Por Paula Sáenz, guerrillera del 7 Frente de las FARC-EP
Es imposible hablar de la transformación de la sociedad en Colombia sin la participación plena del género femenino, pues las mujeres también hemos estado presentes en la lucha por una verdadera justicia social desde la época de la gesta de Bolívar por derrotar a la corona española hasta los días de hoy.
Es imprescindible y de suma importancia resaltar la valentía y la rebeldía de miles de compatriotas que lo han dado todo, hasta la vida misma, de manera altruista, impulsadas por el enorme amor que sienten por el pueblo.
Hoy, esa herencia de rebeldía, arrojo y entrega a la noble lucha por los derechos de los pueblos y su liberación, está presente en cada una de las mujeres combatientes de este, el heroico ejército de Manuel Marulanda, las FARC - EP. Como dijera Bolívar, "La mujer, ah, la mujer... Nuestros antepasados la consideraban inferior al hombre. Nosotros la consideramos nuestra igual".
Por singular razón, en las FARC - Ejército del Pueblo, las mujeres nos sentimos realizadas en nuestra condición de luchadoras revolucionarias. Hemos logrado el espacio entre los miles de combatientes, obreras, campesinas, estudiantes, profesionales, intelectuales; no importa la raza, aquí combatimos hombro a hombro las indígenas, las mulatas, las afro-descendientes, hasta las extranjeras aquí tenemos nuestro puesto.
El gobierno con su guerra mediática ha lanzado cantidad de campañas en contra de nosotras, las mujeres farianas, vendiendo e infundiendo una imagen y un concepto avieso de lo que somos las guerrilleras. Es cierto, somos mujeres que hemos tomado la decisión de empuñar un fusil por la defensa de nuestras vidas, no somos terroristas. Las guerrilleras somos mujeres provenientes de la sociedad colombiana, somos igual a cualesquiera otra mujer que lucha desde los escenarios populares. Somos colombianas de carne y hueso, no somos máquinas de guerra ni mucho menos objeto sexual. No. Las guerrilleras y guerrilleros somos diferentes, somos mucho más, nos caracteriza el amor, el humanismo y el dolor ante cualesquier injusticia a nuestro pueblo. Sentimos angustia por el anciano que se muere en las puertas de un hospital por falta de atención médica, por los niños que diariamente se mueren en la Guajira de física hambre; nos duelen los actos inhumanos impuestos por la oligarquía y su maquinaria de guerra. Sentir dolor por nuestro pueblo no puede llamarse terrorismo.
En estos 51 años de lucha de las FARC - Ejército del Pueblo, las mujeres hemos logrado progresos fundamentales en cuanto a la participación en igualdad. Hombres y mujeres nos comprometemos con la paz verdadera para Colombia, con equidad e igualdad de derechos, donde se erradique el neoliberalismo para que las mujeres no seamos vistas como una mercancía, ni mucho menos obtener espacios políticos y culturales por las estrechas medidas del 90, 60, 90. No, las mujeres valemos por lo que somos.
Un saludo a todas las mujeres del pueblo que se levantan a luchar por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo. Todas nosotras somos ejemplo de la mujer nueva, comprometida, revolucionaria y digna.
¡ Que viva el temple de la mujer colombiana !
No hay comentarios. :
Publicar un comentario