Por Alfredo Grande
(APe).- "Operación Masacre" es una novela de periodismo de investigación que Rodolfo Walsh publicó en 1957. Los sobrevivientes de los asesinatos en el basural de José León Suarez permitieron durante años de trabajo esclarecer la trama brutal de lo que luego la dictadura genocida perfeccionara con la técnica macabra de la desaparición forzada de personas.
Tampoco los dictadores pudieron predecir el equipo de antropología forense que, con la única evidencia de huesos, pudo reconstruir historias de lucha, coraje y dignidad. Rodolfo fue un antropólogo social y político. Implicado en la dignidad de los peronistas de la resistencia, siguió escribiendo y profundizando la investigación. A su lado, “A sangre fría” de Truman Capote es una novelita de Disney. Esos fusilamientos saturados de indignidad, del cinismo canallesco del fascismo criollo, fueron el faro que alumbró con anticipación de décadas, la masacre de Ezeiza.
Derrumbe de la utopía de la Patria Socialista. Implosión de la resistencia que empezó con el Cordobazo que arrinconó al General Onganía para sucumbir con los esbirros del General Perón. Aunque siempre es difícil decir cuándo empieza la resistencia al represor. Década del ' 60 y del ' 70: se luchaba por lo fundante. Fundante represor o fundante deseante. Capitalismo o socialismo. Sabemos cómo terminó. Supongo que hubo errores. Pero hubo más aciertos que errores. Más lucha que traición. Más dignidad que humillación.
La Operación Masacre fue necesaria porque la profecía de Evita podría cumplirse. El peronismo será revolucionario. En esos tiempos, la honesta militancia, los trabajadores represaliados, las familias destrozadas, no podían anticipar que… no será. Al menos, revolucionario.
Las masacres eran necesarias para una cultura represora que siempre teme sufrir el mismo destino que sufren los que la enfrentan. Teme que alguna vez llegue el cántaro que no se rompa en ninguna fuente. Y desde la acordada de la Corte Suprema, que legalizó el golpe de Estado de Uriburu, todos sabemos que los poderes del Estado son la versión potable de todas las injusticias y todos los terrores. La democracia burguesa, de tan, pero tan burguesa, deja de ser democracia. En el mejor, quizá peor de los casos, puede ser una “partidocracia”.
Los partidos eviscerados de la política y siliconados con una religiosidad sectaria, son peones de un tablero donde reyes, reinas, alfiles y torres mantienen los movimientos del privilegio. Los partidos de la burguesa democracia son los bufones del rey. Divierten a los amos de todos los universos hasta que dejan de ser graciosos y entonces truena el escarmiento fascista. Así una y otra vez. Y otra. De cantar “La Internacional”, “Hijos del Pueblo”, “La Marcha Peronista” a un estribillo que alude a que si la tocan a Cristina, o sea, si la mandan al bombo, va a haber desorden, es a mi criterio un reduccionismo minimalista lamentable.
Llovió y volvió citada por un juez de la burguesa democracia, o sea, un juez burgués. Bastante fané y descangayado. Primera aparición desde la catástrofe de Macri triunfador. Y entonces, como a falta del pan de la revolución buenas son las tortas de las citaciones a declarar, las masas se autoconvocan, o son convocadas, o ambas cosas, a tomar el palacio de Comodoro Py. El protocolo quedó en eso. Lavarse las manos antes de comer, pero antes escupir el asado.
Luego de votar por el levantamiento de la cláusula cerrojo, luego de decenas de miles de trabajadores masacrados por pérdida de trabajo, de la estampida del búfalo inflacionario, de los ratones pérez para los dueños de la tierra, luego de las subas criminales a insumos básicos, desde electricidad hasta peaje, luego de todo eso… ¡ Todos a Comodoro Py !!
Napoleón volvió de su destierro con propósitos más contundentes. La convocatoria fue para masacrar a la Justicia que intenta cuasi grotescamente, deshilachar el ovillo de la corrupción. Argumento ganador: no hay una sola ruta del dinero. Hay muchas. Creo que ya lo sabíamos. Pero robo de muchos, consuelo de cómplices. La estrategia siniestra del volveremos, con la vieja marchita o con la frente marchita, eso está por verse, elude por qué nos fuimos. Porque lo que es seguro es que el ingeniero de la triste figura no podía echar a nadie. A menos que lo ayudaran justamente los que debían combatirlo.
Volveremos sin pretender averiguar, pensar, evaluar, criticar, por qué nos fuimos. Masacrar la justicia, incluso la justicia más grotesca, no es lo mismo que luchar por una justicia popular. Lo que denomino la justicia por mano propia. La movilización a Comodoro Py es la versión corregida y degradada de un 17 de octubre. Irigoyen y Perón fueron expulsados por asonadas militares. Si la víctima es complaciente con el victimario, es para discutir en otro momento. Pero no es lo mismo ser barrido por un tornado que volteado por un estornudo. La épica antimacrista es decadente. Es oportunista. Es mediocre. Producto de errores, traiciones, maniobras de palacio, operaciones donde se masacraron las necesidades y deseos del pueblo trabajador.
Volveremos y los que quedarán sumergidos y enterrados serán daños colaterales. Kirchnerismo se escribe con K. Scioli el tranquilo tardó demasiado en averiguarlo. Un movimiento policlasista que encubre la lucha de clases. El peronismo - antiperonismo sepultó la dialéctica fundante: explotadores y explotados. En el peronismo y en el antiperonismo hay explotadores y explotados. O sea que la contradicción fundante dio paso a una contradicción secundaria y encubridora.
Mientras haya peronismo, la revolución incluso dejará de ser un sueño eterno. Una izquierda peronista es necesaria. Un peronismo de izquierda es un lastre. Y la versión on line del peronismo, es el kirchnerismo. Como lo fue el menemismo. Del cual abrevaron muchos y muchas, incluso Néstor y Cristina. Los ' 90 también fueron ellos, por algo ahora necesitan sobreactuar el rol anti mercado. Privatizaron YPF y luego nacionalizaron un poquito, aunque sigue siendo una sociedad anónima. Las luchas que se avecinan nada tienen que ver con sostener los privilegios de una casta corrupta. Los masacrados de la historia no merecen esta caricatura grotesca. Que ni siquiera es de revolución. Sino del más brutal retroprogresismo.
No solamente el pez por la boca muere. Los relatos artificiales también morirán. La Patria Socialista, tenga el nombre que tenga, volverá a ser bandera y a ser lucha. Y copiando a Pablo Milanés también cantaré: “Yo pisaré las calles nuevamente / de lo que fue Argentina ensangrentada. / Y en una hermosa plaza liberada / me detendré a llorar por los ausentes”.
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