Los costos del relato narco (APE) Por Carlos del Frade (APe).- -Vamos a ir entrando en aquellos lugares en los que consideramos que el poder está en manos del narcotráfico...

Los costos del relato narco (APE)

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Carlos Del Frade

Por Carlos del Frade

(APe).- -Vamos a ir entrando en aquellos lugares en los que consideramos que el poder está en manos del narcotráfico y no del Estado. Lo vamos a hacer de manera confidencial, son operaciones con información confidencial. Vamos ir entrando, ya estamos trabajando con los grandes distritos – dijo el miércoles 20 de enero de 2016, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Los que entrarán a las villas y barrios Capital Federal, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, serán los efectivos de las fuerzas federales.

Un plan que recuerda lo ya vivido y sufrido en Colombia, México y Brasil, en los últimos veinte años bajo la consigna lanzada por Ronald Reagan en 1988, de la guerra contra el narcotráfico.

¿Qué costo tiene esa guerra, este protocolo que ahora parece ser el horizonte cercano para la Argentina?.

“Tras 20 años de lucha contra el narcotráfico, apoyada en parte por la Policía Nacional de Colombia, se ha de reconocer una cuota de sacrificio en vidas humanas sin precedentes en la historia de sus pares del mundo. Desde 1993, 1.785 policías han sido asesinados y cerca de 3.200 fueron lesionados, dejando una huella de dolor en sus familias, que entregaron a sus seres queridos en cumplimiento de la responsabilidad de combatir este flagelo en todas sus expresiones”.

“Estas dolorosas cifras fueron dadas a conocer ayer por la Policía en un documento que da cuenta del alto costo que ha pagado esa rama de las Fuerzas Armadas para evitar que Colombia se convierta en una narcodemocracia. El sacrificio de estos 1.785 uniformados no ha sido en vano. De acuerdo con dicho documento, en estas dos décadas de lucha contra el narcotráfico, la Policía ha capturado 866.526 ‘ narcos ’, 863.565 colombianos y 2.961 extranjeros. De ellos, 1.743 han sido extraditados”, decía en una edición especial, el diario “El Espectador”, de Colombia, a veinte años del asesinato de Pablo Escobar Gaviria, en diciembre de 2013.

En forma paralela, los organismos de derechos humanos, tanto los colombianos como los internacionales, aseguran que esa guerra, también llamada “Plan Colombia”, produjo 20 mil muertes civiles, diez veces más que el número de los agentes de seguridad.

Y hoy, en 2016, Colombia sigue siendo la primera exportadora de cocaína de América a Europa, como consigna el informe de las Naciones Unidas.

En forma paralela, en abril de 2015, desde Brasil llegó información sobre los resultados de este tipo de “pacificación” construida con la invasión de fuerzas federales.

“…La pacificación de las favelas, que alcanza a 38 comunidades y emplea a 10.000 agentes que dan cobertura a un millón y medio de personas en Río de Janeiro, se considera una de las claves del descenso de un 25% de los homicidios en el estado: de los 6.620 asesinatos de 2005 con respecto a los 4.940 que hubo el pasado 2014. En febrero de este año (2015), Río registró 324 víctimas por homicidio, el menor índice desde 1991.

“No obstante, los asesinatos a manos del narcotráfico y también producto de la violencia policial siguen formando parte de la rutina en las favelas. Los agentes del estado mataron a más de 500 personas en 2014 sólo en Río, a 2.200 en 2013 en todo Brasil y a más de 13.000 personas entre 2008 y 2013 en todo el país.

“Unas cifras que la colocan como una de las policías más violentas del mundo en un país que alcanzó su peor cifra de homicidios en 2012, con 56.337 muertes violentas”, sostenía el periodista Germán Aranda, en una nota publicada por el diario “El Mundo”, de España.

Los anuncios de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, van en ese sentido, en la idea de repetir esa matriz impuesta por Estados Unidos desde finales de los años ochenta del siglo veinte.

¿Se tendrán en cuenta estos balances a la hora de seguir adelante con estos proyectos?

¿La Argentina está dispuesta a transitar ese camino?

Si ves al futuro, dile que no venga, dicen que alguna vez escribió el gran revolucionario Juan José Castelli, el orador de la revolución, el que murió de cáncer en la lengua.

Fuentes: Diario “La Nación”, miércoles 20 de enero de 2016 - Diario “El Mundo”, España, abril de 2015 y “El Espectador”, Colombia, 2 de diciembre de 2013.

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