Un inconveniente masivo

 

 

 

Por el Prof. Juan Carlos Sánchez, Director Editorial de Gacetillas Argentinas

Así denominó Fibertel al corte de la conexión de Internet que sufrimos desde el viernes pasado, a las 13.30 hs., hasta hoy a las 16.30 hs.; es decir, cinco días y tres horas de interrupción de nuestras labores habituales, luego de tres intentos fallidos de comunicarnos que solamente tuvieron como respuesta que "todos nuestros representantes están ocupados", a los cuales se sumaron los efectuados el pasado sábado cuando nos aseguraban que se trataba de una falla en el edificio y que vendrían a solucionarlo el día domingo. Mentira tras mentira, que hemos comprobado al esperar a la camioneta de la empresa desde las 09.00 hasta las 09.40 hs. ese mismo día, al igual que el día lunes por la tarde.

Por otra parte no hemos visto ninguna alusión periodística a esta cuestión que afectó a miles de usuarios en la Ciudad de Buenos Aires y por eso hoy lo damos a conocer.

¿Cuáles fueron las causas? No lo sabemos. ¿Cuál pudo ser la intención? Tal vez podamos tratar de descifrarla en el contexto latinoamericano y nacional. Con respecto al primer interrogante no tenemos mayores respuestas, pero podemos presumir que haya sido superada la capacidad de los servidores para atender una clientela en constante aumento debido al boom inmobiliario en la Ciudad de Buenos Aires, aunque cabe aclarar que tampoco tenemos información acerca de la magnitud del corte en el resto del país y respecto de lo segundo, la resonancia de lo acontece en Venezuela en las redes sociales demostrando la falsedad de lo informado por los multimedios al servicio del imperialismo, las refutaciones a las mentiras de los multimedios nacionales sobre la realidad que atraviesa nuestro país y la necesidad de desinformar y desvirtuar la información por parte del neoliberalismo vernáculo que quiere volver a los ' 90 pueden ser algunas de las intenciones que llevaron a este corte intempestivo.

Otra cuestión a dilucidar será si fue ocasional o intencional. En realidad, nos inclinamos hacia una mezcla de ambas. Pudieron ser razones técnicas o simplemente una decisión política para acallar las voces disidentes de ese periodismo que se dice independiente pero que es vocero de las intenciones del Imperio y de sus cómplices locales. Pensando mal, podríamos afirmar que lo último pesó para decidir efectuar el corte.

Los afectados y las soluciones

Lo que no se tuvo en cuenta, sin dudas, es la incomunicación provocada a quienes utilizan el servicio para comunicarse; por ejemplo, al colectivo de las personas con discapacidad y a las empresas medianas. El primero, sobre todo en la comunidad sordo e hipoacúsica, fue el más afectado al igual que la comunidad ciega pues constituye su vía esencial para informarse y comunicarse, y a las segundas les impidió trabajar mediante la venta on line, recurso moderno que suele utilizar la mayoría de las empresas para la venta.

Si bien todo sucedió en un fin de semana que comenzó con lluvia, ello no implica que no tuviese incidencia en quienes suelen navegar por la web. Y en esta oportunidad, lo climático no puede ser la excusa para lo ocurrido. Durante la tormenta del 2 de abril del año pasado, no hubo cortes en el servicio de internet pese a la gran magnitud que supo tener en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires.

Lo peor fue la mentira sistemática y solapada de Fibertel frente a los clientes del servicio, además de la incomunicación forzada durante las primeras horas de desconexión, durante todo este período. Ello se ha naturalizado a tal punto, que muchas y muchos prefirieron trasladarse a otra parte o a darle poca importancia a lo que sucedió. Y eso es grave, tanto como la falta de disculpas de la empresa y la casi segura ausencia de indemnización por la falta del servicio, por cuanto las mismas cláusulas así lo estipulan; es decir, que no aseguran la estabilidad en la provisión del servicio...

Ahora bien, ¿y el Estado?. Bien, gracias... No creemos que el Gobierno Nacional intervenga en esta cuestión a través de la Comisión Nacional de Comunicaciones pero, en realidad, debería hacerlo para evitar que se repitan este tipo de inconvenientes. Desde hace tiempo, se viene hablando de declarar servicio público a la prestación de conexión a Internet toda vez que ella es la transmisora obligada de trámites en el sector público y privado. Actualmente, muchas transacciones se realizan a través de la web y ello debería ser motivo de una regulación específica con respecto a la conectividad on line.

Mientras tanto los usuarios siguen indefensos y Fibertel sigue impune. No tiene límites. Hace lo que quiere. Sabemos de lo que hablamos, porque lo hemos sufrido en varias oportunidades. Pero es hora que el Estado cumpla con su rol: reglamentar, exigir y sancionar. Es hora de terminar con la impunidad de una empresa que aumentó un 20% el valor del servicio que luego corta durante poco más de cinco días en el medio de un fin de semana. De lo contrario, sería convalidar una extorsión de parte de un prestador monopólico en el mercado tal como ha ocurrido.