Por Raúl Antonio Capote
Ernesto Pérez Chang asegura que a la mayoría de los cubanos les interesaría “lograr” para su Patria un estatus similar al que hoy padece nuestra hermana isla de Puerto Rico.
El pluma vendida de Pérez Chang, habla a nombre de sus coterráneos con absoluta desfachatez, con toda mala intención, porque no se trata de un ignorante, pone como ejemplo de modelo económico el de Puerto Rico.
Al “especialista” Chang se le olvida citar que la economía dependiente portorriqueña, lleva en crisis profunda más de una década, no menciona los 72.000 millones de dólares que tiene como deuda pública el país vecino y que, por no ser un Estado soberano, ni siquiera puede recibir las ayudas directas del Fondo Monetario Internacional (FMI), ni de ninguna otra entidad financiera internacional.
Tampoco mencionó Ernesto que la Casa Blanca no puede hacer nada, pues para hacerlo, Estados Unidos tendría que cambiar sus leyes para que Puerto Rico pueda acogerse a un programa similar al empleado en Michigan y no hay apoyo político suficiente. Además, el proceso sería más duro porque su “lastre” cuadruplica al de Detroit.
No señaló Ernesto que hasta el propio gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, afirma que el Estado Libre Asociado no puede pagar todas sus deudas y que “la deuda de Puerto Rico es impagable. No se trata de política, se trata de matemáticas”, confirmando lo que todos saben de qué la economía de la isla se encuentra en una “espiral de muerte”.
En nada se refirió Ernesto a que la población de la isla se está reduciendo por decenas de miles a medida que los puertorriqueños migran a Florida y Texas en busca de un trabajo más estable. El éxodo está alcanzando niveles vistos por última vez durante la década de 1950, pues la tasa de desempleo es de 12.6%, más del doble de la tasa en Estados Unidos (5.3%), según el Departamento de Trabajo.
También olvidó mencionar lo que afirman expertos internacionales “Puerto Rico afronta tiempos difíciles, problemas estructurales, shocks económicos y finanzas públicas débiles que le han llevado a una década de estancamiento, emigración y deuda. Los mercados financieros solían hacer la vista gorda ante estas realidades, pero desde entonces han cortado a la isla el acceso normal a mercados”.
No recordó contar sobre algo que constituye vox populi para muchos: La raíz de la crisis fiscal de Puerto Rico se enclava en el limbo político sobre el cual flota la isla desde hace más de 100 años: ni estado, ni país. Colonia yankee.
Y el muy mal intencionado Ernesto tampoco apuntó que ya sobre nuestros hermanos puertorriqueños revolotean los fondos buitre, luego de su vuelo por países en desgracia económica como Argentina, Grecia y España. Les interesa sobremanera la deuda de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), pues el alto costo de la factura del agua les asegura sus ganancias. Ya tres firmas de fondos buitre compraron casi toda la deuda de la AAA.
Y como siempre pasa en los países donde lo que importa es el dinero, la presidenta del BGF (Banco Gubernamental de Fomento) Melba Acosta, afirmó como consuelo. “Podemos usar todo el presupuesto que tenemos para pagar la deuda, pero olvídate de la seguridad, olvídate de la salud, olvídate de la educación. Si te dedicas a pagar deuda y no haces más nada, eventualmente, sí, se pueden afectar los servicios. De eso es lo que estamos hablando”.
Todo esto lo olvidó, no quiso decir, no podía decir, no quería decir, no sabía, o conocía pero no le pagarían si lo decía, el anticubano Ernesto Pérez Chang. Decir que los cubanos queremos anexarnos es desconocer nuestra historia, proponer ese modelo como ideal es desconocer la historia de Puerto Rico, es ignorar su lucha de más de un siglo, es una ofensa a los más de 100 años de lucha de nuestros pueblos, a toda la sangre que generosamente se ha derramado por lograr primero y defender después nuestra independencia y soberanía.
Péréz Chang olvidó nuestra historia, olvidó su bandera. “La bandera, -al decir de Martí- lavada de la mancha anexionista con la sangre de los héroes de los 10 años”
Como expuso Martí en la carta que envió al director del periódico The Evening Post, de Nueva York, editada el 25 de marzo de 1889, “Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter”
“No somos los cubanos ese pueblo de vagabundos míseros o pigmeos inmorales” capaces de ponernos de rodillas y asumir el dogal y el yugo como plantea Pérez Chang. No puede llamarse cubano quien propone algo así, Pérez Chang acaba de inscribirse en la lista de los más aborrecidos, que acepte el yugo si así le place a sus hambrientos bolsillos. Cuba no será jamás un Estado Libre Asociado y Puerto Rico dejará de serlo un día y se cumplirá el sueño de José Martí y de Ramón Emerterio Betances.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario