Como educa la plutocracia III (Parte final)       Como educa la plutocracia III (Parte final) Por Andrés Sarlengo Argentina sobrevive bajo el dominio de la plutocracia. ¿Y qué es la ...

Como educa la plutocracia III (Parte final)

 


 


 


Como educa la plutocracia III (Parte final)



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Por Andrés Sarlengo





Argentina sobrevive bajo el dominio de la plutocracia.

¿Y qué es la plutocracia? Es el desprecio del capital por el pueblo. El desprecio de unos pocos que se organizan para someter a las mayorías. Es la perversa necrofilia que ejercen para condicionar nuestras vidas.

El miedo a la libertad se expresa en el gobierno de una minoría que se ríe entre las sombras de la farsa electoral.  Pero no hay que subestimarlos: son sutiles en sus mandatos. Miren sino que hasta la Asignación Universal por Hijo los trabajadores ven a su favor.

Minorías tramando el destino de los demás, insiste Darío Balvidares.

En el libro Opus Dei. El totalitarismo católico se reproduce una entrevista realizada a Héctor Ruiz Nuñez: “- Hay una antigua mención que se atribuye a Escrivá (José María Escrivá de Balaguer), en la que habría señalado que en cualquier país del mundo donde el Opus consiguiera conquistar a los cinco más importantes juristas, a los cinco más importantes políticos, a los cinco más importantes filósofos, a los cinco más importantes economistas, en cinco años dominaban el país… El Opus tiene una estrategia clarísima, definida y permanente, de acceder al poder; por eso la captación de personas aunque sean prospectos, proyecto de gente que va colocarse en lugares interesantes, muy importantes, como son los chicos que están en la universidad (1)”.

Contundente: Ruiz Nuñez y Emilio J. Corbiere desentrañan como los poderosos van edificando su reinado. He ahí el caso del Opus Dei como ejemplo

1492: conquista de América, gramática española y requerimiento de obediencia.

2010: libre mercado, alfabetización digital y neo-pedagogía de la obediencia.

Darío Balvidares sintetiza el sentido que tiene enseñar y aprender en estos años: “El boletín colonial es más sencillo de sustraer de la mano de la educación, porque el hombre educado en esos moldes es un personaje flexible y adaptado (2)”.

Me pregunto para qué y por qué los pibes y jóvenes van a las escuelas en este Bicentenario.


István Mészáros narra quién fue John Locke y qué de su pensamiento/acción sentó las bases de la pedagogía plutocrática: “Con una remuneración  anual casi astronómica, de cerca de 1.500 libras, por los servicios que prestaba al gobierno (como miembro de la Junta Comercial, uno de sus cargos), Locke no dudó en elogiar la propuesta según la cual los pobres debían ganar “un centavo por día” (a penny per diem), o sea, una cantidad aproximadamente mil veces inferior a su propia remuneración en solo uno de su cargos gubernamentales (…) Al mismo tiempo, en su Memorandum on the Reform of the Poor Law, Locke también propuso la institución de talleres para los hijos de los pobres que aún estuvieran en la tierna edad, argumentando que: “Los hijos de los trabajadores son una carga habitual para la parroquia, y por lo general son mantenidos ociosos, de manera que suele perderse lo que producirían en beneficio de la población hasta que cumplan doce o catorce años de edad.  Para ese problema, la solución más eficaz que somos capaces de concebir, y que por lo tanto humildemente proponemos, es que la ley mencionada que se decretará establezca, además, que se creen escuelas técnicas en todas las parroquias a las cuales concurran en forma obligatoria, en la medida en que ellas la necesiten, todos los niños de entre cuatro y trece años de edad”. (…) Locke argumentaba que: “Otra ventaja de llevar a los niños a una escuela técnica es que, de esta manera, estarán obligados a ir a la iglesia todos los domingos junto con sus profesores o profesoras, y tendrán alguna comprensión de la religión; mientras que ahora, en general entregados al ocio y sin riendas, son totalmente ajenos a la religión y a la moral como a la diligencia (3)”.

John Locke. Un intelectual al servicio de la plutocracia de su tiempo. Como Antonio Salonia, Cecilia Braslavsky, Daniel Filmus, Juan Carlos Tedesco, Juan J. Llach, Alberto Sileoni y cía… pero a fines del 1900 y comienzos del 2000.

Francese Ferrer i Guardia es terminante: “Los gobiernos se han cuidado siempre de dirigir la educación al pueblo, y saben mejor que nadie que su poder está casi totalmente basado en la escuela, y por eso la monopolizan cada vez con mayor empeño (4)”.

Sonará radical y rencoroso citar a Ferrer i Guardia: pero desde 1492 gobierno, estado y corporaciones se han abrazado para educarnos en reaseguro de sus intereses.

La plutocracia precisa mitos. El mito necrófilo de hacernos creer que nos escolarizan para nuestro bien.

Roland Barthes subraya: “El lenguaje necesita condiciones particulares para convertirse en mito”. Y José Tamarit destaca: “No es la sustancia la que define el mito, no es el objeto del mismo (su “contenido”), sino “la forma en que se lo profiere (5)”.

Parafraseando a Roland Barthes: Adriana Puiggrós y Alberto Sileoni están extendiendo y profundizando varios mitos que la plutocracia les ordena.

Adriana Puiggrós expresó a fines de abril de 2010: “La asignación por hijo es el festejo educativo del Bicentenario. Porque con este plan se está llevando a la escuela a los sectores a los que nunca en ningún otro momento de la historia argentina, habían llegado. Ahora están entrando a las aulas chicos que son NN, que no habían ido nunca (6)”.

Mitos… Ilusiones necesarias que hay que extender. Paga la plutocracia.

Alberto Sileoni afirmó el pasado 15 de mayo de 2010: “Educamos para la inclusión, el trabajo y para que los alumnos puedan seguir estudios superiores, pero sobre todo, educamos para la democracia como sistema político. Lo que pensamos al hablar de una escuela democrática es ser una institución que escucha a los chicos, los contiene y los retiene dentro del sistema educativo (7)”.

Mitos. Ilusiones necesarias que hay que profundizar. Paga la plutocracia.

Pablo Imen señala: “En el año 1991, es decir cien años después de fundado el Sistema Educativo, el censo decía que había 955.000 analfabetos. O sea, que la utopía pedagógica liberal del ciudadano alfabetizado no se cumplió (8)”.

¿Y la pedagogía neo-neoliberal promocionada por los progresistas K?

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en base a una encuesta del Ministerio de Trabajo y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) en la Argentina 193.000 niños de entre 4 y 13 años trabajan a igual que 263.112 adolescentes de entre 14 y 17 años. Si se suman los pibes y chicos que laboran en empleo doméstico la cifra total asciende a 1.500.000. El 60 % de ellos abandonan la escuela (9).

La escuela primaria con jornada completa apenas contiene al 6 % de los alumnos del país cuando el objetivo de la Ley de Financiamiento para el 2010 es del 30 % (10).

Según el Ministro de Educación de la Nación Alberto Sileoni con la “extraordinaria medida educativa de la Asignación Universal por Hijo unos 250.000 chicos volvieron a las escuelas (11)”.

Con todo, quedarían “afuera” de las escuelas 150.000 chicos de acuerdo a datos oficiales mientras el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) ha estimado en 580.000 adolescentes de entre 12 y 17 años que no concurrían a la escuela (12).

En definitiva: lo fundamental es por qué, quiénes, como y para qué educar en este Bicentenario. ¿Galpones o escuelas? Y no es metáfora ni mito.

Sonará a radical y rencoroso pero tal vez Luciano Ariel Fornasero acierte: “Así la escuela, el sistema educativo formal, persigue solamente un objetivo: el afianzamiento de las doctrinas estatales; la consolidación de la hegemonía del Estado por encima de las personalidades, del niño y del hombre. Inocente resultaría conformarse con las reformas propuestas desde el Estado (4)”.

Hay que desobedecer y desaprender para liberarnos.

Quizás me equivoque pero entre democracia y plutocracia hay una gran diferencia. Espero seamos muchos quienes distingamos entre los que organizan el desprecio por las mayorías y los que apostamos por la ética y la vida.


NOTAS

1) Opus Dei. El totalitarismo católico. Emilio J. Corbiere. Editorial Sudamericana 2002.

2) La novela educativa o el relato de la alienación. Darío Balvidares. Redes Cultura. 2005.

3) Citado en La educación más allá del capital. István Mészaros. Siglo Veintiuno Editores. Clacso. 2008

4) Citado en El anarquismo frente al derecho. Lecturas sobre propiedad, familia, estado y justicia. Grupo de estudio sobre el anarquismo. Colección Utopía Libertaria. 2007.

5) Poder y educación popular. José Tamarit. Libros del quirquincho. Julio 1992.

6) “La asignación por hijo es el gran festejo educativo del Bicentenario”. La Capital. Matías Loja. 30/04/2010

7)  El ministro Sileoni diserta hoy en Rosario. La Capital. 15/05/2010

8)  Citado en El grito manso. Paulo Freire. Siglo XXI Editores Argentina. Marzo 2003.

9)  Trabajan más de 500.000 niños en el país. La Nación. 13/06/2010

10) Sólo el 6 % de los chicos va a escuelas de doble jornada. Clarín. 15/06/2010

11) “Con la asignación universal por hijo unos 250 mil chicos volvieron a las aulas”. TELAM. 04/07/2010

12) Un subsidio acelera el secundario. Silvina Premat. La Nación. 03/07/2010

 

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