Por Vicky Peláez
Uno de los fundamentos de la libertad consiste en poder hacer mal uso de ella
Ludwig van Beethoven (1770 - 1827)
Apenas Evo Morales quiso presentarse para postular a la presidencia en el 2020 en un cuarto mandato, los Estados Unidos y la oposición boliviana lanzaron una gigantesca campaña de desprestigio contra el presidente y su gobierno, por supuesto, basada en rumores, mitos, falsificaciones y desinformación. Han querido darle el “tiro de gracia” durante el referendo presentándolo como un rechazo del pueblo a la gestión de Morales que lleva 10 años de liderazgo.
Las organizaciones indígenas subvencionadas millonariamente por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) norteamericanas, los izquierdistas; en su mayoría, trotskistas, llamando a una nueva revolución sin definir su propósito y metas concretas; los oligarcas, la nueva clase de la burguesía indígena, los tradicionales opositores de la derecha y los medios de comunicación locales al servicio de la prensa globalizada y abiertamente dirigida por Washington, se lanzaron contra Evo Morales y lo acusaron de pretender ser dictador y perpetuarse en el poder. Presentaron la posibilidad de su reelección como algo antidemocrático y contrario a la práctica histórica europea y norteamericana sin darse tiempo de estudiar los procesos electorales en aquellas tierras que hasta la llegada de Evo se debatía en la más profunda miseria.
Si lo hubieran hecho, o no han querido ver, habrían descubierto que la reelección prolongada de un líder por la voluntad del pueblo no representa una violación de los postulados de la democracia. Actualmente el presidente de Islandia, Ólafur Ragnar Grimsson está cumpliendo ya 20 años en el poder desde 1996, reelegido en 2000, 2004, 2008 y 2012 y nadie en la Unión Europea lo considera un dictador ni cuestiona la decisión del pueblo islandés. A la vez, Francois Mitterand fue presidente de Francia durante 14 años (1981 - 1995), su sucesor Jacques Chirac pasó 12 años en el Palacio Eliseo (1995 - 2007). Felipe Gonzalez fue presidente de España durante 14 años (1982 - 1996).
En Estados Unidos Franklin D. Roosevelt pasó cuatro mandatos en la presidencia hasta su muerte (1933 - 1945). En América Latina, Hugo Chávez estuvo 13 años en el poder, Néstor Kirchner y Cristina Fernández acumularon más de 12 años en sucesivos mandatos (2003 - 2015) y el ecuatoriano Rafael Correa cumplirá en 2017 casi una década en la jefatura de Estado (2006 -). Entonces la permanencia prolongada en el poder debido a la decisión electoral del pueblo no constituye un acto antidemocrático como lo quieren presentar los interesados en que todo vuelva a los tiempos en que los niños pobres salían en masa a mendigar aunque sea cáscaras de fruta.
Por otra parte, el carácter fuertemente personalista que ha caracterizado el “cambio de la época” en América Latina y que se atribuye exclusivamente al Nuevo Mundo, en realidad, pertenece a toda la historia universal y sobre esto escribió G. Plejanov, en 1898, el ensayo “El Papel del Individuo en la Historia”. Afirmaba el filósofo ruso que “un gran hombre lo es no porque sus particularidades individuales imprimía una fisonomía individual a los grandes acontecimientos históricos, sino porque está dotado de particularidades que lo convierten en un individuo especial capaz de servir a las grandes necesidades de su época surgidas bajo la influencia de causas generales y particulares”.
Desde el punto de vista de Plejanov, los hombres tipo Hugo Chávez y Evo Morales serían “héroes” para la actual época latinoamericana. En la interpretación de aquel filósofo, “el gran hombre es precisamente un iniciador, porque ve más lejos que otros y desea las cosas más enérgicamente que otros”. Alguna vez comentó Hugo Chávez que la lectura de este ensayo de Plejanov lo cautivó y le dio fuerza para poner en marcha la Revolución Bolivariana. Evo Morales, a su vez percibió, quizás intuitivamente o con su tercer sentido, la necesidad de transformar a Bolivia y crear un sistema de “Vivir Bien” que es Sumaj Kausay, en quechua; Sumaj Qamaña, en aymara y Teko Kavi, en guaraní.
Y en sus diez años de presidencia, Evo Morales convirtió uno de los países más pobres de América Latina en una nación soberana que tiene actualmente el índice de crecimiento económico de 5 por ciento que supera al de Estados Unidos y donde la población nativa recuperó su dignidad y orgullo. Cuando en 2006 Evo Morales asumió el poder por primera vez, las reservas en divisas de Bolivia no llegaban ni a mil millones de dólares, actualmente superan 13 mil millones, la inflación es de 2.4 por ciento. En 2005, más del 60 por ciento de la población vivía en la pobreza y casi el 40 por ciento, en la pobreza extrema. Actualmente Bolivia redujo la pobreza extrema al 17 por ciento y la moderada al 37 por ciento. La desocupación bajó del 8 al 3,5 por ciento.
Precisamente en este período Bolivia asumió el total control de sus abundantes recursos naturales. Las corporaciones más grandes fueron nacionalizadas como el YPFB, ENTEL, ENDE, BOA, COMIBOL, ENAT, entre muchas otras. Justo en vísperas del referendo para habilitar o no a Evo Morales y al vicepresidente Álvaro García Linera la posibilidad de volver a postularse en 2019, fueron descubiertos tres nuevos reservorios de gas de 4 millones de millones de pies cúbicos en Calipipendi lo que aumentó las reservas probadas de gas natural a 15,63 millones de millones de pies cúbicos. Según los recientes estudios de la corporación rusa Gazprom, que firmó tratados con Bolivia, en unos 20 años este país se convertiría en el “corazón energético de Latinoamérica”.
Washington sabe muy bien sobre el potencial energético de Bolivia desde el comienzo del siglo pasado y es una de las razones por los que no deja en paz a este país andino que, además de gas, tiene petróleo, plomo, antimonio, estaño, uranio, posee el 80 por ciento de las reservas mundiales de litio y que quiere tener para sí utilizando todo su poder. El proceso de transformación de Bolivia que inició Evo Morales, orientado sobre todo a la redistribución de la riqueza, el aumento del gasto social y su participación activa en la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) no deja dormir en paz a los globalizadores norteamericanos. Ellos consideran que, después de la llegada de su hombre Mauricio Macri a la presidencia de Argentina y la derrota del chavismo durante las elecciones legislativas en la Asamblea Nacional de Venezuela, está llegando el retorno de Bolivia a su “patio trasero”.
Los norteamericanos, a quien Evo los había excluido de su país, en realidad lo estaban intentando desde la elección de Evo Morales en 2006. El periodista noruego Eric Vold escribió en base de unos 2.000 cables de los diplomáticos norteamericanos entre 2006 y 2009, divulgados por WikiLeaks, que el Departamento de Estado estadounidense consideró probable que se iba a producir el asesinato de Evo Morales en 2008 cuando fue descubierto y neutralizado un grupo terrorista der origen europeo. De acuerdo al libro “The WikiLeaks Files: The World according to US Empire”, el Departamento de Estado y la CIA participaron en las conspiraciones contra el gobierno de Evo Morales, por eso el embajador norteamericano Philip Goldberg fue expulsado del país después que se comprobaron sus vínculos con los que promovían un golpe de Estado desde el oriente del país.
Poco después, tuvieron el mismo destino la Agencia de Lucha contra los Narcóticos (DEA) y la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID). En 2009 el servicio de inteligencia de Bolivia detuvo al boliviano - croata Eduardo Rósza y sus compañeros Michael Dwyer (irlandés) y Arpad Magyarosi (rumano - húngaro) contratados supuestamente por la derecha para asesinar al presidente y así dividir al país. El proceso conspirativo contra Evo Morales nunca dejó de existir y se intensificó precisamente en vísperas del referéndum que tuvo lugar el pasado 21 de febrero.
El periodista Atilio Borón lo describió con detalles en el artículo titulado “El No Nace en Washington” dando nombres de operativos de la CIA que llegaron a Bolivia para financiar las actividades políticas opositoras para intensificar la campaña de desprestigio contra Evo Morales y sus colaboradores. A la vez, el Instituto Nacional Demócrata norteamericano (NDI) hizo desplazar a 200 peruanos a su servicio para hacer más efectiva la participación de los jóvenes, los indígenas y mujeres en la lucha antigubernamental, empezando con el voto por el No a la participación de Evo Morales en la contienda electoral en 2019.
Al momento de escribir este artículo el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció que con el 99,49 por ciento de los actos escrutados el No con 51,3 por ciento de los votos sigue aventajando al Sí con 48,69 de los sufragios. Esto significa que el pueblo rechazó la agenda de la transformación del país a largo plazo elaborada en 2013 bajo el nombre la Agenda Patriótica 2025, que es una agenda estatal a largo plazo. De acuerdo al vicepresidente Álvaro García Linera, este plan de gobierno “está permitiendo planificar el desarrollo del país en función de los siguientes diez o doce años, y el presidente está pidiendo a todos los ministros y a la sociedad entera planificar así, establecer sus metas para los siguientes años. Entonces por primera vez una generación se plantea su horizonte de vida, sus sueños, su destino de una manera práctica, realista y con métodos económicos garantizados”.
Sin embargo, como lo demuestra la experiencia de Venezuela y Argentina, a la gente no le interesa el bienestar a largo o mediano plazo, simplemente lo necesitan ya, ahora mismo como si todo bajara del cielo. Por eso cegados por la desinformación creada hábilmente en Washington y diseminada por los medios globalizados de comunicación a su servicio, la mayoría de los votantes prefirió el No como símbolo de su deseo de cambios. De la misma forma, votaron los venezolanos instalando a los opositores de la Mesa de la Unidad Nacional (MUD) como una mayoría que prometió solucionar los problemas del país y en especial, aplicar la ley “cero colas”. Pasaron 50 días y no sucedió nada. La escasez y la especulación siguen su rumbo hacia arriba y la violencia no está disminuyendo. Lo único que propusieron los legisladores es aumentar los sueldos de los diputados debido al alto costo de la vida. Lamentablemente Evo no mostró estos ejemplos o los bolivianos no lo quieren ver.
En Argentina, el presidente Mauricio Macri está cumpliendo con su promesa electoral de hacer cambios en Argentina y que entusiasmó tanto al pueblo. Y cómo lo está haciendo, pues ya despidió cerca de 40.000 empleados, está entregando el país a los buitres financieros y su riqueza natural a las corporaciones transnacionales, anunciando al pueblo el aumento del precio de gas en un 300 por ciento. El presidente Barack Obama decidió que no hay tiempo que perder, y ya el próximo mes estará en Buenos Aires para hacer revivir las “relaciones carnales” que entablaron al final del siglo pasado Carlos Menem con Bill Clinton y así dar bienvenida a la Argentina a su “patio trasero”.
Y el pueblo, por el momento, está callado pero la necesidad lo hará despertarse. Posiblemente el mismo destino le espera a Bolivia. Todo dependerá de la capacidad de Evo Morales de demostrar la eficacia del modelo de desarrollo que está promoviendo y su habilidad de preparar a su sucesor para que Bolivia siga su camino hacia el futuro en los cuatro años que faltan para terminar su mandato. Igualmente deberá analizar y seguir el ejemplo del presidente ruso Vladimir Putin, quien se deshizo de las miles de ONG, el núcleo y la red del poder de los globalizadores en todos los países del mundo excepto los Estados Unidos de donde todo nace. Si lo logra podrá dar crédito a la tesis de Rafael Correa sobre los cambios en una época, sino cambio de toda una época.
Aunque, como dijo Jorge Luis Borges en uno de sus poemas, “Lo supieron los alumnos de Pitágoras / los hombres y las cosas vuelven cíclicamente”. ¿Volverán a Bolivia la masa de niños indígenas hambrientos a pulular por los caminos y las calles del país?. Dios no lo quiera.
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