Por Carlos Del Frade
(APe).- -Yo trabajé un tiempo con el señor (Julio) Grondona. Le llevaba jugadores de la zona para su equipo, que era Arsenal. Para que sepan, el 70 por ciento de los jugadores que se van al exterior salen de la zona nuestra - sostuvo Patricio Gorosito, de 65 años, ante los jueces Ramón Luis González, Eduardo Ariel Belforte y Rubén David Quiñones, de la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco, que investigan el cargamento de más de una tonelada de cocaína descubierta en Lisboa, Portural, el 11 de abril de 2012 y que partiera de Quitilipi, en territorio chaqueño.
El abogado Carlos Salvatore está acusado de ser el cerebro de la organización y luego aparece, entre otros, el testaferro de Julio Grondona, el ex todopoderoso presidente de la AFA que cuando murió tuvo una escolta de varias cuadras como si se tratara de San Martín.
La historia de Gorosito es la síntesis de los negocios de lavado de dinero y narcotráfico que se mueven a través del fútbol, no solamente en la Argentina crepuscular del tercer milenio, sino también en el mundo, tal como lo evidencian las curiosas investigaciones que surgen desde el imperio y que obligaron a renunciar al mandamás de la FIFA, Joseph Blatter.
En el año 2004, el comerciante de Arroyo Seco, una localidad que pertenece al departamento Rosario, en la provincia de Santa Fe, inventó un club, el Real Arroyo Seco, y el primer nombre de la cancha era “José Omar Pastoriza”, en honor de un reconocido ex jugador y ex director técnico del Independiente amado de Julio Grondona. Desde los primeros momentos el ex titular de la AFA estuvo en Arroyo Seco.
En diálogo con los periodistas que siguen las incidencias del juicio por el operativo “Carbón blanco”, Gorosito contó que el dinero con el cual compró las 21 hectáreas donde levantó el Real que luego le vendería a Rosario Central, le fue entregado por el mismísimo Julio Grondona. "Me la dio Julio Grondona. Todos sabían que el club era de Grondona. Yo puse la cabeza, fui el testaferro. Grondona hizo el estadio. ¿O no vieron que venía él a Arroyo Seco como vino (el presidente del Barcelona Fútbol Club Joan) Laporta? Yo soy un analfabeto. Cuando se vendió el club él me dio una parte a mí", sostuvo el hombre que ya tenía antecedentes de trabajar con Don Julio en el Uruguay cuando fue el gerente del club Defensores de Colonia.
Gorosito ya venía acumulando distintas causas: en 1999, por drogas, en Salta; desde el 13 de julio de 1999 y el 13 de julio de 2004, estuvo inhabilitado por el Banco Central de la República Argentina por emitir cheques sin fondos; en ese año estaba vinculado al club de Colonia como dirigente y gerenciador. Cuenta el diario uruguayo “La República” que “nadie en la Asociación Uruguaya de Fútbol ni en el club solicitó antecedentes del empresario. Hubo sí un hecho que fue recogido por la prensa que confirmó la gran amistad que unía a Gorosito con Grondona. Cuando el técnico Carlos Manta se desvinculó del club, éste debió indemnizarlo. El entrenador hizo un convenio de pago con el club que no cumplió. De acuerdo con el Estatuto del Entrenador, las instituciones que no pagan las deudas a los técnicos cesantes no pueden comenzar la actividad. Manta se mantenía muy firme en exigirle el pago a Deportivo Colonia de sus créditos laborales y los dirigentes decían que no tenían dinero, lo que impedía al club competir en la AUF. Una llamada de Eugenio Figueredo, presidente de la AUF, a Carlos Manta, hizo cambiar la posición del entrenador que accedió a firmar un nuevo convenio de pago. Figueredo le dijo a Manta que lo había llamado Julio Grondona -el amigo y socio de Patricio Gorosito- y le había pedido que hablara con él para que aceptara el convenio que él se responsabilizaba en caso de incumplimiento. Al final, Manta cobró la deuda a Deportivo Colonia, pero Gorosito ya se había desvinculado del club uruguayo”, sostenía la información uruguaya.
La historia de Patricio Gorosito, ahora ventilada en el Chaco, muestra también la degeneración del fútbol. De ser uno de los juegos más hermosos inventados por el ser humano pasó a convertirse en un circuito de dinero fresco donde el tráfico de personas sigue teniendo vigencia. Igualmente la impunidad sigue ganando por goleada porque todo lo que pudieron haer Gorosito, Grondona y Blatter sólo fue posible por el aval y la complicidad de nichos corruptos de diferentes de gobiernos. De eso, todavía, no surge ninguna información.
Fuentes: Diario “La Capital”, de Rosario, jueves 11 y viernes 12 de junio de 2015; “La Nación”, jueves 11 y viernes 12 de junio de 2015 y “Clarín”, jueves 11 y viernes 12 de junio de 2015. “La ciudad goleada. Fútbol, lavado de dinero y poder”, del autor de esta nota.
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