Argentina: Declaración del Comité Argentino por la Libertad de los Cinco en el 58º aniversario del asalto al Moncada.     26 de julio de 1953 -  58° Aniversario del Asalto al Moncada - 26 de julio de 2011 Honremos la memoria de los Héroes del Moncada profund...

Argentina: Declaración del Comité Argentino por la Libertad de los Cinco en el 58º aniversario del asalto al Moncada.

 


 


26 de julio de 1953 -  58° Aniversario del Asalto al Moncada - 26 de julio de 2011

Honremos la memoria de los Héroes del Moncada profundizando el combate por la liberación de los Cinco


El primero de junio de 1952 debían realizarse elecciones en Cuba. Era seguro ganador el Partido Ortodoxo, fundado por el doctor Eduardo Chibas. En el ala izquierda de ese partido militaban Fidel Castro, para entonces candidato a diputado y  la mayoría de los jóvenes que participaron en el asalto al Moncada. Faltando poco más de dos meses para la fecha establecida, el 10 de marzo de 1952, el general Fulgencio Batista, encabezó el cuartelazo que derrocó al gobierno constitucional del Presidente Carlos Prío, en una acción que contó con el auspicio y el beneplácito de los EEUU.

Una dictadura sanguinaria    

La dictadura de Batista fue una de las más feroces de las que se tenga memoria. Sus huestes criminales, apoyadas por el gobierno de EEUU, tuvieron vía libre para el robo, la corrupción y el asesinato con tal de que reprimieran a los movimientos revolucionarios y combatieran al comunismo. Batista barrió con la Constitución de 1940 y con ello, frustró las expectativas de un cambio por la vía electoral.  No había otro camino que la lucha revolucionaria para acabar con la tiranía.

Aquel 23 de enero de 1953 se cumplían 100 años del natalicio de José Martí y los jóvenes de la generación del centenario estaban dispuestos a demostrar que era posible derrotar al enemigo. Ellos no dejarían que “el Apóstol muriera en el año de su Centenario

Se organizaron para la lucha clandestina, formaron células y se entrenaron militarmente costeando los gastos de organización con sus propios recursos. Tomarían por asalto el Cuartel Moncada de Santiago de Cuba y el Carlos Manuel Céspedes de Bayamo. Una vez ocupadas ambas fortalezas, llamarían a la Huelga General para derrocar a la tiranía. “Pensábamos provocar un levantamiento nacional para el derrocamiento de Batista”, diría Fidel años más tarde. “Caso de no lograrlo, la idea era, con las armas del Moncada, marchar a la Sierra y librar la guerra irregular en las montañas”.

Seis de los atacantes murieron en combate y otros cincuenta y siete fueron apresados, torturados y asesinados por los sicarios de Batista. El ataque al cuartel fracasó pero el motor se había puesto en marcha. Ya nada detendría la lucha revolucionaria porque como dijera Fidel en el juicio en el que asumió su autodefensa, las razones del Asalto al Moncada, había que buscarlas en las tremendas injusticias de un sistema que hundía a los cubanos en la miseria y les cerraba las puertas de la esperanza”

“Seiscientos mil cubanos sin trabajo, quinientos mil obreros del campo habitando bohíos miserables, cien mil agricultores pequeños que vivían y morían trabajando una tierra que no es suya… Más de la mitad de las tierras cultivadas en manos extranjeras, escuelitas del campo a las que asistían descalzos, semidesnudos y desnutridos, menos dela  mitad de los niños en edad escolar…El 90% de los niños campesinos devorado por parásitos filtrados desde la tierra por las uñas de sus pies descalzos…”(Fidel Castro en La Historia me Absolverá)

Esa era la realidad del pueblo cubano sometido por un sistema económico y social que, sencillamente, debía ser eliminado. Esas fueron las razones que encendieron las voluntades de quienes aquel 26 de julio de 1953 se lanzaron al asalto de aquellos dos cuarteles, verdaderos emblemas del poderío militar del régimen.

Desde el mismo día del triunfo de la Revolución, en enero de 1959, el gobierno revolucionario se dio a la tarea de hacer realidad los objetivos del Moncada. El Instituto Nacional de Reforma Agraria acabó con el latifundio, los campesinos obtuvieron los títulos de propiedad, el apoyo técnico, la maquinaria y los créditos necesarios para poner en marcha la producción. La United Fruit, el King Ranch y los latifundios criollos fueron expropiados. El gobierno promulgó una nueva ley de alquileres y se realizó la Reforma Urbana. La Compañía Telefónica fue intervenida y se redujeron las tarifas eléctricas. Se lanzó la lucha nacional contra el analfabetismo y se aumentaron los presupuestos de salud y educación. Hubo juicios populares y reconocidos criminales de guerra, entre ellos muchos agentes de la CIA, miembros de la policía de Batista, fueron ajusticiados. Finalmente, el 15 de abril de 1961, Fidel proclamó ante el mundo entero el carácter socialista de la revolución.

Esta Revolución, que extiende su abrazo solidario hacia los rincones más impensados del planeta, encendió las esperanzas de los pueblos oprimidos, no sólo en América Latina sino en el mundo entero provocando, por eso mismo, el odio y las agresiones permanentes por parte de los EE. UU. y el resto de los países imperialistas.

Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, presos desde hace casi 13 años en las cárceles del Imperio son la expresión más elocuente del sacrificio y la abnegación que fueron y son imprescindibles para mantener vivas las conquistas revolucionarias. Su encierro en las mazmorras del Imperio es una ofensa a nuestra dignidad. En este 58° aniversario del Asalto al Moncada, profundizar el combate para arrancarlos de las garras imperiales será el mejor modo de honrar la memoria de los Héroes del Moncada”.

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