Mochilas y otras yerbas (APE)     Por Carlos Del Frade   (APe).- -No es que no hay más droga, pero si menos alcohol y hierros en las mochilas – dijo Nora Argüello, l...

Mochilas y otras yerbas (APE)

 

 

Carlos del Frade 3

Por Carlos Del Frade

 

(APe).- -No es que no hay más droga, pero si menos alcohol y hierros en las mochilas – dijo Nora Argüello, la directora de la escuela número 2 de la localidad de Montecarlo, provincia de Misiones, al implementarse las llamadas mochilas transparentes entre los alumnos.

Agregó que hay dos o tres mamás que hacen esas mochilas, “muy originales y hermosas” y recordó que durante 2012 se produjeron “hechos muy violentos, no sólo dentro sino fuera de la escuela. De las mochilas sacaban manoplas, hierros, cadenas y se peleaban entre ellos o con patotas de otro colegio”, indicó la directora en diálogo con medios locales.

Añadió que “un docente encontró a un alumno "distribuyendo hojas de marihuana" y explicó que la determinación de instrumentar la mochila transparente surgió en una reunión a la que asistieron "dos mil personas, entre padres, docentes y alumnos… El centro de estudiantes propuso la mochila transparente y la vamos a mantener hasta que no haya otra propuesta superadora", expresó Argüelles.

Más allá de la medida de seguridad que plantea la escuela de Montecarlo a través de la transparencia en la mochila de los chicos, sería interesante que también se mostrara de forma clara y a los ojos de todo el pueblo de la comunidad, la provincia y el país, la situación existencial de las hijas y los hijos de los tareferos, de los cosechadores de yerba mate en esa mima geografía.

Hacia el año 2010, un tarefero recibía 67 centavos por cada kilogramo de yerba cosechada y alrededor de mil pesos mensuales.

Ese tamaño anoréxico del salario imponía la ausencia de los pibes en las escuelas de Montecarlo y la región.

A fines de febrero pasado, las informaciones de la provincia de Misiones decían de una nueva movilización de cosecheros pidiendo, entre otras cosas, útiles para que sus chicos pudieran ir a la escuela.

La noticia decía que “Aproximadamente mil personas, entre tareferos y desocupados, marcharon por la avenida principal en la ciudad de Montecarlo”, en la tarde del lunes 24 de febrero.

“El reclamo que hizo que los cosechadores de yerba mate y vecinos de los barrios más humildes de la localidad salieran masivamente a las calles es el de la asistencia alimentaria, ya la crítica situación económica está haciendo estragos en estos sectores más postergados. Los manifestantes exigen, además, útiles escolares y protestan contra el excesivo aumento de los servicios de agua potable y energía eléctrica”, apuntaron los diarios locales.

Después llegaron algunas respuestas como la cobertura social para las familias y un mejor precio para pagarles sus duras faenas cotidianas.

-La mayoría de nuestros chicos no pueden ir a la escuela secundaria, no pueden seguir adelante con sus estudios porque están ayudándonos en el trabajo de la cosecha - sostuvo el dirigente Cristóbal Maidana, hace algún tiempo, en diálogo con esta agencia.

A fines de 2012, un estudio de la Universidad de Misiones señalaba que el 50 por ciento los cosecheros de Montecarlo y otras localidades de la provincia comenzó a tarefear entre los 5 y los 14 años, y más de la mitad aprendió con sus padres. La edad promedio de iniciación es de 13 años.

Aquella investigación añadía que el promedio de horas que se trabaja en la cosecha es de 9 diarias y cada trabajador puede llegar a cosechar 500 kilos de hoja verde por día, es decir, media tonelada. El 77 por ciento de los tareferos dijo que durante la tarefa vive en su casa, un 22% en carpas y el resto, en galpones y ranchos. Y a pesar de que el 83 por ciento lee y escribe, el 60 por ciento manifestó como máximo nivel educativo alcanzado la primaria o la Educación General Básica (EGB) incompleta. Pero el 16,4 por ciento de más de mil menores encuestados, nunca asistió a un establecimiento educativo.

Por esa realidad es necesario preguntar si habrá transparencia para mostrar la dureza cotidiana de las familias de tareferos que también viven en Montecarlo, provincia de Misiones. Y más allá de los dichos de la directora de la escuela, ¿quién comenzará a aportar más y mejor trabajo para esos miles de cosecheros a fin de aliviarles la pesada mochila cotidiana?. Para esas vidas también es necesaria la transparencia.

Fuentes: Diario Ambito Financiero, jueves 20 de marzo de 2014 - “Argentina investiga”, octubre de 2012 - Archivo del diario “Territorio” de la provincia de Misiones, noviembre de 2013 y febrero de 2014.

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