Por Iroel Sánchez
De pronto The New York Times mira hacia los problemas sociales de Angola. Allí, y sólo allí, la mortalidad infantil, la salud y la educación son un problema por el que mueren muchos más niños de los que deberían morir en un país petrolero y rico en diamantes.
Por supuesto, para el Times, la causa no son siglos de colonialismo y luego la prolongada guerra que le impusieron a Angola desde EE. UU. hasta años bastante cercanos. En esa guerra, Washington apoyó a Sudáfrica y entre ambos a la UNITA de Jonas Savimbi, “un monstruo cuyas ansias de poder le han ocasionado una espantosa miseria a su pueblo”, en palabras del embajador británico en Luanda.
Para el Departamento de Estado norteamericano en su veredicto de Derechos Humanos, aplicable a todos los países menos al que tiene como capital Washington DC, el problema es el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) que ganó hace tres años las elecciones con el 71,8% de los votos pero “ejerce un control estricto, centralizado, sobre la planificación gubernamental y la formulación de políticas”.
Un poco raro que quienes demonizan a Venezuela por destinar los ingresos del petróleo a solucionar gravísimos problemas sociales invisibles para Estados Unidos y The New York Times antes de que llegara Hugo Chávez al poder en Caracas se preocupen por esos temas en Angola.
Desde Angola, se denuncia que el Departamento de Estado está detrás de la creación de “una especie de primavera árabe en el Sur de África” y más de una decena de personas ha sido detenida por esa causa. En Luanda se hacen paralelos con procesos ocurridos en Libia, Siria, Iraq , Venezuela y Ucrania y dicen que los detenidos “están dispuestos a entregar el país a sus empleadores en Occidente y Estados Unidos para lograr sus objetivos políticos y económicos.”
Documento publicado en el blog “A relidade política de Angola”
http://replicaangola.blogspot.com/
¿Por qué Angola? ¿Por qué ahora? Sabemos, por Lenin, que “la política es la expresión concentrada de la economía” y el Times y el State Deparment -¿son uno los dos?- parecen estar molestos porque con la ayuda de Cuba y China, Angola está impulsando acuerdos para poner sus amplios recursos naturales en función de eliminar la “espantosa miseria” que Washington contribuyó a crear y que sólo puede tener solución mientras más lejos esté la economía angolana del control de las transnacionales estadounidenses. (publicado en CubAhora).
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