El mundo paralelo (APE) Por Carlos Del Frade (APe).-Este es texto del diálogo telefónico, de la película “El abogado del crimen”, dirigida por Ridley Scott, en ...

El mundo paralelo (APE)

Barras

Carlos Del Frade

Por Carlos Del Frade

(APe).-Este es texto del diálogo telefónico, de la película “El abogado del crimen”, dirigida por Ridley Scott, en el año 2013, y escrita por el Premio Pulitzer, Cormar Mc Carthy.

El Consejero (el título en inglés es justamente ese, “The Counseler”) es un hombre que acaba de descubrir el asesinato de su mujer a cargo de un cartel del narcotráfico mexicano. Consigue un teléfono de un alto Jefe de la organización, interpretado por Rubén Blades.

Le pido que lea con atención el guión. Que repare en la coexistencia de mundos antagónicos en el mismo lugar, en un idéntico territorio. Y las consecuencias del enfrentamiento de esas realidades distintas que, sin embargo, están en la misma realidad.

Consejero: -No sé si entiende usted mi situación.

Jefe: -Por supuesto que sí. Yo perdí un hijo. Hace dos años. Pensé que alguien me llamaría para pedir un rescate. Pero no hubo ninguna llamada. No volví a ver a mi hijo. Tenía dieciséis años.

Consejero: -Lo siento.

Jefe: -Una cosa es cuando entierran los cadáveres en el desierto y otra distinta cuando los dejan tirados en la calle. Ese es un territorio desconocido para mí hasta el momento. Pero debe de haber estado ahí siempre, ¿no le parece?

Consejero: -No sé qué decirle.

Jefe: -La gente espera. ¿Y para qué? Antes o después uno debe entender que en definitiva este mundo nuevo es el mundo propiamente dicho. No hay otro. No se trata de un simple hato.

Consejero: -Hiato.

Jefe: -¿Cómo?

Consejero: -Se dice hiato.

Jefe: -Ah, sí. Hiato. Gracias.

Silencio.

Consejero: -¿Va usted a ayudarme?

Jefe: -Lo que debería hacer es ver la realidad de su situación. Ese es mi consejo. No soy quién para decirle lo que debería haber hecho. O dejado de hacer. Solo sé que el mundo en el que intenta usted enmendar sus errores no es el mundo en el que fueron cometidos. Está en una encrucijada y piensa qué camino debe elegir. Pero no hay nada que elegir. Aquí no existe más que la aceptación. La elección se hizo tiempo atrás.

Ese mundo violento que mata cuando quiere y con un sentido de justicia diferente no es un “mundo nuevo”. Se ha desarrollado como consecuencia de mirar tanto tiempo para otro lado, de negar la realidad de lo que venía incubándose en las entrañas de las grandes ciudades, ha crecido por el doble discurso de funcionarios políticos, judiciales, empresarios privados, abogados, contadores y como resultado fue creciendo ese mundo paralelo. Un mundo que con sus tiempos, sus códigos, sus valores, su dinero, sus armas, sus complicidades, traiciones, lealtades, autoestimas y manejos de los territorios, mata cuando quiere.

Cuando en los últimos días los asesinatos de tres barrabravas de Central y Ñuls y la detención del cerebro de la organización narcocriminal conocida como Los Monos, Ramón “Monchi” Machuca, volvió a marcar a Rosario en el centro del mapa de la violencia urbana; lo que realmente sucedió es la manifestación de ese mundo paralelo, hijo directo del capitalismo que premia el doble discurso y los negocios que nunca serán transparentes.

Tal como ocurre en el Gran Buenos Aires, Capital Federal, Córdoba, Mendoza y Tucumán, hay violencia porque el capitalismo se asienta en dos grandes negocios: armas y narco y, cada tanto, produce reacomodamientos gerenciales que son definidos, en los barrios, por medio de enfrentamientos sangrientos entre miembros de las sub bandas que ahora buscan un nuevo jefe, una nueva línea de conducción.

En el diálogo de la película, la recomendación de Blades es que se acepte, que se resigne al volumen de ese mundo que parece paralelo.

La convicción es pelear contra esa violencia, hija directa del capitalismo desaforado que hoy atraviesa la Argentina y el continente.

Para que se pueda empatarle a la seducción de las armas y el narco hay que volver a poner, en las entrañas de las ciudades, aquello que fue saqueado: trabajo, alegría, deportes, educación, salud y cultura. De abajo hacia arriba porque desde las altas esferas vienen los negocios. Y denunciar la hipocresía, la herramienta que consolidó el mundo paralelo.

Fuentes: “El abogado del crimen”, 2013; diarios de la semana del 6 al 10 de junio de 2016; “Ciudad blanca, crónica negra”, libro del autor de esta nota.

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