Siempre están. Son mayoría. Ponen el cuerpo a esta militancia sostenida contra las canalladas de Insfrán y la desidia del Gobierno Nacional. Son las que hacen firmar el petitorio, colaboran con la difusión, ayudan a preparar el almuerzo y la cena para las y los militantes que apoyan este acampe que lleva a cabo el Qarashe Félix Díaz.
Nada las para. Con mate en mano van conversando y pasándose las últimas noticias sobre la situación reinante en Formosa. Son tantas, que nombrarlas sería imposible y correríamos el riesgo cierto de olvidarnos de alguna. Pero no podemos dejar de mencionar a Nora Cortiñas y Elia Espen, esas dos madres luchadoras que estuvieron desde un primer momento.
Militantes convencidas. Van al frente. No se callan. En forma autónoma o formando parte de alguna organización se van sumando a la lucha incesante del pueblo qom y del resto de los pueblos originarios que van llegando a la Plazoleta del Quijote.
Ellas fueron las que colaboraron a armar la whipala gigante que nos anuncia la resistencia indígena frente a la prepotencia de aquellos que prefieren ignorar o dejar de lado la existencia de estos pueblos. Garra. Fuerza. Pasión. Dedicación. ¿Qué más se puede pedirles?. Absolutamente nada, porque ya lo dan todo.
Y es este esfuerzo compartido, el que mantiene vivo a este segundo acampe en el cual también estuvimos y vamos a seguir acompañando. Pese a la absoluta indiferencia de muchas y de muchos, la lucha por el derecho indígena sigue. Y no se trata de privilegios. Simplemente es el acceso a una vida digna. Con tierra. Con agua. Con vivienda. Con educación. Con salud. Al igual que todas y todos los argentinos.
Para los medios comerciales pasó inadvertido. Salvo alguna nota esporádica, ya se olvidaron del tema. Pero también muchos medios alternativos también dejaron de lado esta protesta por los derechos de los pueblos originarios. Sin dudas, están agregando más silencio al genocidio que está ocurriendo en el territorio formoseño.
El Qarashe nos decía que estaban frente a un "genocidio silencioso", en ocasión del reportaje que le hiciéramos, de la mano de los funcionarios insfranistas y nacionales. Y a eso apunta este acampe. A romper con el silencio de quienes nos gobiernan y con la complicidad de los multimedios que solamente informan de acuerdo con sus intereses.
Y la presencia de estas mujeres lo hace posible. Porque ellas son las que llevan la voz cantante cuando se requiere y ponen el cuerpo cuando se necesita. Pero tampoco podemos olvidar que son trabajadoras y van cuando pueden. Sin embargo, no pueden dejar de ir. Simplemente sienten ese fuego interior como decía el Che: "Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario". Y vaya si son revolucionarias...
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