Por Andrés Gómez *
Foto: Virgilio Ponce
Esta delirante ciudad de Miami vive tiempos de gran circo, tiempos de barruntar. Este extraño y casi nunca utilizado término, según el diccionario de la muy Real Academia de la Lengua Española, significa conjeturar o presentir por alguna señal o indicio. En el caso de Miami, por ligera que esta señal o indicio sea. En tiempos recientes esta manía se ha extremado ya que las señales, ligeras no parecen ser.
A pesar de estar acostumbrados, los que aquí vivimos, a lo de barruntar, ya que de hecho esta ha sido -además del terrorismo; hacerse muy ricos por manejar el gran negocio que ha sido la contrarrevolución; y de legislar cómo más terriblemente apretar los tornillos de las regulaciones que conforman el Bloqueo y el aislamiento y difamación de Cuba-, una de las principales vocaciones diarias de los líderes de la extrema derecha cubana americana, y de sus medios de prensa, los cuales se multiplican en proporción igual a las multimillonarias sumas de dinero -en divisa- que la Administración de Obama presupuesta para estos y otros fines contrarrevolucionarios.
Hay un gran alboroto, inquietud más bien, entre la dirigencia de la extrema derecha cubano americana, sobre los posibles cambios que la inescrutable Administración de Obama pudiera decidir en un futuro no muy lejano sobre cambios en su política en contra de Cuba. Inescrutable no por lo bien que guarda sus secretos sino por lo contradictorio de su proceder con respecto a la implementación de las actuales políticas contra Cuba. Y eso más que nada es lo que tiene preocupada a la dirigencia de la extrema derecha cubano americana y a su prensa miamense: ¿por qué tantas contradicciones?
La realidad es que se sienten síntomas de temporal. De esas ocasiones en las que “las nubes vuelan bajito y muy rápidas y se huele fuerte el aire de agua en el ambiente”, esas son señales, según mi querida abuela Nina, de tiempos de ciclón. Pero bueno, también hay temporales que se disipan… Aunque mientras no se disipan dan pie a barruntar.
¿Y cuáles son algunos de estos indicios que dan pie a tanto barruntar aquí en Miami?
Está por ejemplo, el hecho que durante el año 2013 se estima que viajaron a Cuba alrededor de 90 mil estadounidenses que no tienen familias en Cuba. O sea que viajaron con autorizaciones, licencias específicas, otorgadas por la Administración de Obama en número y de manera más expedita no visto hace muchos, muchos años. Además existe el runrún de que para dentro de pocos meses, algunos atrevidos predicen que será el próximo mes de mayo, el gobierno federal concederá a los estadounidenses una licencia general de viaje a Cuba, quiere esto decir que prácticamente todo aquél que quiera viajar a Cuba, claro, siempre y cuando tenga el dinero que se requiera, podrá hacerlo. Con esto el barruntamiento se convierte en un alud y no precisamente de nieve… Además de que viajaron a Cuba en 2013 cerca de 240 mil cubanos residentes en este país.
Contradicción: a la misma vez, que esto ha estado ocurriendo el Departamento del Tesoro se niega a viabilizar un procedimiento seguro para que bancos estadounidenses puedan tramitar los pagos por los trámites consulares hechos al consulado cubano en Washington por personas que necesitan esos documentos para poder viajar a Cuba. Se ha estancado la posibilidad de tramitar estos documentos porque los bancos estadounidenses se niegan a aceptar las cuentas no sólo del consulado cubano en Washington sino también la de la Sección de Intereses de Cuba en esa capital, así como la de la Misión de Cuba ante la ONU en Nueva York. De hecho se impide la posibilidad de poder viajar a Cuba a miles de personas.
¿Y por qué se niegan estos bancos a aceptar las cuentas de las representaciones diplomáticas y consulares del gobierno cubano en Estados Unidos? Porque la Administración de Obama ha perseguido sádicamente a cuanto banco se encuentre en la faz de la Tierra que tramite dinero del gobierno cubano, directa o indirectamente, imponiéndoles exorbitantes multas, también en divisa.
Otro ejemplo del desasosiego general de la extrema derecha cubano americana es que también se barrunta que la Administración de Obama quitará a Cuba, próximamente, de la lista de países terroristas a la cual arbitraria y falsamente la tiene colocada. Designación que permite todo tipo de abusos en contra del pueblo cubano. Con esta posibilidad, barruntan, barruntan y barruntan.
Contribuye, además, a ese desosiego general de la contrarrevolución aquí en esta alucinante ciudad los cambios teniendo lugar en Cuba. Histéricos los tiene la aprobación en la Isla de una nueva Ley de Inversiones Extranjeras que facilitará la entrada de nuevos necesitados capitales para el mejor desarrollo del país, como también los positivos resultados para muchos cubanos en Cuba de la nueva ley de migración la cual ha permitido durante los diez primeros meses después de su implementación en enero de 2013, que 184,787, cubanas y cubanos, según cifras oficiales del gobierno cubano, hayan viajado al extranjero. 36% de éstos a Estados Unidos y 64% a otros países.
Y que cuando esos cubanos llegan a aquí, no sólo desde Cuba sino desde Europa y otros países, en la mayoría de los casos con sus flamantes rojitos pasaportes de súbditos españoles, se atienen a la Ley de Ajuste Cubano, se declaran perseguidos políticos, como esa ley requiere que hagan, y en un año -365 días-, se les concede, como esa ley también establece, su residencia permanente en Estados Unidos; entonces regresan a Cuba legalmente, de acuerdo a lo estipulado en la nueva ley de emigración cubana, que le concede dos años para permanecer en el extranjero antes de tener que regresar a Cuba para no perder sus derechos de residencia permanente en el país, y así pueden volver a viajar al extranjero por dos años más, si lo desearan. Sobre esto y sus implicaciones también barruntan y barruntan; que se lo pregunten sino a su señoría, el honorable gordito de Marco Rubio.
Tiempos de ciclón, como afirmaba mi abuela Nina. Quizás tenga razón la dirigencia de la extrema derecha cubano americana y su prensa miamense a comenzar a sentirse como los pasajeros del Valbarena se sintieron en aquel último fatídico viaje del vapor español al comenzar a penetrar en aquella tormenta acercándose a La Habana; tempestad que aquella noche se los tragara. Está por verse, mientras tanto aquí en Miami, barruntan que barruntan…
* Periodista cubano residente en EE. UU., Director de Areítodigital.
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