Nadie, salvo Fidel, podría haber pensado en la reanudación de las relaciones diplomáticas con los EE. UU. tal como ocurrió. Menos aún, con la apertura de las embajadas en tan poco tiempo. Sin embargo, con el correr de los días, las expectativas fueron cautas con respecto a la evolución de esta nueva era.
Y esa cautela tiene su razón de ser. Muchas y muchos crecimos con eso de "donde hay una embajada yanqui, hay un golpe de Estado en camino". La realidad lo va demostrando desde hace muchos años. Basta con ver lo ocurrido, y que ocurre, en Honduras, Paraguay o Venezuela. Como bien decía la colega Norelys Morales Aguilera, esta vez se trata de "dormir con el enemigo". Nada más acertado en estas circunstancias y lo será mientras continúan los pasos hacia la llegada a un respeto mutuo, junto con el cumplimiento de dos exigencias del Gobierno cubano: el levantamiento del bloqueo y la devolución de la bahía de Guantánamo.
Se trata de transitar un camino lleno de espinas en los próximos años. Los futuros desocupados de Miami y las y los contrarrevolucionarios ya se están haciendo escuchar. No obstante, Cuba va...
Entre la economía y la conciencia revolucionaria
Si algo existe en Cuba, sin dudas, es la planificación en la toma de decisiones y la participación popular en ella. Los Lineamientos Políticos, Económicos y Sociales van tomando forma de la mano de pequeños ajustes destinados a conservar la esencia revolucionaria, lo que volverá a ser reafirmado en el Congreso del PCC del año próximo.
Por otro lado, no ha decaído el sentir del pueblo cubano. En particular, de aquellos que han luchado contra la dictadura batistiana y han enfrentado las dificultades en el Período Especial. Pero resulta necesario tener en cuenta la influencia que podría tener un eventual levantamiento del bloqueo porque ello significará enormes cambios para la vida diaria. Un avance significativo ya puede advertirse con el paulatino crecimiento del Wi Fi y de la navegación por Internet, aunque ello sea difícil, entre las nuevas generaciones.
Sin restricciones a la vista, es posible que la economía cubana tome un rumbo ascendente con la incorporación de aquellos insumos que hoy no puede importar y con la exportación de los últimos desarrollos en materia medicinal contra el cáncer de pulmón y otras investigaciones médicas que están en desarrollo. Pero ello debe estar en el marco de las premisas básicas con las cuales surgió la Revolución aquel 1º de enero de 1959.
Economía y conciencia revolucionaria deberán ir juntas para evitar lo que muchas y muchos temen. Y es un miedo que, en parte, es razonable pero no conviene olvidar que el pueblo ha resistido el acoso yanqui más de 50 años y que no dejará espacio para la vuelta al capitalismo. Tal vez, el mayor cuidado deberá tenerse con la juventud que se tienta con las "bondades" capitalistas a través de la web.
Alguna vez nos preguntamos que pasaría si Cuba no estuviese bloqueada. Y afirmamos que podría mejorar, y mucho, la calidad de vida de su pueblo. ¿Será realmente así o habrá que darle la razón a aquellos que desconfían?. Quien desconfía, no conoce a las y los cubanos. Saben que su fortaleza revolucionaria es la que permitirá la supervivencia del socialismo y no van a dejar que la lucha de tantos años se vea empañada.
Se hace camino al andar
Tal como afirmamos anteriormente, la principal preocupación debe ser la articulación de políticas tendientes a preservar la esencia de la Revolución. Si los Pioneros afirman "Seremos como el Che", habrá que buscar el camino para que ello continúe durante su juventud y futura adultez. Se impone recrear las normas y valores revolucionarios para que las tentaciones que puedan surgir del mundo capitalista no puedan hacer pié.
De allí, la importancia de continuar la formación revolucionaria a través de todas las instituciones que trabajan en ello. Ya sea dentro del sistema educativo o fuera de el, debe fluir esa conciencia al igual que durante el proceso revolucionario y ese es, tal vez, uno de los grandes desafíos frente a la actual coyuntura.
Cuba es Revolución permanente. Se actualizará aquello que sea necesario y se conservará lo imprescindible. Pero el futuro está llegando, aunque se duerma con el enemigo, para dar cuenta de los nuevos retos a enfrentar.
Cuba va... No para. Sigue andando. Y eso es lo que cuenta, aunque el capitalismo quiera derrumbar los muros socialistas que se construyeron para siempre en la Isla donde brilla la salud y la educación. Porque el pueblo es quien toma las decisiones. Desde abajo. Sin campañas electorales multimillonarias. Y es el que supo, y sabe, defenderse a lo largo de tanto tiempo...
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