Por Omar Pérez Salomón
A Yara, situada al oeste de la provincia de Granma, se le conoce porque en ese territorio se produjo la detención y suplicio del cacique Hatuey, escarmiento español que alertaba sobre la suerte que correría quien se opusiera a sus crueles designios; en 1513 se funda la villa de San Salvador, trasladada después hacia las orillas del río Bayamo; allí el 11 de octubre de 1868 se origina el primer combate de la guerra de los 10 años contra los españoles, y Carlos Manuel de Céspedes, el padre de la patria, al frente de los cubanos lleva a cabo el hecho que la historia recoge como el Grito de Yara; en ese lugar pronunció aquella frase: “Aún quedan 12 hombres, basta para hacer la independencia de Cuba”. En este enfrentamiento muere Fernando Guardia y Céspedes, primer cubano en caer luchando por la libertad de su patria en esa contienda.
Un hijo de Yara, Bartolomé Masó, fue nombrado por Céspedes segundo jefe de las fuerzas libertadoras, por considerarlo el más capaz para sustituirlo y llevar a cabo la colosal obra de la liberación de la patria; pero el día 12 en las cercanías de Yara, renunció al cargo al considerar que por sus conocimientos y prestigio militar el dominicano Luis Marcano debía ocupar esa responsabilidad, dando el primer ejemplo de “todo por Cuba”.
Insignes combatientes como Delsa Esther Puebla Viltre, “Teté”, primera mujer ascendida al grado de general en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el general de cuerpo de ejército Leopoldo Cintra Frías, actual ministro de las FAR, y el general de brigada Harry Villegas, “Pombo”, que combatió junto al Che en el Congo y Bolivia, nacieron en esta tierra.
La primera cooperativa agropecuaria creada por la Revolución fue en Yara Arriba, el 5 de febrero de 1959, inaugurada por el líder histórico de la Revolución, comandante en jefe Fidel Castro.
La pasada semana pudimos constatar que hoy la identidad del yarense pasa por su historia y por su desarrollo económico y social. Están entre los principales productores de alimentos de la provincia al poseer 3.436 caballerías de superficie agrícola, destinadas en su gran mayoría a la producción de cultivos varios y de arroz. Visitar en el poblado de Veguitas a Francisca Milanés García, “La negra”, destacada productora de la agricultura urbana en el país, o en la cabecera municipal a Andrés García, presidente de la cooperativa de crédito y servicios Rubén Martínez Villena, resultó una experiencia inolvidable. Impresiona sobre todo la apasionada defensa que hacen de su terruño, la labor que realizan en bien de su pueblo, que le conceden talla de gigantes.
Yara es una potencia educacional con más de 60 centros de todos los niveles de enseñanza; cuentan con 15 instituciones de la cultura y 14 salas de televisión en asentamientos no electrificados, ubicadas en zonas de difícil acceso; poseen una amplia red de instalaciones de salud, destacándose 59 consultorios médicos y el policlínico de la cabecera municipal que tiene instalados modernos equipos de diagnóstico y le da acceso al personal médico a variada información a través de la red Informed; 148 colaboradores cumplen misión en 8 países.
En el preuniversitario Grito de Yara existe un laboratorio de computación con conexión a la red nacional que fue modernizado el año anterior, y todos los maestros y estudiantes poseen cuenta de correo electrónico. Utilizan sistemáticamente, según nos manifestaron, los contenidos de la Enciclopedia Colaborativa Cubana en la Red (EcuRed).
Tres Joven Club que dan servicios de instrucción y recreativos a niños, jóvenes y la población en general; dos salas de navegación en Internet y un crecimiento en el uso de la telefonía celular, son muestra de la voluntad política de la Revolución de poner las tecnologías de la información y las comunicaciones al alcance de todos.
Yara une a su historia, tradiciones y cultura, el hecho real de renovarse y fortalecer su identidad.
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