Por Leandro Albani
Otra vez las tropas israelíes son responsables por el asesinato de un palestino. Con este hecho, Tel Aviv viola la tregua acordada luego de la invasión a Gaza a mediados de año. Mientras tanto, el Estado hebreo continúa con su política de expansión territorial.
Violando la tregua establecida meses atrás con el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, las Fuerzas Armadas israelíes asesinaron este domingo a un campesino en el este del campo de refugiados de Jabalya, cercano a la frontera con la Franja de Gaza. El hecho fue revelado por el ministerio palestino de Salud.
Según esa entidad, la víctima es Fadel Mohammed Halawa, de 32 años de edad. El portavoz de los servicios de emergencia palestinos, Ashraf Al Qudra, agregó que la bala impactó al joven en la espalda y fue probablemente disparada desde una torre de vigilancia militar cercana. Medios internacionales indicaron que los familiares de Halawa declararon que el joven había salido en busca de aves cantoras para luego venderlas en los mercados de Gaza.
Desde el 8 de julio y el 26 de agosto de este año, Israel desató una nueva invasión sobre la Franja de Gaza, en la que fueron asesinados 2143 palestinos y más de 10 mil resultaron heridos. Los ataques israelíes tuvieron como objetivo desbaratar el reciente acuerdo de unidad entre Hamás y Al Fatah, organización que dirige la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Aunque la invasión israelí tuvo la condena internacional, las fuerzas hebreas utilizaron armamento prohibido por la legislación internacional.
El mismo 26 de agosto, Hamás junto a otras organizaciones político-militares palestinas firmaron una tregua y alto el fuego con Tel Aviv, que permitiera dar un respiro a la población gazatí. A una semana de este acuerdo, las Fuerzas Armadas israelíes abrieron fuego contra un grupo de pescadores que se encontraban frente a las costas de Gaza. La agencia de noticias Maan recogió el testimonio de los pobladores del lugar, quienes denunciaron que “barcos de guerra israelíes dispararon sus armas automáticas contra sus botes mientras estaban faenando en las seis millas náuticas permitidas” por Israel. En ese momento, Israel justificó el ataque a través de un portavoz del Ejército que explicó que “los pescadores palestinos se desviaron de la zona de pesca acordada”, por lo cual las Armada efectuó “varios disparos de advertencia al aire”. Al ser consultada sobre cuánto se desviaron los pescadores, la portavoz se negó a responder.
El 6 de noviembre pasado, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reveló que en lo que va de 2014, Israel asesinó un total 2262 palestinos en los territorios de Gaza y Cisjordania. En el último reporte de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) se advirtió que las pérdidas de vidas por la violencia y ataques ordenados desde Tel Aviv multiplican varias veces las conocidas en idéntica etapa de 2013, cuando ascendieron a 22.
La política de la agresión
Una particularidad de la anexión de territorios palestinos por parte de Israel es el apoyo del Estado hebreo a los colonos que luego habitarán esas tierras robadas. Los gobiernos israelíes no sólo ponen a disposición de estas personas dinero y bienes materiales, sino que despliegan a sus fuerzas armadas para despojar a los palestinos de sus hogares, que después ocuparán los colonos. En general, este sector que invade las casas palestinas está calificado como la ultra derecha israelí.
Un ejemplo de este mecanismo represivo se repitió ayer, cuando colonos israelíes incendiaron una casa en Cisjordania. El ataque ocurrió en la aldea palestina de Jirbet Abu Falah, a unos 25 kilómetros al noreste de la ciudad de Ramalá, informaron diversos medios de comunicación. El gobernador de la aldea, Abu Masud Mura, declaró que los “colonos han empezado a golpear las puertas de la casa en plena noche y tras no obtener respuesta, han vertido un líquido inflamable y le han prendido fuego”.
En el momento de ataque, dentro de la vivienda se encontraba Mohamad Abdul Karim, acompañado por su madre y sus hermanas, que pudieron abandonar la casa a tiempo. En las paredes de la vivienda los colonos escribieron con aerosol “Muerte a los árabes”.
Organismos como Human Rights Watch (HRW) han calificado la destrucción de viviendas palestinas por parte de Israel como una violación del derecho humanitario y un crimen de guerra.
Además del asalto en casas, los colonos -muchos de ellos armados o respaldados por las fuerzas de seguridad israelíes-, prenden fuego a mezquitas y plantaciones olivos.
La expansión de Israel sobre territorio palestino también tiene un basamento legal. En el caso de los colonos, el Comité de Finanzas de la Knesset (Parlamento) aprobó recientemente 20 millones de shekels (casi 5 millones de euros) adicionales para financiar la seguridad en los asentamientos judíos en Jerusalén este. En lo que va de 2014, el Estado israelí desembolsó para la seguridad de los colonos más de 100 millones de shekels (20,9 millones de euros). Cifras del Ministerio israelí de Finanzas -difundidos por la agencia Ria Novosti- señalan que el Estado gasta aproximadamente 30.000 shekels (casi 6.300 euros) en proteger a cada colono judío en Jerusalén este.
El gasto para la seguridad de los colonos se mantiene en aumento desde 1991. En ese año se destinaron 7 millones de shekels (casi un millón y medio de euros), en 1995 pasó a 14 millones (unos 3 millones de euros), y en 2010 llegó alos 51 millones de shekels (unos 10.704.000 millones de euros).
Los colonos están asentados principalmente en los barrios palestinos de la Ciudad Vieja, Abu Tor, Silwan, Ras al-Amud, A-Tur, Sheikh Jarrah y la Yeshiva Beit Orot en el Monte de los Olivos. Se calcula que más de medio millón de israelíes viven en unos 120 asentamientos ilegales construidos desde la ocupación de los territorios palestinos en 1967 en Cisjordania, incluido Al-Quds (Jerusalén).
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