Por Norelys Morales Aguilera
Parece muy loco que un Misil Hellfire haya sido enviado a La Habana por un descuido y que se diera a conocer en el Wall Street Journal (WSJ) el 7 de enero, cuando la extraña carga llegó a la Isla presumiblemente en 2014, en un vuelo regular, en momentos en que para subirse a un avión poco falta para que en cualquier aeropuerto usted sea desnudado.
Muy sospechoso, sin dudas, y con la piel endurecida contra trampas y triquiñuelas agresivas, las autoridades cubanas guardaron silencio.
David Urra del sitio Counterpunch.org se dio a la tarea considerar fuentes diversas que le permitieran corroborar los hechos. Pero, antes dejo al lector que vea la historia que del insólito suceso da la agencia Efe a partir del informe periodístico de WSJ:
"En este caso, el misil salió del aeropuerto de Orlando (Florida) con destino a la base naval de Rota (Cádiz, España), y fue utilizado en unos ejercicios de la OTAN, según las fuentes consultadas por el periódico. Pero por razones que se investigan, la carga que lo contenía pasó por distintas compañías de transporte y supuestamente tenía que haber sido enviado a Madrid y, de allí, vía aérea a Fráncfort, desde donde debía haber partido hasta Florida en otro avión".
"Sin embargo, en la revisión del primer vuelo se echó en falta el misil, según el Journal. La pieza había sido transportada en camión a Fráncfort y, desde allí, al aeropuerto Charles de Gaulle de París, también en camión. Allí fue colocado con otras cajas en un vuelo de Air France que, después se averiguó, tuvo como destino La Habana, donde nada más llegar la carga fue confiscada por las autoridades cubanas".
"Lockheed Martin confirmó en junio de 2014 que el misil perdido seguramente estaba en Cuba, y lo notificó al Departamento de Estado, según las fuentes citadas por el diario".
Para Urra, es muy sospechoso que los norteamericanos utilicen los sistemas de distribución de carga civiles para el transporte de su equipamiento militar. A lo que añade, que si así fuera cómo es posible que esta carga, debidamente identificada haya pasado por tantas manos sin que se percataran del error. Se trata de que después de haber sido “utilizado” en España el misil debió ser enviado a Alemania para viajar de nuevo a EE. UU. En la práctica, según los reporteros del WST, viajó a Francia para después recalar en Cuba.
De acuerdo con la versión publicada, debieron haber varios errores: uno, en España al ser enviado a Francia en lugar de Alemania; otro, en Francia al no percatarse de que la carga no tenía a París como destino, pero después hubo otro en el mismo país al enviar una carga, que no había llegado correspondientemente con la documentación correcta, a otro destino no consignado en sus documentos.
Aparentemente los únicos que no se equivocaron fueron los cubanos, que inmediatamente identificaron una carga errada y la confiscaron. ¿Será que en Cuba el sistema de control de cargas es más eficiente que en España y Francia?
Sin embargo, Urra pone atención en lo que es esencial, o sea, las verdaderas intenciones del artículo: que no comienza describiendo los hechos, sino especulando que la llegada del misil Hellfire a Cuba puede ser obra de una operación de inteligencia de las autoridades cubanas ???!!!
Después se aclara que el misil no tenía carga explosiva -como para no armar un escándalo donde se acusen a las autoridades norteamericanas de enviar cargas explosivas en aviones civiles por todo el mundo- para después sugerir que posee tecnología sensible en su interior que podría ser entregada por Cuba a países con los que EE. UU tiene hostilidades: Rusia, China, Irán o Corea del Norte.
Con el análisis de datos certeros, el articulista de Counterpunch concluye que parece ser que los objetivos de esta tardía revelación están relacionados con el estado actual de relaciones entre los Estados Unidos y Cuba.
El Hellfire cubano apunta a este objetivo, y dañar las acciones que han decidido emprender los presidentes Barack Obama y Raúl Castro es el principal propósito de este misil extraviado, con el fin de convertirse en un misil mediático.
Se sabe, los misiles mediáticos suelen ser bastante dañinos y a los fines de sus disparadores, nunca inocentes.
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