Entre el mes de la Herencia Hispana y las deportaciones (Crónicas de una Inquilina) Por Ilka Oliva Corado @ilkaolivacorado Aunque parezca increíble y sea el colmo de la doble moral del gobierno estadounidense, existe el ...

Entre el mes de la Herencia Hispana y las deportaciones (Crónicas de una Inquilina)

Mes Herencia Hispana 2015

Ilka Oliva Corado

Por Ilka Oliva Corado

@ilkaolivacorado

Aunque parezca increíble y sea el colmo de la doble moral del gobierno estadounidense, existe el mes de la Herencia Hispana, tan aclamado y tan bien recibido como las propias deportaciones de indocumentados. Los mismos estadounidenses que celebran con cervezas Corona, tacos y mariachis (ya que, como sabemos, creen que México es Latinoamérica) el Orgullo Hispano son los que aplauden las deportaciones.

Se originó en 1968 cuando el presidente Lyndon Johnson proclamó por primera vez la Semana Nacional de la Herencia Hispana, comenzando el 15 de septiembre debido a que ese día celebran su independencia los países centroamericanos, seguidos por México y Chile.

En 1988 el presidente Ronald Reagan fijó por ley que la celebración se extendería a un mes, del 15 de septiembre al 15 de octubre, ya que el 12 de octubre fue el descubrimiento de América por Cristóbal Colón (válgame….) El descarado de Reagan mientras hacía estragos en Latinoamérica conmemoraba el mes de la Herencia Hispana en su país. Por supuesto que los latinoamericanos en Estados Unidos tienen a Reagan como un santo, solo falta que lo hagan una imagen de veneración y asistan en romerías a besarle los pies, a ponerle candelas y a dejarle regalos de agradecimiento por la Amnistía. Desconocen por completo que la Amnistía fue una burla, que está teñida de sangre, de saqueos, de torturas y desapariciones forzadas en esa Latinoamérica que él decidió celebrar durante un mes. Curioso cómo funciona eso de pan y circo.

Se dice que es para celebrar a los migrantes y estadounidenses de raíces españolas, mexicanas, centroamericanas, suramericanas y caribeñas. Una celebración muy parecida a la del 5 de Mayo. Por supuesto, también en las escuelas celebran el mes de la Herencia Hispana aunque los niños estadounidenses cuando llegan a sus casas tratan con la punta del zapato a la empleada doméstica que es latinoamericana. Cuando van a los parques no juegan con niños de origen latino porque son “distintos a ellos” siguiendo al pie de la letra las indicaciones de sus padres infestados de xenofobia. Estadounidenses que piensan que Puerto Vallarta es todo México y que todo el tiempo está de fiesta “de Spring Break.”

Estadounidenses que nos ven a las mujeres latinas como sexo exótico y limpia baños y no como personas. Que cuando ven a un latino le dicen “¡ hola amigo, cerveza, fiesta !” pero que lo explotan laboralmente, no lo ve como ser humano y está de acuerdo en las deportaciones masivas.

En Estados Unidos aunque es un país donde convergen distintas culturas, razas y etnias del mundo, sigue discriminando ferozmente a la latina y a la africana. La policía asesina inmigrantes latinos indocumentados en mayor cantidad que afrodescendientes. De pronto, por ahí salta a la luz un caso de “color” que detona y forma olas de una o dos semanas en los medios de comunicación y en la comunidad afro en Estados Unidos, pero de los casos de latinos no se habla, no interesan ni a los medios de comunicación de habla hispana, ni a la comunidad latina “legal” que, por tener documentos, se cree anglosajona y piensa y actúa como tal. A pesar de ser multicultural y multiétnica, no hay tejido social, las distintas comunidades culturales siguen viviendo en pequeñas islas dentro de esta gran nación. La más conocida es la latina por la cercanía con la región y la cantidad de migrantes, pero se conoce solamente la “fiesta y el concepto de sexo exótico”. No su capacidad creadora, su inteligencia, su humanidad. Nunca nos reconocerán como tal. Nos siguen viendo como ignorantes, prehistóricos que nos alucinamos con su “primer mundo”. Un primer mundo de porquería, de consumismo y destrucción. Eso representa el capitalismo: destrucción. Estados Unidos de lejos se ve “cool” y atrae, hay que vivirlo desde la entraña para ver de qué está hecho y entender por qué es tan importante defender el proyecto socialista de los países progresistas.

Aunque gran parte de la comunidad indocumentada cae en la telaraña de la celebración del Mes del Orgullo Hispano, la que se da banquete es esa clase media latinoamericana que migró gracias a la traición que hizo a sus pueblos. Hablo de esos que estuvieron participando directamente de invasiones estadounidenses, de torturas, dictaduras; esa gente que, por no enviar un telegrama a tiempo, se ganó la ciudadanía, una casa, un automóvil del año y una cuenta bancaria jugosa; esa gente que, por pilotear un helicóptero que ametralló poblados, se ganó un título universitario en Estados Unidos y da clases en universidades, tiene puestos políticos en el país. Esa gente que, por ser ojete, tiene organizaciones de “ayuda humanitaria” a sus países de origen y se embolsa a manos llenas todo el dinero que, de buena fe, les depositan personas que sí creen en la reconstrucción social del mundo.

Hablo de esa partida de pestes que, por desgracia, son latinoamericanas y que explotan económica y emocionalmente a los indocumentados. Hablo de gente que tiene bajo su mando las tan famosas Cívicas Latinoamericanas. Gente que se apropia de la cultura, del folklore para sangrar a sus paisanos. Este mes es el propicio. El mes de la Herencia Hispana es cuando aprovechan para exprimir las almas acongojadas de los que migran a fuerza. Hacen su agosto en septiembre. Son estas piltrafas, las que hacen del Mes de la Herencia Hispana el más grande de los engaños emocionales.

Y están en todas las esferas. Para dar un pequeño detalle vemos a todos estos “artistas” que pueblan la Casa Blanca y van a lamerle los zapatos a los presidentes de turno, le cantan, le bailan, le sirven la comida y brindan por el orgullo de ser desleales. Los que asisten, claro está, están en contra de los países progresistas y desde aquí contribuyen económicamente, y con todo lo que puedan al bombardeo de la mediatización que le muestra a la sociedad internacional lo que Estados Unidos y las oligarquías latinoamericanas quieren. Y les dan premios, menciones honoríficas, medallas, los alcaldes les entregan las llaves de las ciudades, todo por ser conspiradores.

Este Mes del Orgullo Hispano es para ellos, para los que traicionan su origen y su tierra.

¿Quiénes organizan? Al mando los cubanos disidentes, esos infestados de plutocracia que son capaces de despedazar la dignidad de Cuba para venderla a los mercenarios capitalistas. Les siguen las marionetas conformadas por los clase media que migraron gracias a la traición y que aquí son millonarios.

Ese Mes de la Herencia Hispana es toda una Caja de Pandora. Una olla de grillos. Escuchar a Obama cuando proclama el inicio del Mes de la Hispanidad realmente conmueve. De pronto se le cree lo del Nobel de la Paz, dice cosas tan lindas, tan humanas, que llaman al engaño de las emociones y los sentimientos. Mientras se le escucha muy bien, se olvida que ha sido el presidente que más indocumentados ha deportado en la historia del país. Que lleva en la horchata que tiene por sangre la invasión a Irak, a Siria, el Decreto que anuncia que muere de ganas de invadir a Venezuela. Los innumerables golpes blandos a Latinoamérica. Que inventó la crisis de los niños migrantes para crear el Plan Frontera Sur y el Maya - Chortí, que abarca desde el río Bravo hasta la frontera con Honduras, en busca de criminalizar a los migrantes que se ven forzados a arriesgar la vida para llegar a esta cloaca que les han dicho que es donde los sueños se hacen realidad. Que fingió dar una Acción Ejecutiva. Que después de utilizar a los niños migrantes para llevar a cabo su maléfico plan migratorio desde Centroamérica, ahora los está deportando.

En el mes de la Herencia Hispana mientras multitudes celebran su pijeado patriotismo, ese nacionalismo insustancial, ese accidente geográfico, entre la nostalgia y la cruda realidad, otros llenan sus cuentas bancarias, compran casas y cambian sus autos de último modelo gracias a la inocencia de los corazones rotos. Mientras unos lloran su origen con felicidad y añoranza, la Migra aprovecha para las redadas masivas y enviar como bultos empaquetados en un avión de carga a los latinoamericanos que están “infestando” su glamour anglosajón con esa piel oscura, con esas espaldas bien trabajadas, con las miradas cansadas y con el latir de un corazón milenario que, en cualquier lugar del mundo, retumba en eco de Pueblos Originarios de Latinoamérica. No, no necesitamos un mes para honrar nuestra herencia, lo hacemos todos los días con nuestro actuar consecuente y honrado desde cualquier lugar del mundo donde se encuentre un latinoamericano. (Socialista, por supuesto).

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