Poco a poco se va abriendo paso a la verdad, de la mano del descubrimiento de fosas comunes en la tierra azteca, para dar cuenta de la violación sistemática de los Derechos Humanos que allí acontece desde la hegemonía del PRI al remozado PRD.
"El Estado es responsable" afirmó la fallecida compañera Adriana Calvo, fundadora de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), en ocasión de la segunda desaparición del compañero Jorge Julio López y ello resulta perfectamente aplicable a lo sucedido a los 43 estudiantes normalistas de Iguala aunque teniendo en cuenta que el Estado mexicano está profundamente dominado por el imperialismo, gracias a los cárteles organizados por la DEA.
Por eso la lucha tiene dos grandes enemigos: los titeres del poder norteamericano, encabezados por Peña Nieto y las águilas imperiales que se esconden detrás de Guerreros Unidos y otras organizaciones similares. A ellos se deben enfrentar los padres, amigos y compañeros de los estudiantes desaparecidos.
No resultará fácil derribar los muros de silencio. Los del pasado y los del presente. El poder apostará a que se acallen las voces dentro de un tiempo y a buscar las grietas entre el colectivo de los familiares. En estos días, fue clara la advertencia de las y los zapatistas al respecto cuando fueron visitados por las familias de los estudiantes igualeños.
Menos aún lo será encontrar a los verdaderos responsables de lo ocurrido, con la incertidumbre de la suerte que corrieron estos jóvenes. La clara desmentida del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) destrozó los anuncios del gobierno de Peña Nieto y del Procurador General de la República azteca. Pero no podemos olvidar que las desapariciones y los asesinatos son moneda corriente desde hace décadas en el territorio mexicano y que nunca se ha juzgado y condenado a alguno de sus ejecutores.
El narcotráfico y la trata de personas son las dos principales plagas en el México del siglo XXI. En la Argentina, recién empezamos a conocer su significado e importancia gracias a lo que ocurre en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, cuyo origen data de la última dictadura militar como bien refiere el periodista Carlos Del Frade. Ambas manejan millones de dólares, constituyendo una buena parte del PBI ilegal, cuyos beneficiarios son los Estados Unidos. Ocurre que la droga se ha transformado en una herramienta para el control social muy efectiva y demasiado redituable para el poder político y judicial mexicano que suelen hacer, junto a la policía, muy buenos negocios que, a la vez, permiten filtrar la cantidad y calidad de la mercancía que llega al territorio norteamericano. Por otra parte, la trata utiliza a quienes buscan salir de la pobreza y de la indigencia hacia el mentado sueño americano que hoy no es tal, pero también alimentando a quienes usufructúan de la pornografía y de la prostitución.
De Tlateloloco a Ayotzinapa, los Derechos Humanos son letra muerta en México. Una burguesía que contrasta con la enorme pobreza es el escenario mexicano. Y siempre estuvo la resistencia estudiantil con las y los normalistas o universitarios, como las y los de la UNAM, para dar cuenta de una situación verdaderamente insostenible que ahora cuenta con buena parte de la voluntad popular.
Mientras tanto, la plutocracia, como bien explica Andrés Sarlengo, busca reinventarse en el medio del marasmo provocado por estas 43 desapariciones y así perpetuar sus privilegios y los de sus verdaderos mandantes. Peña Nieto y su gabinete son meros gerentes del imperialismo norteamericano y de una burguesía insaciable. Pero el pueblo sigue buscando respuestas. Y sigue marchando hacia el Zócalo y cada una de las plazas de cada Estado. Sucede que, como siempre, la lucha está en la calle y los derechos no se mendigan, se arrancan al poder.
Tal vez, estas marchas populares lleven a un cambio significativo pero no podemos olvidar "que el monstruo es grande y pisa fuerte", como canta León Gieco. Pero, al menos, será un severo condicionamiento al poder y no podrá continuar haciéndose el desentendido de la suerte de 43 pibes que, tan sólo, querían ser maestros...
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