Entre los dos, millones de dólares en contratos, Springer - Fiscalia
Nunca como ahora en Colombia, el Bloque de Poder Contrainsurgente había hecho tan escandalosamente suya, la consigna del tristemente célebre dictador peruano que invadió al Caquetá colombiano, Don Oscar Benavides y que es el título de este editorial.
Con un cinismo que sobrepasa cualquier imaginación febril, el pueblo colombiano de a pie, se ha enterado por un accidente de los extraños y oscuros contratos celebrados por la señora periodista Natalia Springer y su empresa familiar, para realizar unas llamadas “consultorías” sobre la Seguridad Nacional que deben permanecer callados, o clandestinos, o reservados, o secretos, para una periodista “top y chic” que maneja datos públicos “sensibles” en el Oligopolio Mediático Contrainsurgente.
Un contratico con el parapolítico Fredy Socarrás, alcalde de Valledupar, por mil cuatrocientos millones (1.400.000.000 = 50 millones de dólares) de sobre valorados pesitos. Y otro con el fiscal Montealegre, fraccionado en varios subcontratos para no llamar la atención y pasar de agache, por cuatro mil doscientos sesentaicinco millones de los mismos pesitos (4.265.000.000 = 151 millones de dólares). Así de chiquitico decía el humorista Pacheco mostrando la puntica de su dedito índice.
Toda una Fiscalía general de Colombia “en la sombra”, más poderosa que la manejada abiertamente por Montealegre que le cuesta a los colombianos un millón de devaluados dólares por día.
El Fiscal Montealegre en una entrevista que da grima por el ocultamiento, la desinformación y la contra información con que trata de engañar a la “patria boba” llamó este contrato “revolucionario” (1).
En un principio; cuando Montealegre llegó a tan alto cargo, dio la impresión de ser una persona por lo menos opuesta al derecho medieval que representa el Procurador Ordoñez y que apoyaba al presidente Santos en el proceso de paz de La Habana.
Pero más pronto de lo esperado, quedó atrapado en el gigantesco trapiche de la corrupción politiquera y narco - paramilitar que le dejaron montado los anteriores fiscales “colaboradores” con la “Refundación de la Patria Contrainsurgente”, como Luis Camilo Osorio, Iguarán, Diago y la Zamora, entre los más cercanos, y empezó a pelar el cobre de los intereses que lo absorbieron: hacerse “rico” o mejor millonario, poniendo un palo en la rueda del proceso de la Habana con la oposición jurídica y demás contrademandas al gobierno Santos y, con los datos “revolucionarios” proporcionados por la señora Springer, quien a su vez tiene otros intereses más altos, tal vez localizados en EE. UU., para que en Colombia siga la guerra y el enriquecimiento de quienes pretenden seguir lucrándose con la continuidad de la contrainsurgencia y el militarismo anticomunista en Colombia.
Ya la delegación de la FARC en La Habana, por medio de su vocero Carlos Antonio Lozada (2) rechazó categóricamente y desenmascaró el tan costoso y oculto “objetivo revolucionario” contra el proceso de paz de la Habana, que subrepticiamente, para no decir corruptamente, contrataron la bella pareja que hacen en las tinieblas la señora Springer y el Señor Fiscal, y que destapa finalmente la realidad judicial en Colombia haciéndole todo el honor a la famosa frase del estrambótico dictador peruano Benavides, con el que titulamos este editorial: "Para mis amigos el contrato, para mis enemigos la Ley".
Finalmente ANNCOL pregunta, porque sabe que tiene la razón una vez más: ¿Se sabrá la realidad de este “torcidito”? O habrá que esperar la llegada de técnicos extranjeros para que hagan una minuciosa investigación como en el caso de las súper aeronaves de guerra recientemente tumbadas no se sabe por quién: si por el viento, las nubes, la impericia del piloto que ya no se puede defender, o como lo dijimos en un pasado editorial por algún cohete de la mafia; pues si no fueron las FARC como lo acaban de informar ¿entonces quién?
NOTAS:
(2) http://anncol.eu/index.php/colombia/politica-economia/item/1529-el-efecto-springer
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