Recordando el Plan Colombia: ¿Qué ha cambiado en 15 años? (ANNCOL) Por Alberto Pinzón Sánchez Muchas cosas han cambiado, y resulta engorroso citar en una breve opinión periodística, toda esa complejidad, ...

Recordando el Plan Colombia: ¿Qué ha cambiado en 15 años? (ANNCOL)

PC - Gringos

Alberto Pinzon Sanchez

Por Alberto Pinzón Sánchez

Muchas cosas han cambiado, y resulta engorroso citar en una breve opinión periodística, toda esa complejidad, sobre todo la destrucción social y el ecocidio producidos en Colombia y en la región Andino amazónica, lo que ha sido ya ampliamente denunciada por diversas organizaciones populares y sociales y por eso, me limitaré a mencionar las más gruesas y evidentes desde el punto de vista geoestratégico general:

- EE. UU., a pesar de ser la mayor potencia militar, tecnológica y económica global, ya no es la única potencia del capitalismo neoliberal trasnacionalizado, y hegemónica del unilateralismo surgido después de la destrucción de la URSS; sino que ha surgido a nivel mundial y se ha consolidado un grupo de países capitalistas “emergentes” (llamados BRICS) que están en plena disputa por esa hegemonía imperial, creando un espacio al multilateralismo y debilitando el poderío estadounidense.

- En Latinoamérica y el Caribe, ha surgido y se ha consolidado una tendencia popular soberana e integracionista, anti imperialista, anti-neoliberal, que ha logrado importantes avances en toda la Región latinoamericana y caribeña, por ejemplo, consolidando la CELAC, UNASUR, ect, y haciendo retroceder la herramienta neocolonial de la OEA, y el ALCA (la otra tenaza del Plan Colombia).

- Y en la región Andino-Amazónica, para la cual se concibió la Iniciativa Regional Andina como parte esencial de todo el llamado Plan Colombia; Bolivia y Ecuador han logrado consolidar importantes procesos populares democráticos, progresistas y soberanos, y ya no está la base de Manta. Brasil ya no es un sub-imperialismo. Venezuela enfrenta valerosamente una agresión económica, política, ideológica y paramilitar colombiano de desestabilización de su proceso bolivariano, adelantada desde el Comando Sur del US Army, y en Colombia, inicio de la puesta en marcha del plan bipartidista del Congreso de los EE. UU. llamado Plan Colombia. Si bien en estos 15 años de conmemoración se logró profundizar el neoliberalismo trasnacional y autoritario, aumentando la dependencia al gobierno de los EE. UU. (dependencia de todo tipo, especialmente económica y militar con 500 mil soldados y 9 bases militares que remplazaron la de Manta en Ecuador), al hacer una valoración objetiva del cumplimiento de metas (que es lo única herramienta válida de evaluación de un plan) se puede decir que después de haber invertido más de 10.000 millones de U$S dólares de los contribuyentes estadounidenses, no cumplió ninguna de las metas propuestas. Dando por resultado una relación costo / beneficio prácticamente nulo.

Uno, no derrotó a las guerrillas colombianas, teniendo que aceptar una solución política del llamado “conflicto interno” propuesta por ellas, ya que es una bandera fundacional de la insurgencia de Colombia, y dos, no ganó ninguna War Drugs: No redujo el narcotráfico, ni logró erradicar los cultivos ilícitos, ni evitar su expansión continental, al punto de que hoy se puede hablar de una “colombianización” de México y de algunas áreas de centroamerica.

Ante el panorama descrito, el gobierno de los EE. UU. ha recurrido a la vieja estrategia de “si no puedes derrotarlos divídelos”, orquestando a nivel continental una ofensiva mediática destinada ya no a falsear una realidad mundial que es muy difícil falsear, sino a dividir de manera tajante las opiniones y valoraciones de la opinión pública latinoamericana y caribeña entre partidarios del plan Colombia y detractores del mismo, con la pretensión  de diseñar “otro” Plan Colombia para el post-conflicto colombiano, no como se dice oficialmente para apoyar la difícil etapa de transición social y política que se geste al firmar los acuerdos de la Habana entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC - EP, sino para continuar instrumentalizando aún más la dominación y la dependencia y profundizando el neoliberalismo trasnacional depredador y autoritario que actualmente gobierna el país.

Hace 13 años, el 26 de mayo del 2003, escribí un artículo de opinión sobre lo que consideraba era la base y sustentación geoestratégica y política para la implementación del terrible Plan Colombia / Iniciativa Regional Andina con su tenaza paralela, el ALCA. Porque considero que no ha perdido actualidad para comprender la guerra contrainsurgente desarrollada en Colombia durante los últimos años, cuyos fundamentos geopolíticos no han cambiado; me permito anexarlo para mejor comprensión de la efeméride que hoy (ayer) conmemoran en Washington el Presidente de los EE. UU. y el Presidente de Colombia que, sin lugar a dudas, dará origen a “otro” Plan Colombia para el post-conflicto colombiano, destinado como hace 235 años, a desconocer las “capitulaciones comuneras de Zipaquirá" y a “pacificar” mi querida tierra socorrana. Se tituló "La operación geoestratégica global de EE. UU. para anexar a América Latina: Los tres lineamientos de su política exterior" (Ver en: http://www.rebelion.org/hemeroteca/internacional/030526pinzon.htm)

La Operación Geoestratégica Global que el Imperio adelanta para recolonizar la América Latina y en especial, la Región Andino Amazónica, lleva más de una década de implementación y por lo tanto, no es una consecuencia del fatídico 11 de septiembre. En cambio, se acelerará después de que el Asia Central y la región árabe estén aseguradas y controladas definitivamente.

Para comprenderla en todo su tamaño, es indispensable concatenar y conocer en detalle tres documentos estratégicos esenciales que ha producido la Política Exterior del Gobierno de los Estados Unidos, y que se encuentran en plena ejecución: uno, es el documento conocido como "Santa Fe IV"; el segundo, es el Proyecto para la creación de un Área de Libre Comercio en las Américas, conocido por sus siglas ALCA; y el tercero, es el conocido como Plan Colombia, ampliado a la Región Andina para abarcar los países de la antigua República de la Gran Colombia creada por Simón Bolívar.

I - SANTA FE IV

El documento Santa Fe IV, cuya primera versión apareció en la década de los ' 80, fue producido para la campaña presidencial del Presidente de los Estados Unidos George Bush por el staff del Partido Republicano dirigido por el diplomático Lewis Tambs y otros miembros del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales y del Consejo para la Seguridad Interamericana, como Roger Fontaine, Francis Lynn y Gordon Summer, constituye un verdadero Plan (DOFA) de Debilidades y Fortalezas para la Seguridad de los EE. UU., que enumera y explica las siguientes amenazas:

1) La República de Cuba y su dirigente Fidel Castro.

2) La presencia de la República Popular China en América Latina.

3) Las drogas narcóticas como Arma de Destrucción Masiva y su producción en Latinoamérica.

4) Las guerrillas narco - terroristas de Colombia.

5) El surgimiento del Bolivarismo como ideología latinoamericanista y antihegemónica.

6) El riesgo que representa en los Ejércitos de América Latina, el aparecimiento de militares nacionalistas.

7) El retiro del Ejército de EE. UU. y sus bases de Panamá.

8) La demografía en el continente que, junto con las migraciones incontroladas, pone en riesgo la supremacía de los anglosajones en Estados Unidos.

9) La deuda externa de los EE. UU. (01/06/2000) igual a 6.000 mil millones de dólares y la de Latinoamérica que se ha tornado impagable amenazando el sistema financiero transnacional.

10) El desempleo en EE. UU. ocasionado por la transferencia de fábricas a otros países, buscando santuarios o zonas francas donde los salarios sean reducidos y no existan impuestos.

11) La creciente oleada de rechazo popular al neoliberalismo que arrasó social y económicamente el continente en los últimos 20 años.

12) La ingobernabilidad y las crisis económicas y sociales como las de México, Brasil y Argentina que debieron ser pagadas por el Tesoro de los EE. UU.

13) La acelerada destrucción de la Amazonia como fuente de la vida (oxigeno, agua y genes) y el uso irracional que se hace de sus recursos estratégicos como petróleo, gas y minerales.

14) La declinación de USA y la necesidad de mostrar el poderío militar: "Para que la mundialización funcione, Estados Unidos no debe tener miedo de actuar como la superpotencia invencible que es en realidad. La mano invisible del mercado no funcionará jamás sin un puño invisible. McDonald´s no puede expandirse sin Mc. Douglas, el fabricante de los aviones F-15. El puño invisible que garantiza la seguridad mundial de las tecnologías del Silicón Valley, se llama Ejército de los Estados Unidos". (Palabras de Madeleine Albright, Secretaria de Estado de los EE. UU., 1999)

En cuanto a las oportunidades, "Santa Fe IV" destaca las siguientes:

1) La vigencia y actualidad de la Doctrina Monroe: "América para los americanos (léase estadunidenses)".

2) Los mecanismos para la defensa del continente que están vigentes y se deben emplear a necesidad:

- TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) firmado en Río de Janeiro (1947).

- Junta Interamericana de Defensa.

- South - Com (Comando Sur del Ejército de EE. UU.) que, trasladado desde Panamá a Miami, fue reestructurado totalmente.

3) La "Doctrina Powell" de las Guerras Asimétricas Humanitarias, cuyas mejores y más didácticas explicaciones se han hecho a través del canal noticioso de CNN en Irak y Afganistán.

4) La tendencia irreversible a la transnacionalización; primero, del capital financiero; segundo, de la ideología neoliberal; tercero, de la Justicia estadunidense, y cuarto, de los Ejércitos del Hemisferio.

5) La ubicación estratégica fundamental de Colombia como esquina entre los mares Caribe y Pacifico y puente hacia la Amazonia, los Andes y Venezuela y por lo tanto con mayor Valor Global que el mismo Panamá.

II - ALCA

El segundo documento, es el "Área de Libre Comercio de las Américas para el año 2005", más conocido como ALCA, presentado en mayo del 2002 durante la Cumbre hemisférica y de la cual fue excluida Cuba, cuyo diseño y conceptualización vienen desde principios de la década de los ‘ 90, durante la presidencia de Bush Padre y fue continuado por la administración Clinton después de haber sido presentado en la Cumbre de las Américas (Miami,1994).

Es un proyecto que originariamente plantea la integración del Continente Americano mediante un aparente e inofensivo tratado de libre comercio, que en realidad es un tratado de "desregulación y flexibilización" entre la mayor potencia económica, financiera, cultural, mediática, científica, tecnológica y militar, del mundo y sus vecinos que, con excepción de Canadá, a su lado aparecen como unos limosneros desarrapados; y cuya agenda oculta es, construir una "superestructura jurídico política e ideológica transnacional", dirigida por el monarca electo de la república imperial de los Estados Unidos, que le permita hacer frente a la competencia europea y asiática, cumpliendo los siguientes objetivos generales :

- Consolidar la hegemonía político militar del hemisferio, trasladando los mecanismos de control alcanzados durante la guerra fría a una guerra contra el narco-terrorismo.

- Lograr un reordenamiento o "ajuste" institucional y del aparato de producción del hemisferio, que garantice altas tasas de ganancia al capital financiero transnacional de origen estadunidense.

- Controlar las crisis y estallidos económicos y sociales del continente, para que no se desborden en migraciones descontroladas de hispanos a los EE. UU.

- Garantizar el acceso preferencial de los inversionistas estadunidenses a los recursos estratégicos del hemisferio, especialmente en la Región Andino Amazónica (petróleo, gas, minerales y maderas) y a los recursos de la vida (biodiversidad genética, agua, oxígeno), convertidos en una mercancía más.

- Aprovechar las "oportunidades de negocios" que tienen los megaproyectos estratégicos de integración del continente como la gran red intermodal de transporte, el sistema de telecomunicaciones por satélite y cableados y la producción de energía.

Y para la Región Andino Amazónica desarrollar los siguientes objetivos específicos:

- El Canal alterno a Panamá en el Chocó colombiano (Atrato - Truandó).

- La red fluvial suramericana (SARS - IFSA) que unirá el río Orinoco con los ríos Negro, Amazonas, Madeira, Mamoré - Guaporé, Paraguay, Tiete, Paraná y de La Plata; y permitirá el transporte desde Venezuela hasta Buenos Aires.

- La comunicación desde el delta del Amazonas con el Océano Pacifico, a través del río Putumayo, atravesando los Andes en su punto más angosto y bajo para llegar por autopistas al puerto de Tumaco (Nariño) en Colombia y a San Lorenzo (Esmeraldas) en Ecuador.

- El dominio de la zona llamada de las 5 fronteras (Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Venezuela) en donde se halla una gigantesca bolsa de petróleo compartida, y en la actualidad explotada por estos países, el cual es enviado por oleoductos transandinos a los puertos de Tumaco y Esmeraldas.

- La carretera marginal de la selva que, desde el Perú, llegue a Surinam.

- Y por último, el control de la región en donde nacen los grandes ríos que dan origen a la reserva de agua más importante del planeta en el Gran Amazonas: ríos Caquetá, Putumayo, Apaporis y Vaupés, en Colombia; Napo, en Ecuador, y Marañón y Ucayalli en Perú.

III - PLAN COLOMBIA

El tercer documento lo constituye el llamado Plan Colombia, ahora llamado Iniciativa Regional Andina y que, como todo plan, tiene su esquema de antecedentes y justificación, objetivos, ejecución y control.

Andrés Pastrana una vez elegido como Presidente en 1998, presenta ante el Congreso de Colombia el Plan de Desarrollo que, por mandato de la Constitución, debe hacer aprobar.

Este Plan elaborado en inglés por el gobierno de Estados Unidos, titulado "Plan for Peace, Prosperity and the Strengthening of the State", reemplaza sutilmente la formulación que antes se venía haciendo de "lucha contra las drogas", por la fórmula más acorde con lo anteriormente expuesto de "Guerra contra las Drogas". Su versión definitiva se tiene para principios del año 2000, varios meses antes del 11 - septiembre.

Los 7 mil millones de dólares que originariamente costaba, se planeó financiarlos mediante un aporte del gobierno de los EE. UU. de 3 mil millones, y los restantes 4 mil millones de dólares, por el de Colombia (80% mediante endeudamiento externo y 20% por el ajuste fiscal y los impuestos en un proceso controlado por el Fondo Monetario Internacional).

La financiación proveniente de lo que se llamó la Comunidad Internacional o Mesa de Aportantes, no se pudo realizar al no haber sido aprobado este Plan por la mayoría de países europeos y su condición más onerosa consiste en que de cada dólar invertido 0,70 ctvs. irían para el gasto militar, dejando demostrado desde su inicio que es un plan de guerra que, con la justificación propagandística de combatir el terrorismo y las drogas narcóticas, fusionados allí arbitrariamente con el término de "narco-guerrilla" por el redactor de los documentos del Grupo "Santa Fé", Lewis Tambs, en 1981, cuando era Embajador estadunidense en Colombia, tiene la verdadera razón de derrotar a la insurgencia guerrillera colombiana que se encuentra precisamente en el área en donde se inicia el Plan.

Y para cumplir este objetivo, se propuso también reestructurar radicalmente el Ejército colombiano mediante una operación llamada de "reingeniería" para ponerlo bajo órdenes directas del Comando Sur del Ejército de EE. UU., a la par de asegurar el dominio y el control militar de la zona, mediante un gran dispositivo de bases militares continentales.

La primera fase de su ejecución se realizaría en el Departamento colombiano del Putumayo, para luego irlo ampliando en una segunda etapa al Sureste y al Centro, finalizando en tres años con el control militar de todo el país, habiendo "erradicado totalmente" el tráfico de drogas en Colombia.

El dispositivo mayor de bases militares de EE. UU. que entraron a reemplazar a las del Canal de Panamá, tiene su centro en la importante Base Aeronaval de Manta en Ecuador, ubicada a orillas del Océano Pacífico, a la espalda de la ya descrita bolsa petrolera de las 5 fronteras, y que es asistida por la base holandesa de Curazao y las bases de Liberia, en Costa Rica y Sotocano, en Honduras, las que, a su vez, están protegidas y apoyadas por las siguientes bases que amplían el anillo de la cadena militar: Tres Esquinas, Larandia y Puerto Legízamo, en el Putumayo Colombiano, coordinadas por los gigantescos y sofisticados radares del Guaviare y el de Leticia, en el Río Amazonas. En Perú se proyecta usar la base de Iquitos, y en el Brasil, la de Alcántara, cerca de Manaos, que cuenta con las bases satélites de Tabatinga, enfrente de Leticia y Yavaraté en el Río Negro.

La "Guerra contra las Drogas" se adelanta en varios frentes:

- Primero, una combinación de guerra química mediante fumigaciones masivas sobre cultivos de coca, del veneno llamado glifosato (los colombianos lo llaman glifosfacho), y de guerra biológica mediante la aspersión indiscriminada del "hongo mata-coca" que es una manipulación genética del Fusarium Oxysporum, descubierto en una intoxicación masiva en la antigua Unión Soviética.

- Segundo, mediante la guerra psicológica y mediática adelantada por las cadenas televisivas y periódicos controlados por la CNN, tendiente a polarizar a la sociedad colombiana a favor de la guerra y en contra de una salida política, y a desprestigiar hasta más no poder a la insurgencia colombiana, en el entendido erróneo de que desprestigio es igual a derrota política. Y decimos erróneo, pues una supuesta derrota política de la insurgencia vendría cuando se realicen los cambios estructurales en la sociedad que ella tiene como programa.

- Tercero, mediante el incremento de las operaciones militares abiertas, y de las acciones encubiertas realizadas por los paramilitares y los mercenarios de corporaciones privadas de EE. UU. (Ej: DynCorp) contratados por el Departamento de Estado y constituidos en verdaderas puntas de lanza del Plan, aumentando las secuelas económicas, políticas y sociales que el escalamiento de este tipo de conflictos de baja intensidad conlleva, tal y como lo estamos presenciando.

Hoy, después de los tres años de la implementación del Plan Colombia, con todas las evaluaciones hechas por Organizaciones No Gubernamentales y hasta por Agencias oficiales de los Estados Unidos y Colombia, se puede decir que el primer objetivo de transnacionalizar el Ejército colombiano, convirtiéndolo en un Ejército "Cipayo" y desplegándolo por todo el país, está cumplido; no así el segundo, de acabar con la producción de plantas de coca, ni con el tráfico internacional de narcóticos y mucho menos, se ha cumplido con el objetivo de haber resuelto el histórico conflicto social y armado de Colombia, que viene desde hace muchísimos años, antes de que el narcotráfico, con la complicidad de la clase dirigente de Colombia, se hubiera convertido en el problema transnacional que hoy día es.

Recordemos que, aparte de los incalculables negocios generados en la industria química mundial que produce el comercio de los precursores químicos para la extracción del alcaloide cocaína, de los 500 mil millones de dólares que deja su comercialización en las calles de las grandes ciudades estadunidenses en las que se calcula que existen cerca de 23 millones de adictos a los narcóticos, y en las otras ciudades del llamado Primer Mundo, tan solo llega un miserable 2% a las manos de los colonos y campesinos productores y pequeños transportadores; un 13 % llega a las mafias colombianas que financian las operaciones de los grupos paramilitares y las campañas presidenciales, y el restante 85% de los beneficios, es lavado en los bancos transnacionales que tienen sus sedes en Miami, Las Vegas y demás paraísos fiscales del globo.

Mientras tanto, en el sufrido territorio del Putumayo, según la ONG Indepaz, cada día 46 personas abandonan sus hogares a causa de la "guerra contra las drogas", lo que da un promedio mensual de 604 personas que, para el año 2001, fue de 17.143 personas, las que llegaron expulsadas a los cinturones de miseria de las grandes ciudades colombianas a unirse a los dos millones de desplazados que ya deja el conflicto en el país.

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