Por Horacio Duque Giraldo
Dada la violencia y arbitrariedad que suele acompañar las campañas sucias contra la paz y la reconciliacion adelantadas por el señor Uribe Velez y sus segudiores de mayor confianza, me veo en la obligacion de alertar a la opinion democratica colombiana sobre los peligros que corre mi vida y la de mi familia, a raíz de las mentiras e infamias del señor Dario Acevedo publicadas en el periodico El Espectador, las cuales son respaldadas por AUV desde su Twitter.
Ya fui objeto de un montaje judicial y carcelario organizado por Bernardo Moreno, Secretario de Uribe, y ejecutado por el General Jairo Erazo Marzola, quin sigue instigando la persecucion en mi contra desde Monteria y la Gerencia de la Empresa de Acueducto de Bogota, de cuyo Gerente es intimo socio.
El pais conoce los alcances violentos de Uribe Velez, de los paramilitares que promueve y de sus mas intimos seguidores. Su poder es inmenso y su capacidad de daño es infinita.
Es la razón que me lleva a pedir la solidaridad y apoyo de los colombianos y el resto de amigos en el mundo.
Pido a la Mesa de La Habana que se le trasmita a los delegados del gobierno, al Doctor Humberto de la Calle, al Doctor Sergio Jaramillo, al Presidente Santos y al Ministro de la Defensa, Doctor Luis Carlos Villegas, esta grave situacion, para que se dispongan las medidas de protección correspondientes.
Si algo me sucede, ya saben los lectores quienes son sus autores.
Anncol ha realizado un duro debate con Darío Acevedo Carmona, un contumaz uribista que publica con frecuencia sus opiniones en el diario El Espectador, propiedad de uno de los mayores conglomerados económicos de la rancia oligarquía colombiana, con origen en los oscuros negocios de los puertos de Barranquilla y el Caribe.
Es parte de la controversia ideológica aflorada con los desarrollos de las conversaciones de paz, que adelanta el gobierno del Presidente Santos con los delegados plenipotenciarios de las FARC en la capital de Cuba.
Bien es sabido que un poderoso bloque de la ultraderecha, comandado por el señor Uribe, realiza un obstinado sabotaje a las mismas, pues su ser y existencia política dependen exclusivamente de los escenarios de la violencia y la muerte de miles de campesinos y gentes humildes, provocada por la acción de siniestros grupos al servicio de las elites dominantes en el Estado y la sociedad. El entorpecimiento de la paz tiene múltiples ramificaciones; entre las cuales, resalta la labor de algunos escribientes, autores de los insumos de la discursividad del caballista del Ubérrimo. José Obdulio, Rangel, Acevedo, Botero Campuzano, J. Vallejo, Paloma, F. Londoño, Gómez Martínez, Saúl Hernández, Nieto, Carlos Holmes T., Ana Mercedes, Hoyos, Alvear Sanín, Jaramillo Panesso, H. Rodríguez, I. Duque y otros hacen parte de este cuartel de francotiradores, expertos en el sofisma, la injuria, el montaje y el linchamiento mediático, pues disponen de amplios privilegios en las páginas de opinión de los periódicos del establecimiento, en los espacios de la radio y televisión, que constituye una descomunal caja de resonancia de las ideas dominantes de la oligarquía terrateniente, bancaria, militar, económica y política que controla con mano de hierro todos los poderes de la formación social prevaleciente y se opone a cualquier reforma.
Hoy, Acevedo, verdadera escombrera paraacadémica (de Medellín, siendo más preciso), ha publicado, su más reciente -al parecer la última- cosecha, para anunciar un receso en su abominable revulsivo (http://www.elespectador.com/opinion/de-receso). A mi juicio, el hombre atendió nuestra sugerencia sobre el desescalamiento de su anticomunismo, para adelantar su propia atenuación lingüística, tal vez recogiendo el sabio consejo santista de propiciar un “giro lingüístico” en procura de la reconciliación y la vida pacífica.
En honor a la verdad, el provocador explícito de esta controversia ha sido Acevedo. Su columna del 12 de julio del 2015 dió pie a mis reacciones. La misma, titulada “Santos prisionero de las FARC”, atribuye un tono triunfal y prepotente a mis puntos analíticos sobre los avances y resultados del proceso de paz, publicados por Anncol (http://anncol.eu/), en el libérrimo ejercicio del derecho a la libre expresión (http://www.elespectador.com/opinion/santos-prisionero-de-farc). Mi respuesta, por lo demás, fue una voz de alerta, frente a los riesgos objetivos que, para mi integridad personal y mis derechos esenciales, implican sus equivocadas y visibilizadas (por el vehículo utilizado) afirmaciones. Bien es sabido que el repertorio de conceptos e ideas emitidas, en el pasado y hoy por estos nuevos cruzados, han sido utilizadas por los grupos paramilitares y militares, para asesinar, desaparecer y encarcelar líderes populares y opositores. La Escombrera de Medellín, que recién se empieza a escarbar, es un vivo recuerdo de estos montajes. Allí se encuentran cientos de víctimas de los grupos sangrientos conformados por Uribe Vélez (como Alcalde, Gobernador, Ministro, Senador, Presidente y expresidente) y sus generales de la Policía y el Ejército para ejecutar operaciones de limpieza social de indeseables izquierdistas, enemigos de la “cultura blanca” y superior de los paisas.
Quien lea los escritos del señor Acevedo, podrá confirmar su estilo obnubilado, sesgado e infamante respecto de los diálogos de paz en La Habana, del Presidente, de los funcionarios encargados del tema y de quienes dan apoyo a tal política por diversos medios de expresión colectiva. Ni se diga de los delegados plenipotenciarios de la resistencia campesina revolucionaria que están en Cuba.
Agrega el susodicho que nuestras formas del debate son injuriosas y se recuestan sobre el argumento ad hominem para descalificar las tesis contrarias por el emisor del mismo y no por su esencia falsa. Maneras ladinas de endosar defectos. Para injurias y ataques personales recomiendo dar una revisión al Twitter de este espécimen ultramontano y el de su no menos procaz jefe. Traigo a colación uno muy reciente contra la última columna del periodista Antonio Caballero en la revista semana titulada “El helicóptero” (http://www.semana.com/opinion/articulo/antonio-caballero-el-helioptero/438857-3).
Este el Twitter del jefe paraco:
Este otro en tono amenazante, que desde luego no nos intimida:
Concluyan Ustedes. Esto se pone grave dada la audiencia del caballista en los cuarteles.
En tono dolido, Acevedo afirma que extraña en nuestras columnas tesis y argumentos a favor del comunismo. Por ahora, no es ese el sentido de nuestra reflexión inmediata. Es un asunto de más largo plazo al cual no somos ajenos. Mientras tanto le recomiendo, si es tanto su interés, que se acerque a reconocidos intelectuales que se ocupan del asunto en el mundo de la post modernidad liquida. Me refiero al esloveno Slajov Sizek (https://es.wikipedia.org/wiki/Slavoj_%C5%BDi%C5%BEek); al francés Alain Badiou (https://es.wikipedia.org/wiki/Alain_Badiou), quien ciertamente se ocupa de los “maoísmos degradados” por la derecha, como el de su defensor de oficio, Libardo Botero Campuzano, un ex moirista “lentejiado”, que aterrizó en los escabrosos terrenos de la defensa del paramilitarismo, sus masacres y “falsos positivos” de Montoya y Cia; al italiano Toni Negri (https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Negri); y Zygmunt Bauman (https://es.wikipedia.org/wiki/Zygmunt_Bauman), todos ellos con profundas y provocadoras reflexiones sobre la “hipótesis comunista” en el mundo del siglo XXI, cuando declina el imperio gringo, asciende China, se posicionan los BRICS, se levanta América Latina y se desintegra la Unión Europea, con la crisis bancaria y financiera que ha dado origen a los indignados españoles.
Se equivoca Usted si pretende enlodarme con su enlace al mendaz reporte de la Revista Semana sobre mi captura, complaciente en su momento con la Seguridad Democrática (2002 - 2010).
Ver Twitter:
Para su información, le comento que fuÍ víctima, en el año 2007, de una “falso positivo” judicial y penitenciario, ordenado por Bernardo Moreno, el amanuense privado de su jefe AUV y ejecutado por el general Jairo Erazo Marzola, por esa época comandante de la Octava Brigada.
Soy de Armenia, de donde es Moreno Jaramillo, y allí la ciudadanía y la sociedad conocían y conocen de mis posiciones ideológicas y políticas de izquierda revolucionaria, tratadas con mucho respeto por un periódico de prestigio como La Crónica, donde publico frecuentemente mis opiniones desde su creación. Bernardo Moreno fue punto de amarre de una camarilla corrupta y retardataria que nunca ha visto con buenos ojos mis críticas y denuncias en la región misma que controla el gobierno regional y local. De la misma hacen parte narcos, terratenientes, dueños de inmobiliarias y gamonales politiqueros. Le cito nombres para que averigüe quienes son: Gildardo Ceballos, socio del narcotraficante Víctor Carranza y aportante de la tesorería de las campañas de AUV; Jesús Antonio Niño Diaz, Gustavo Moreno Jaramillo (tío de Moreno y jefe de la Mano Negra en Armenia), Mario Gómez (cortesano, sirviente del turbayismo, parte de la cadena de lavadores de activos del cartel del Norte del Valle), la ex gobernadora Belén Sánchez y otros muy conocidos.
Esta repugnante rosca pagó y ordenó la persecución judicial y paramilitar en mi contra. Misma que se organizo desde el Aparta Hotel los Andes en Bogota, propiedad de Ceballos Zuluaga, sitio frecuentado por integrantes del Cartel de Cartago y los Mellizos Mejía.
El macabro montaje orquestado en mi contra es parte de la cadena de trapacerías e ilicitudes planificadas y ejecutadas desde la Presidencia de la Republica por Bernardo Moreno, como las chuzadas a los Magistrados de las altas cortes y atropellos a los líderes de la oposición, por lo cual paga hoy una larga condena en Armenia, lugar donde persiste en su desviada conducta penal lo que debería llevar a la suspensión de los subrogados penales que le han sido otorgados por un juez falto de severidad en la defensa del Estado democrático de derecho.
Jairo Erazo Marzola, el general socio y ejecutar de esta infame cacería, fue excluido de las Fuerzas Armadas por sus vínculos con los paramilitares. Su hermano Irán Erazo, paga cárcel en Montería, pues fue condenado por ser uno de los integrantes de las bandas asesinas de Mancuso (http://www.eltiempo.com/politica/justicia/capturado-hermano-de-salvatore-mancuso/14510796), hoy recluido en una cárcel de máxima seguridad en USA, sentenciado a más de 30 años de prisión, aunque busca algunos beneficios judiciales pues se ha comprometido a dar pruebas de los vínculos de Uribe Vélez y su hermano Santiago con la creación de los paramilitares y las masacres en Antioquia y Uraba.
Así que infórmese mejor antes de lanzar infamias como lo acostumbra el caballista que sabemos. Sea honesto con sus lectores y con sus estudiantes.
Le informo. Es tal mi indignación con sus mentiras contra el proceso de paz, con sus fementidas campañas que intoxican a los lectores y estudiantes, que leen y escuchan de buena fe sus monsergas, que estoy convocando por este medio de comunicación, con todos los riesgos que ello conlleva, un mitin o un escrache (https://es.wikipedia.org/wiki/Escrache), como dicen los argentinos, en la sede de la Universidad Nacional de Medellín, para denunciarlo y desenmascararlo por sus campañas contra la paz y a favor de la guerra como sucedió el pasado 7 de agosto, cuando usted convocó a una movilización en la capital antioqueña con el fin de mentir sobre los diálogos de paz que promueve el Presidente Santos y su gobierno. Para quienes deseen acompañar esta tarea les dejo mi correo con el fin de coordinarla: horacioduquegiraldo@gmail.com
Igualmente mi Twitter: @horacio_DG
Nota 1: Aunque no comparto muchas de sus opiniones, recomiendo leer la interesante y oportuna columna de Juan Daniel Jaramillo en el periódico el Nuevo Siglo de Bogota: “Cese bilateral es necesario” (ver: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-2015-juan-daniel-jaramillo-ortiz.html-0).
Podrán notar la diferencia entre esta reflexión y el panfleto de Acevedo. Igual sucede con otros columnistas, como Fernando Cepeda Ulloa, editorialista de El País, de Cali, a quien se le debe reconocer el buen nivel de sus tesis sobre el proceso de paz. Se trata de un verdadero maestro de la Ciencia Política, así no se coincida plenamente con algunos de sus enfoques demoliberales.
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