El pasado 15 de septiembre unidades del CTI de la Fiscalía, detuvieron al dirigente indígena caucano Feliciano Valencia. Al líder étnico, merecedor del Premio Nacional de Paz en el año 2000, se le imputa la presunta retención de un integrante de la fuerza pública en el marco de una movilización popular de 2008. Esta injusta acción del Estado ha generado profundo rechazo nacional e internacional, como quiera que carece de basamento jurídico alguno y se apoya simple y llanamente en el interés de golpear y debilitar al campo popular y sus liderazgos.
Hechos similares son los que llevaron el 16 de julio a la detención en Villaviencio del presidente de la Fundación para la Defensa de los Derechos Humanos en el Oriente Colombiano, DHOC, Esmer Montilla Gutiérrez, dirigente campesino del Departamento del Meta, junto con los también dirigentes sociales, Ramiro Atehortua, Ingrid Pinilla y Samuel Rojas.
Según el rebuscado argumento de la Fiscalía, los líderes campesinos presuntamente habrían instigado a la retención de soldados de la Séptima Brigada del Ejército, infiltrados en una de las marchas del Paro Agrario de 2013. Los hechos, acaecidos en Pipiral, Meta, fueron suficientes para que Montilla Gutiérrez y los demás dirigentes permanezcan hasta el día de hoy en la cárcel.
Lo que demuestran estos hechos son la persecución represiva de las instituciones del Estado contra los movimientos sociales y la ciudadanía.
Nada ayuda a la paz y a la reconciliación del país llevar a cabo estos montajes judiciales y persecuciones políticas contra quienes piensan diferente.
Desde la Delegación de Paz de las FARC - EP queremos denunciar y condenar estos atropellos contra líderes del movimiento social,y a la vez manifestar nuestro rotundo rechazo a estas prácticas represivas que ya debieran estar en el basurero de la historia. El mundo de hoy reclama libertad y respeto por la protesta social a favor de la verdadera democracia.
Hacemos un llamado por la libertad inmediata de Feliciano Valencia, de Esmer Montilla Gutiérrez y de todos los colectivos de prisioneras y prisioneros políticos que permanecen en las cárceles de Colombia por el simple hecho de organizarse para luchar por un país mejor para todas y todos.
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