Por Raisa Martín Lobo
La cárcel que el gobierno de los Estados Unidos tiene ocupada en la Ilegal Base Naval en Guantánamo desde el año 2002 en contra la voluntad del pueblo y gobierno cubanos, es catalogada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) entre los principales retos en el continente americano y deviene una carga para la política exterior estadunidense.
Según opiniones de la CIDH, el gobierno de Barack Obama ha fallado en el compromiso de garantizar el derecho a la libertad de los detenidos en la mentada prisión. Y esta situación persiste a pesar del reclamo universal de su clausura y la promesa hecha por el presidente norteamericano el 16 noviembre de 2008, ante millones de televidentes estadounidenses y otros tanto cientos de millones a lo largo del mundo, al iniciar su mandato.
Lo increíble es, que ha pasado más de una década y aún el mundo no sale de su asombro debido a las cruentas imágenes de los llamados por Washington, sospechosos de terrorismo y que hoy, permanecen encerrados en el enclave militar donde por demás, se violan los más elementales derechos humanos.
La prisión es un establecimiento nefasto y la situación que se vive ahí dentro no se hace esperar más. Por lo tanto, este es el momento para que Barack Obama se percate de que definitivamente el establecimiento carcelario tiene que cerrarse. Nadie como él tiene la autoridad necesaria, conforme a la legislación existente, para cerrar el penal inmediatamente y con ello, devolver el territorio de Guantánamo usurpado a Cuba.
El penal que tiene el gobierno de los Estados Unidos en tierra cubana, está considerado como el más caro del planeta y esto lo corrobora el hecho de que los gastos ascienden a más de tres millones de dólares anualmente por cada detenido. Por lo tanto, es un espantoso hueco económico para la administración estadounidense y por demás, una piedra en el zapato del presidente Barack Obama.
Sin dudas, la deshonrosa cárcel de la Base Naval de Guantánamo que el gobierno de los Estados Unidos mantiene ilegalmente en territorio cubano, constituye una vergüenza para el mundo, y, sobre todo, es el peor ejemplo de violación de los derechos humanos que puede cometer una nación.
Ha pasado doce años desde que se instaló la prisión ilegal en la ilegal base naval ubicada en Guantánamo y seis de la promesa de Barack Obama respecto a su cierre; sin embargo, en las palabras de quien administra la mayor economía del mundo, ni siquiera hay un asomo al carácter inhumano de lo que representa este penal, sino un discurso completamente vacío.
Ahora… ¿Cómo explicar al mundo que hay que mantener abierta la prisión de Guantánamo, por temor a las críticas políticas? ¿Cómo justificar la tenencia de los 154 reos a quienes se les prolonga una detención indefinida, sin cargos, ni juicio, pese a que la mitad de ellos tienen el visto bueno de las autoridades estadounidenses para ser liberados? ¿ Hasta cuándo la espera, Obama? ¿ Cuándo te vas a convencer de esta metedura de pata?.
La respuesta a estas interrogantes es muy sencilla. Lo primero que tiene que tener el presidente Barack Obama, es valor suficiente para respaldar sus palabras con hechos concretos, no con promesas vacías. Por lo tanto, una demora más en torno al inmediato cierre, no es tolerable para lo que se ha convertido es una terrible tragedia humana.
El centro de detenciones que tiene el gobierno de los Estados Unidos en la ilegal base yanqui en Guantánamo, es otra de las meteduras de pata de su presidente Barack Obama quien todo parece indicar haber tirado la toalla en torno al nefasto penal.
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