Macri y la banalización de la palabra Por Gustavo Robles Mi pibe, Maxi, 27 años, se quedó otra vez sin laburo. Exactamente el día posterior al veto macrista "en favor de...

Macri y la banalización de la palabra

Macri - Veto Antidespidos

Gustavo Robles

Por Gustavo Robles

Mi pibe, Maxi, 27 años, se quedó otra vez sin laburo.

Exactamente el día posterior al veto macrista "en favor de los trabajadores".

Digo "otra vez" porque ya justamente el 10 de diciembre pasado (¿qué casualidad, no?), lo despidieron de Claro, donde había trabajado 5 años, sin ninguna justificación más que la famosa "reestructuración" a la que apelan los patrones para defecarse en los trabajadores. Maxi cayó en la volteada, al igual que decenas de sus compañeros. Les pagaron el 66% de lo que corresponde. Para cobrar el resto, deben apelar a instancias judiciales, con todo lo que ello implica. El patrón fuma, el asalariado desespera.

Por cuatro meses vivió la angustia de todo desocupado. Tiró currículums por todos lados, hasta que en abril lo tomaron en Día, por menos de la mitad de lo que ganaba en su trabajo anterior. Contratado, a prueba, por tres meses, esa maldita herramienta de la patronal avalada por todos los gobiernos desde hace décadas, y que nadie parece querer cambiar, excepto los "locos de la izquierda". Pues bien, como he dicho, el día posterior al veto macrista a la ley antidespidos, Maxi fue despedido, antes de que se cumplieran los tres meses de prueba (en realidad, llevaba 45 días), junto con todos los chicos que entraron en su camada. Decenas y decenas.

Además, Día ni les manda telegrama, se los comunica de palabra. Cuando muchos de los chicos no se presentan porque les han dicho que están despedidos, luego encima no les pagan "por abandono de labor".

Así de lacras son los patrones, esos que Macri quiere liberar de todo peso de control estatal.

Maxi es uno de los más de 150.000 seres humanos despedidos durante estos meses nefastos del gobierno fascista del contrabandeador de autopartes. Historias de angustia, desesperación y humillación. Historias de pobreza que Cambiemos niega, tal cual acusaba al gobierno anterior.

La realidad suele darle a las palabras el lugar que les corresponde. A las de la bestia presidencial, el de la letrina de la política y la historia, al mismo tiempo que las pronuncia.

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