Por Edmundo García
Foto: Virgilio Ponce
El Gobernador del Estado de Barinas, Adán Chávez Frías, denunció que a través de mensajes en Twitter enviados desde Miami y España se está incitando a la violencia en Venezuela. Se encargan de ello los grupos extremistas venezolanos, en complicidad con grupos cubanoamericanos violentos, y la prensa vendida a sus intereses.
La constante invitación a distancia a que los manifestantes no salgan de las calles y aumenten la presión sobre el gobierno del Presidente electo Nicolás Maduro, desde sus cómodas residencias y surtidos restaurantes de Miami y el Doral, es parte de una receta declarada públicamente por los centros de poder en Estados Unidos.
Está contenida en la tesis sobre “La lucha política no violenta” de Gene Sharp, que se ha editado como libro por cientos de miles de ejemplares para repartir en los países donde existan gobiernos que no sean del gusto del Departamento de Estado.
Por cierto, lo de “lucha pacífica” y “no violenta” es un eufemismo, porque la muerte y la destrucción se ha adueñado de aquellos países donde se ha querido imponer la fórmula: En Irán, en Túnez, en Libia, en Siria, en Egipto, en Ucrania y ahora en Venezuela. En realidad, el llamado cambio “gradual” y “pacífico” de régimen no es más que una forma hipócrita de llamar a la primera fase de un golpe de estado tradicional, que se consuma con una intervención militar extranjera o la traición de un sector del ejército al servicio de los intereses foráneos y las oligarquías.
Lo más revelador de la incapacidad de la contrarrevolución en Venezuela es que el propio libro de Sharp recomienda que mientras más se debiliten las manifestaciones iniciales más hay que aumentar la propaganda y el activismo desde la prensa para que estas se mantengan. Cosa que explica el aumento de las calumnias y mentiras en la prensa de Miami, que esconde la información sobre la progresiva normalización de la vida civil en el país sudamericano.
La contrarrevolución venezolana asentada en Miami está recorriendo el mismo camino hacia el fracaso que recorrió la contrarrevolución cubana. Una vez comprobado el carácter artificial y antipatriótico de la llamada oposición cubana, los medios miamenses han pasado a ocuparse más de la situación venezolana, como si intentaran realizarse en ella.
Con sorprendente desfachatez aconsejan a los venezolanos permanecer en su país “luchando por la libertad”, y no venir a Miami. Después que muchos de ellos salieron huyendo de Cuba con dinero, joyas y títulos de propiedades en enero de 1959, y hasta en diciembre de 1958, como es el caso de la familia Díaz - Balart.
Varias veces a la semana la señora Gisela Parra, flamante presidenta de la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD) en Miami, participa en programas de televisión para incitar a la violencia en Venezuela. El objetivo declarado de la sección de la MUD que cómodamente dirige Gisela Parra desde el Doral no es otro que movilizar a los venezolanos de Florida, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia para garantizar el retorno de la oligarquía proimperialista al poder.
El autodenominado secretario ejecutivo de la MUD en Caracas y jefe de Parra es el golpista Ramón Guillermo Aveledo, a quien en enero del 2013 el hoy Presidente Nicolás Maduro denunció como el gran instigador de las campañas de difamación en Internet contra el Presidente Hugo Chávez y su familia. No es casual que Aveledo, que es un conspirador, tenga nexos probados con el contrarrevolucionario de origen cubano Carlos Alberto Montaner y el derechista español José María Aznar.
El 26 de junio del pasado año las autoridades venezolanas revelaron un audio donde se demostraba la conexión de Aveledo y la oposición venezolana con el Departamento de Estado de Estados Unidos. Las palabras que siguen no las dijo ningún representante del gobierno venezolano; pertenecen a María Corina Machado, una de las “heroínas” de la actual oposición venezolana, junto a Leopoldo López: “Ramón Guillermo Aveledo le ha dicho al Departamento de Estado que la única manera de salir de esto, es provocar y acentuar una crisis… yo por ejemplo me fui a Washington y Ramón Guillermo va la semana que viene y él decidió ir a raíz de una conversación que tuvimos…”. (http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/revelan-audio-maria-corina-machado-planes-desestabilizadores-mud/)
Parte de la oligarquía adinerada venezolana se ha establecido en Miami, y el dinero y los votos hacen falta para ganar elecciones. Como en este año 2014 hay en Estados Unidos elecciones parciales, la situación en Venezuela se ha convertido en tema de la politiquería local. Han ido a hacer demagogia a los Restaurantes El Arepazo (#1 y #2), el Senador Marco Rubio, el Gobernador de la Florida Rick Scott, el Vicegobernador Carlos López-Cantera, y los congresistas federales Ileana Ros - Lehtinen, Joe García y Mario Díaz - Balart.
Cada uno ha pedido al Presidente Barack Obama acciones más concretas sobre Venezuela. Desde Joe García, que pide una legislación más favorable para los que supuestamente “huyen hacia la libertad”, pasando por Ros - Lehtinen que demanda sanciones comerciales y diplomáticas, hasta Marco Rubio que donde quiera que hay un problema insinúa la necesidad de una intervención norteamericana a la fuerza. Desde Miami, unidos por la misma frustración, derechistas venezolanos y cubanos se dedican a dar “cranque” para que crezca la violencia en Venezuela.
El auto proclamado dirigente opositor José Antonio Colina, a quien se le tiene por Teniente (Retirado) de las Fuerzas Armadas venezolanas, comentó ayer mismo para una estación de Univisión Radio un artículo de Antonio María Delgado (simple eco de los criterios de los golpistas Roger Noriega y Otto Reich) en El Nuevo Herald, titulado “Coroneles venezolanos se insubordinan en Valencia”. En su comentario Colina aseguró, sin citar fuentes, que le habían dicho que una “rebelión” militar estaría a punto de expandirse por todo el país. Solo para levantar el caído entusiasmo e invitar nuevamente a la violencia. Además de él, otros venezolanos como Roger Vivas en la estación radial La Poderosa, y Rafael Poleo donde quiera que le den una oportunidad, incitan desde fuera del agua al aumento de la confrontación en Venezuela.
Muy activo se ha mostrado también el contrarrevolucionario venezolano de origen cubano Robert Alonso (no “Roberto”, porque desea parecer más norteamericano), hermano de la actriz María Conchita Alonso, en cuya hacienda se reunieron un día los paramilitares colombianos que planeaban atentar contra vida del Presidente Hugo Chávez. Robert Alonso actúa en Miami como representante de un llamado Movimiento por la Recuperación de Venezuela y protagonizó recientemente un altercado en la Sala de Sesiones del Concejo del Doral, desde la que se daba un irracional “ultimátum” a las Fuerzas Armadas Bolivarianas. En medio del acto injerencista, los promotores acusaron a otro de los presentes de ser “chavista” y se produjo una bronca que mereció la presencia de la policía.
Como decía, y tuvo que reconocer hasta José Hernández, secretario adjunto en Miami de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), según el mismo El Nuevo Herald, el tema de Venezuela está siendo manipulado para hacer politiquería local.
La Revolución Bolivariana todavía es joven y por eso se ensañan con ella. La Revolución Cubana ha madurado y tiene sólidas instituciones que le permiten centrarse en el desarrollo económico y el perfeccionamiento del país. En los años ' 60 Cuba también tuvo que enfrentar una contrarrevolución armada y violenta, la cual fue rotundamente derrotada. Actualmente la llamada oposición no es más que un grupo de personas pagadas desde el exterior, que como mismo han reconocido diplomáticos norteamericanos destacados en Cuba en sus comunicaciones privadas al Departamento de Estado, no tienen ninguna influencia, ni siquiera en su entorno inmediato, a nivel de edificio, de cuadra o de barrio.
Por eso es tan grande la frustración en Miami. Por eso Ninoska Lucrecia Pérez Castellón, vocera en Radio Mambí de lo peor de la derecha cubanoamericana, se relame de gozo con los ultrajes a la bandera cubana por grupos extremistas en Venezuela, y comparte las amenazas a trabajadores y deportistas cubanos en ese país.
Si la contrarrevolución cubana en Miami ha llegado a disfrutar de la deshonra de los símbolos históricos de la nación y a justificar el derramamiento de la sangre de sus hijos, entonces puede darse por sepultada (que ya lo estaba) para el futuro de Cuba.
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