Pedro Maigdel, 23 años y albañil que fue torturado hasta la muerte por fuerzas paramilitares el 25 - 26 de julio de 2009, asesinato cometido, según los organismos de derechos humanos, por órganos del Estado cuatro semanas después el golpe militar, condenado por la OEA, ONU y todo el mundo. Pero en Honduras los medios de comunicación, como el Canal 10 y su director Rodrigo Wong Arévalo, fue considerado como un acto legal.
Foto: Miriam Emanuelsson
Por Dick Emanuelsson
En Honduras ha surgido una ofensiva contra la oposición política debido a las denuncias de corrupción y los muertos causados en el Seguro Social. Los victimarios se vuelven víctimas.
Se ha desatado toda una campaña contra los denunciantes de la corrupción en vez de dirigir los esfuerzos contra los responsables de la muerte de aproximadamente 3.000 hondureños, víctimas por falta de medicina y asistencia médica. Los medios de comunicación juegan el papel central en esa campaña, el mismo papel que jugaron para preparar el terreno político e ideológico para el Golpe de Estado Militar del 28 de junio de 2009.
El presidente Manuel Zelaya fue derrocado por políticos, medios de derecha y militares hondureños aquel día fatal y dramático. Ahora es acusado por Rodrigo Wong Arévalo, director del Canal 10, por haber introducido en Honduras, en el 2008, “la lucha de clases”, como decía en su editorial (1) ayer, 21 de septiembre y con ella promueve “la Cultura de Odio”.
¿No ha habido “lucha de clases” en Honduras antes el año 2008?
EL DIRECTOR DE CANAL 10 no es solamente quién emite esa acusación; los otros medios que el 29 de junio de 2009 también aplaudieron cuando los generales sacaron sus aviones de guerra para sobrevolar las casas de la capital hondureña, si bien no se expresaron con las mismas palabras contra el ex presidente, lo hicieron más o menos en la misma dirección.
Esta vez se dirigen más hacía la Resistencia y su brazo político, el Partido Libertad y Refundación (Libre) que surgieron como una consecuencia y expresión popular lógica contra la violencia de los golpistas de 2009 y el Post-Golpe. Pero en el mismo coro, “contra el odio”, están todos los rostros mediáticos conocidos desde “el Día D del Golpe”.
Wong Arévalo no es cualquier bruto. Al contrario. El “Chino Cochino”, como lo tildan en la Resistencia, es un señor educado y culto que por supuesto conoce perfectamente la historia de la nación centroamericana.
Pero es un vocero de las clases dominantes que siempre han defendido el sistema. Es un represente de la extrema derecha latinoamericana que abraza a el ex mandatario Álvaro Uribe en su programas, que habla maravillas de los Estado Unidos pese a su Hoja de Vida de genocida.
Pero resulta un poco insólito que Wong Arévalo inventa que la lucha de clases comenzó el 2008 con el gobierno liberal de Manuel Zelaya.
EN 1954 SE REVENTÓ LA SITUACIÓN en Honduras. Decenas de miles de obreros bananeros se declararon en huelga general en las plantaciones de Standard Fruit Co. (posteriormente Chiquita). La situación de trabajo y de vivienda para el proletariado bananero era totalmente infrahumana, así lo describe el legendario escritor y comunista Ramón Maya Amador en su histórico libro "Prisión Verde" (1950). Era justamente una "prisión" bajo la batuta de la empresa estadounidense.
Explotó el odio de clase que fue canalizado en lucha sindical y política, no solo en las fincas bananeras sino en todo el mercado laboral y la sociedad hondureña. Los sindicatos nacieron en todo el país como organización de defensa de los trabajadores frente a la explotación brutal capitalista.
Fue tan grande el impacto de la lucha obrera que con su unidad y organización consiguió una de las legislaciones laborales más avanzadas de Centroamérica, esa parte del continente que los gringos consideraban y consideran como su “patio trasero”, en una nación a la que sentían y humillaban como su “República Bananera”.
Los políticos del congreso nacional de esa época eran presas fáciles para las empresas gringas y extranjeras. O, como decía Samuel Zemurray, presidente de la United Fruit Company: "En Honduras es más barato comprar un diputado que un burro".
Y con esa mentalidad explotaba y esclavizaba Zemurray y los demás "Negreros" capitalistas a los trabajadores hondureños.
Ramón Maya Amador escribió otro libro, que es mi favorito, "Constructores" (1958) que describe detalladamente como surgieron los nuevos sindicatos en Tegucigalpa. La confrontación entre capital y trabajo es el hilo que confirma las palabras de Carlos Marx y Federico Engels en "El Manifiesto Comunista", escrito en 1848: “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases”.
Lo que desea señor Wong Arévalo es el mismo deseo que tenía Francis Fukuyama hace 25 años. Los dos están tristes porque la lucha de clases está más vigente que nunca y por ende, también las ideologías.
EN EL 2004 ENTREVISTÉ A UN EX OBRERO BANANERO en Progreso, quien detallaba que se encontró frente a un dilema muy difícil de aceptar ya que trabajó durante décadas para la empresa bananera limpiando los diques de las plantaciones llenos de vegetación y pesticidas. El veneno que manipulaba se alojó por las vías urinarias contaminando su pene. La opción a la que podía acceder para no morir era la amputación de su miembro viril y no hubo otra alternativa, pese a que el hombre estaba en la plenitud de su edad reproductiva.
Varios miles de obreros fueron envenenados en las fincas bananeras de Standard Fruit Co por la sustancia pesticida Nemangón. La empresa ofreció a cada trabajador enfermo que corriera peligro de muerte, 125 U$S como compensación. A cambio debían firmar que en el futuro no habrían de levantar ninguna demanda contra la empresa. Ya no quedan muchos obreros vivos y los que sobreviven están más muertos que vivos.
Las empresas como Chiquita y Dole dilatan los procesos esperando la muerte de los que aún sobreviven.
¿Qué sentimientos provocan estos antecedentes en un ser humano? ¿Odio?
¿Qué sentimientos provoca ver un muchacho de 18 años, Isis Obed Murillo, víctima de la bala de un francotirador del Ejército que disparó desde la base de la aviación hondureña el 5 de julio de 2009, cuando medio millón de ciudadanos rodearon el aeropuerto de Tegucigalpa para recibir al derrocado presidente Zelaya? El cardenal, que ahora también se suma al coro “Contra la Cultura del Odio”, advertía cada diez minutos en cadena nacional en los medios, el día antes y el día de la esperada llegada del derrocado presidente al aeropuerto de la capital, de “no causar un baño de sangre”. Es decir, si regresara el presidente Zelaya a su propia patria, el pueblo tendría que asumir las consecuencias en forma sangrienta.
¿Quién amenazaba con derramar sangre causando odio entre los hondureños?
¿Qué sentimientos tienen los niños huérfanos de los más de 130 campesinos asesinados por fuerzas paramilitares al servicio a los terratenientes de la palma africana en el Bajo Aguán?
¿O los profesores, periodistas y estudiantes asesinados por pertenecer a las masas populares de la Resistencia hondureña?
Rodrigo Wong Arévalo promueve la cultura del odio todos los días en su canal, que incluso fue regalado por el ex presidente Zelaya, dice el director de Radio y TV - Globo, David Romero. Es respaldado por mucha gente en el sentido que en el Canal 10 y su director ven un representante con obsesión y odio ciego contra Manuel Zelaya y todo lo que huela a progresismo en Honduras.
EN EL MES DE OCTUBRE DEL 2011, los integrantes de la junta sindical que unos treinta afiliados de los periodistas y camarógrafos habían elegido en Canal 10 para representarlos ante su patrón, fueron despedidos. Entrevistamos (2) a varios de ellos el día siguiente frente a “Las Torres de Libertad”, como ha bautizado el director su sede del canal. Sus detractores, por su lado, las llaman “Las Torres del Maldad”.
Contaban que el sindicato tuvo dos días de existencia después de haber presentado la lista de los compañeros elegidos y los afiliados ante el Ministerio de Trabajo. Duraron dos días en sus cargos y fueron despedidos inmediatamente y el sindicato terminó enterrado por el director del canal.
Entrevistamos también al señor Wong que, muy irritado, se defendía con el argumento que los dirigentes sindicales habían procedido en forma no correcta ante el Ministerio de Trabajo.
Después de ese instante, todos los periodistas del Canal 10 sabían que mencionar la palabra “sindicato” era sinónimo de despido.
¿Qué sentimientos provoca tal hecho en los afectados, Sr. Wong?
¿Quién abrió realmente las puertas del odio, Sr. Wong?
DICEN LOS DUROS CRÍTICOS del señor Wong Arévalo que es una herramienta barata para la cúpula del poder en el país, una logia neoliberal que tiene sus raíces desde la década de los ' 80. En esa época violenta y de guerra en Centroamérica actuaba la APROH (Asociación para el Progreso de Honduras), creada con personería jurídica el 10 de enero de 1983.
“Durante casi dos años, la APROH complementó y asesoró al Estado; elaboró los principales documentos económicos y políticos del gobierno, entre ellos el informe presentado a la Comisión Kissinger. Incluso en septiembre de 1983, propuso a Kissinger que Estados Unidos invadiera a Nicaragua (sandinista). La APROH representó una visión global del país enmarcada en una perspectiva neoliberal y seguridad nacional. En este contexto, es que en la segunda mitad de 1983, propuso organizar 125.000 familias sin tierras en cooperativas agroforestales, bajo régimen militar obligatorio, por lo tanto, bajo el control y la autoridad de las fuerzas armadas”, escribe el escritor Juan Arancibia en su libro "Honduras un Estado Nacional".
APROH ERA MÁS GRINGO QUE LOS GRINGOS y "habría sugerido a la Comisión Kissinger de convertir a Honduras en Protectorado o en Estado Libre Asociado. Aunque señalaba que ello no era compatible con la idiosincrasia hondureña, se proponía como una posibilidad extrema para salvar el sistema. En el fondo, se sugería que era preferible la desaparición de Honduras como país independiente, antes que la ocurrencia de una transformación revolucionaría", escribe Arancibia
Según el autor, la propuesta de APROH perseguía tres objetivos que coinciden casi idénticamente con la política de "seguridad democrática" de Álvaro Uribe en Colombia en su tarea de crear una "red de informantes y cooperantes" o la red "Guardabosques", que no son otras cosas que aprovechar la miseria en el campo colombiano pagando a los campesinos 150 dólares para que vuelvan sapos a las fuerzas militares en su guerra contra la insurgencia. Arancibia describe los objetivos de APROH:
• Organizar a familias sin tierras para manejarlas políticamente y transformarlas en futuras patrullas civiles (como en Guatemala en esa época) que sirvieran para el control de la población. Además, se eliminaba de paso el problema social y político que representaban los campesinos sin tierras.
• Aumentar la producción maderera y mejorar el cuidado del bosque.
• Crear barreras sociales y políticas al eventual desarrollo de organizaciones político-militares, que pretendieran usar los bosques como retaguardia y conquistar a los campesinos sin tierra como su base social.
En la cúpula de APROH de 1983 se encontraban casi los mismos personajes hondureños que son los integrantes del verdadero Poder Fáctico de Honduras de hoy. Estos personajes representan los dos partidos del bipartidismo histórico, roto por la fundación de la Resistencia&Libre, las cúpulas de las iglesias Católica y Evangélica, los más importantes generales de las FF. AA., los grandes empresarios y los personajes de los medios de comunicación corporativos que actúa y promueve ayer como hoy "la Cultura del Odio".
El Escuadrón de la Muerte en la década de los ' 80, "El Batallón 3 - 16", dirigido por el general Gustavo Álvarez Martínez hoy tiene su heridor con otro nombre.
NOTAS:
[1] Editorial el 21 de septiembre de 2015, Abriendo Brecha: https://youtu.be/glhfIiuY1fc
[2] Ver la entrevista con los despedidos del Canal 10: https://vimeo.com/30650033
VIDEO / HONDURAS / GOLPE DE ESTADO
El asesinato de Pedro Maigdel, Alauca 25 - 26 de julio de 2009
GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS
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