imperialismo Financiero. La lucha por la Humanidad, entonces, tomó ribetes "antiimperialistas".
El antiimperialismo significó, desde principios del siglo XX, la lucha contra TODA FORMA de DOMINACIÓN EXTRANJERA hacia los estados subdesarrollados. La política antiimperialista se desarrollaba entonces, no sólo en oposición a las empresas monopólicas y oligopólicas de las metrópolis que iban a rapiñar las riquezas de los países periféricos explotando a sus trabajadores, sino también, y fundamentalmente, contra su sistema financiero, que generaba la verdadera dependencia de los oprimidos del mundo.
Millones de vidas se ha llevado esa lucha. En nuestro país, 30.000 sólo en la última dictadura, financiada por los que hoy se enriquecen con las políticas del gobierno kirchnerista.
La lucha de clases tiene estas cosas. Va evolucionando la conciencia humana en lo general, pero esa direccionalidad histórica tiene vaivenes y retrocesos puntuales. Evidentemente, el kirchnerismo es el agente fundamental de ese retroceso que hoy se plasma en nuestro pueblo, pero que no es sólo nuestro, pues es el mundo subdesarrollado el que sale a sostener una posición tibia, ambigua y de gran resignación: el mundo que alguna vez peleó por la liberación de las cadenas del imperialismo, hoy protesta porque “quiere pagar y no lo dejan”.
¿Qué dirían Ho Chi Minn, Nehru, Nasser, Tito, Salvador Allende, el mismísimo Che ante semejante postura?
Mientras acá nos quieren hacer ver a CFK y su delfín Kiciloff como “héroes” de la “Liberación”, por pedir de rodillas que se les permita pagar una deuda que no debemos… ¿dónde está la cordura antiimperialista del mundo, para, al menos, corregir semejante genuflexión, y comenzar a crear un sistema financiero en el G77 por ejemplo, autónomo e independiente del Sistema Financiero del Imperialismo?
Tal postura, hoy, no existe. Ni en Rusia, ni en China, ni en la India, ni en Brasil… Ni en Cuba.
Mucho menos, en Argentina.
Los compañeros de las corrientes liberadoras de Nuestramérica deberían ver bien lo que están defendiendo.
Con el “antiimperialismo progresista” de hoy, no sólo vivimos una época nefasta de retroceso en la conciencia humana y en la lucha de clases, sino que… con antiimperialistas como estos, el Imperio goza de buena salud, y los imperialistas deben estar muy cómodos en sus bacanales… mientras se matan de risa de sus ridículos “enemigos”.
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