Nicolás Maduro durante sus palabras a la Asamblea Nacional. Foto: Cubahora.
Por Bertha Mojena Milián
Una ley habilitante fue solicitada este martes por el presidente Nicolás Maduro ante la Asamblea Nacional de su país para obtener poderes que le permitan, según sus propias palabras, “defender la paz, la soberanía y el desarrollo íntegro de Venezuela”.
“Es una ley habilitante antiimperialista”, precisó, la segunda que solicita sobre la base de un derecho constitucional, pero surge como respuesta al escenario que ha generado la ley aprobada por el presidente Obama, en la que declara al país suramericano como una “amenaza” para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Mientras, desde muchas partes del mundo, presidentes, intelectuales, dirigentes sindicales, congresistas, integrantes de movimientos sociales, comunidades de afroamericanos e indígenas, han mostrado su solidaridad con el pueblo y el gobierno constitucional de Venezuela.
Al decir del mandatario, dos palabras definen las muestras de afecto y apoyo recibidos en apenas 24 horas hacia el pueblo de Bolívar y Chávez. En primer lugar: un sentimiento de incredulidad ante la ley de Obama, pues nadie cree que Venezuela sea una amenaza contra Estados Unidos. Y en segundo lugar, un rechazo unánime a esa ley y la indignación por tanta mentira.
“Somos un pueblo noble, de paz, pacifista, democrático, internacionalista, un pueblo líder en la lucha por la integración, la unión, la paz, la independencia”, aseguró Maduro al calificar la ley norteamericana como una aberración histórica.
El presidente venezolano recurrió a la historia y recordó el surgimiento de las Trece Colonias de Norteamérica. Dijo que estas amenazas no son nuevas, tienen siglos y son las mismas que aplicaron contra Bolívar, contra el presidente Salvador Allende y durante más de 50 años contra los movimientos progresistas del continente, en especial contra la Revolución Cubana.
Reiteró que la historia nos habla y nos enseña a todos, y que un pueblo que utiliza su historia y la enaltece, tiene garantizada su grandeza, mientras que el que la desconoce cae en los ciclos de dominación, de dolor. Por eso Hugo Chávez rescató la historia, la redescubrió al mundo, enseñó los símbolos nacionales, la Patria y los hizo sentir orgullosos de ella.
Maduro resaltó la necesidad de reabrir el debate sobre la historia, dinamizarlo a todos los niveles y seguir los pasos del Comandante Hugo Chávez cuando decidió que el futuro de Venezuela se definiera por la vía electoral y pacífica para siempre.
“No podrán con Venezuela: lo juro y cumpliré mi juramento a costa de mi propia vida”, reafirmó. “Vamos a elecciones parlamentarias y que el pueblo decida lo que va a pasar en este país y que decida el pueblo lo que quiere. Que cada cual presente su propuesta y que decida el pueblo de Venezuela”.
El mandatario venezolano hizo un llamado profundo y sincero a los venezolanos a unirse ante la más grande amenaza que haya recibido Venezuela, a cerrar filas como un solo puño de hombres y mujeres que quieren paz, que quieren independencia y señaló que Venezuela no es Libia, ni Iraq, es Suramérica, un territorio de paz.
“Este es pueblo de Libertadores, de Simón Bolívar, esta es tierra sagrada que no puede ser tocada por botas extranjeras jamás. Venezuela se respeta”, aseguró Nicolás Maduro.
Un pueblo se levanta todos los días
Mientras Estados Unidos decreta “emergencia nacional” y amenaza a Venezuela, el pueblo de Chávez continúa construyendo sus destinos y enfrentando los desafíos impuestos en los últimos tiempos con pasión, decisión y optimismo.
La lucha contra la corrupción, el acaparamiento y el contrabando continúa marcando una pauta cada día, con una mayor reorganización de la red de mercados y de abastos para el pueblo, que durante los últimos meses ha enfrentado la más intensa guerra económica y psicológica que se pueda imaginar.
La unión cívico militar se ha visto fortalecida como nunca antes y la Fuerzas Armadas Nacional Bolivariana (FANB) han ratificado una y otra vez su unión indisoluble con el pueblo y con el gobierno constitucional de Nicolás Maduro, quien ha puesto al descubierto intentos de Golpes de Estado y otras acciones con las que él mismo ha dicho que se pretenden justificar bloqueos económicos, navales y hasta agresiones armadas contra Venezuela.
En las calles se respira normalidad y las personas acuden a sus labores cotidianas en las escuelas, centros laborales, comerciales y comunidades. Las misiones y grandes misiones sociales continúan fortaleciéndose, gracias a lo cual este martes en todo el país se celebró el Día del médico venezolano y se realizó en Caracas un acto de graduación de miles de nuevos médicos comunitarios integrales.
Este 10 de marzo miembros de comunidades indígenas de todo el país debatieron con un grupo importante de “defensoras de salud” (trabajadoras sociales y comunitarias) de diferentes parroquias del Distrito Capital, cómo hacer más y mejor las acciones para la atención a la población, empleando no solo los métodos reconocidos, sino también los de culturas ancestrales de muchas regiones del país.
En el Cuartel de la Montaña cientos de venezolanos acudieron a rendirle tributo al Comandante Supremo Hugo Chávez, como parte de las jornadas por el segundo aniversario de su siembra eterna, que se extenderá hasta el próximo 15 de marzo y en la cual los niños y jóvenes son los protagonistas por excelencia de las actividades que allí se realizan.
En aquel lugar sagrado y ante la tumba del líder eterno de la Revolución Bolivariana, miles de personas de todas las edades juran cada día continuar y defender su legado, se les ve emocionarse ante el cañonazo que justo a las 4.25 de la tarde -hora de su partida física- retumba para rendirle honores y resaltar la llama eterna que dejó su impronta.
En tribunas improvisadas y plazas, en carros que transitaban por la ciudad, se escuchaban canciones patrióticas o fragmentos de intervenciones de Hugo Chávez, que ratificaban el carácter antiimperialista de la Revolución Bolivariana y se hacía una y otra vez un llamado a la unión y a la defensa de la soberanía,más allá de diferencias sociales y políticas.
Y es que los venezolanos quieren vivir en paz. Saben que los retos son enormes y que apenas dan los primeros pasos en el largo camino que decidieron construir, que no será fácil y mucho menos perfecto, pero es el más cercano a la libertad, la justicia social y la independencia que durante siglos le habían arrebatado y que hoy, nuevamente, se ven amenazadas.
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