Foto: Gentileza 5septiembre.cu
Por Raisa Martín Lobo
Era cerca de las 4 y 15 de la tarde del 18 de junio de 2007 y la agencia internacional de noticias Prensa Latina daba la triste noticia. Decía adiós a la vida la heroína del llano y de la Sierra, de la clandestinidad junto a Frank País y la artífice de la emancipación de las mujeres cubanas, decía adiós, quien fuera toda dulzura y coraje: nuestra Vilma Espín Guillois.
La también fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas, había nacido en Santiago de Cuba, el 7 de abril de 1930. Ya no está físicamente entre nosotros, sin embargo, la mujer que se hizo célebre por su participación en el asalto al Cuartel Moncada, tiene en este pedazo de tierra cubana, el cálido abrigo, ese que sólo ofrecen los hogares a quienes jamás se van de ellos.
Su rica sensibilidad en la creación de círculos infantiles, hogares para niños sin amparo filial y la preocupación permanente por los hombres y mujeres de la tercera edad, son hechos que cruzan la vida de Vilma, toda conferida a las profundas transformaciones políticas, sociales y culturales de la Revolución.
Leal, delicada y tierna, estás junto a nosotros para encontrarte en cada mirada de la mujer trabajadora, en el rostro de la joven estudiante, de las niñas, de abuelitas, de maestras, científicas y obreras que salen a las calles en busca de nuevos sueños.
Nada relativo a cualquier forma de discriminación le fue ajena a la guerrillera de la clandestinidad y la Sierra, de ahí que por su protagonismo nacieran, entre otras, instituciones para dar amor a los niños sin amparo familiar, Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, el Centro Nacional de Educación Sexual, la creación de los círculos infantiles y la defensa del vínculo de la mujer a las tareas de defensa del país.
En su objetivo por incorporar a la mujer de todos los estratos sociales al sistema productivo, Vilma Espín impulsó su incorporación a los programas educativos y de alfabetización; la creación de la escuela de cuadros, y de los círculos de estudios políticos en toda la nación. Por eso sobran las razones para recordar por siempre a quien devino guía y ejemplo para todas las generaciones de cubanas y ejemplo ante el mundo.
Hoy físicamente, no nos acompañas, Vilma, pero tu coraje y determinación están en cada mujer cubana, poderosa razón por la que sigues eternamente presente en las tareas de la Revolución, rebelde, pedagoga, guía, mujer rebelde, insurrecta desde la niñez, madre, fiel compañera y combatiente.
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