OPINION - EXCEPCIÓN SANITARIA PERMANENTE, POR GABRIEL GARCÍA DE ANDREIS SUMARIO 1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - EDITORIAL DE TEJEDOR DE REDES - EXCEPCIÓN SANITARIA PERMANENTE, POR GABRIEL GARCÍA DE AND...

OPINION - EXCEPCIÓN SANITARIA PERMANENTE, POR GABRIEL GARCÍA DE ANDREIS

SUMARIO

1 - ARGENTINA, BUENOS AIRES: OPINIÓN - EDITORIAL DE TEJEDOR DE REDES - EXCEPCIÓN SANITARIA PERMANENTE, POR GABRIEL GARCÍA DE ANDREIS.


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From: Tejedor de Redes

Sent: Saturday, July 11, 2009 8:31 PM

To: GACETILLAS ARGENTINAS - REDACCIÓN

Subject: EDITORIAL DE TEJEDOR DE REDES - EXCEPCIÓN SANITARIA PERMANENTE, POR GABRIEL GARCÍA DE ANDREIS

Excepción Sanitaria Permanente

Por Gabriel García De Andreis

Aunque la semana pasada decíamos que la aparición de Juan Manzur como Ministro de Salud de la Nación nos traía el fuerte recuerdo de la crisis de 2001 y 2002, teniendo en cuenta la lógica de las soluciones repetidas, con la fuerte impresión, no sólo de que esta historia ya la habíamos vivido, sino que se trataba siempre de la misma receta para resolver los problemas, es decir, dineros públicos en el sector privado, no podíamos imaginar que al terminar la primera reunión del ministro con el COFESA, nos iba a estar diciendo en conferencia de prensa que la herramienta política que es la medida excepcional de decretar la emergencia sanitaria ya estaba declarada..., pero justamente desde el 2002 !!!

La verdad es que consigue sorprendernos, pero no porque sea imprevisibles, sino porque exageran aún hasta nuestras previsiones.

Al decir que el decreto de emergencia sanitaria ya estaba, se refiere a la continuidad de los efectos del decreto número 486/2002, que estableció poderes especiales para el ministro de salud Ginés Gonzales García, en el marco de la crisis política y financiera, que tuvo consecuencias que todos recordamos, y que por eso y porque ya lo dijimos la semana pasada, no volveremos a repetir. Sin embargo, vale la pena decir que, si los considerandos de aquel decreto no hace mención alguna a que hubiera algún tipo de enfermedad epidémica, o pandémica, sí hacía fuerte referencia a la crisis financiera, y especialmente a la de las obras sociales. De movida, decir que aquel decreto es el marco jurídico para el establecimiento de medidas excepcionales de movilización de recursos económicos para la situación actual es prácticamente una confesión de parte.

Si pasamos de los considerandos a la declaración propiamente dicha, advertimos que su artículo primero tiene un carácter general en términos de garantizar a la población argentina el acceso a los bienes y servicios básicos para la conservación de la salud, fundamentado en cuatro incisos que siguen, de los cuales uno se refiere al restablecimiento del suministro de medicamentos e insumos en las instituciones públicas, que en la situación actual no sabíamos que se hubieran restado, dos de ellos se refiere al flujo necesario de medicamentos, y el cuarto a garantizar el buen funcionamiento del sistema de salud de los jubilados y de las obras sociales. Restablecimiento del servicio publico, medicamentos y obras sociales. Sólo el tercer inciso hace una referencia al tratamiento de infecciosas, en el marco del acceso a los medicamentos, como ya dijimos.

Luego vienen las atribuciones tanto del ministro de la nación como del COFESA, que son amplias en cuanto al poder de compra de medicamentos, insumos y contrataciones. Y luego, y esto es importante según pensamos, aunque no lo desarrollaremos en la brevedad de las líneas de hoy, explicita con claridad las medidas que dirigieron en su momento los capitales estatales hacia la compra de medicamentos a los mismos proveedores de siempre, la retracción de la oferta prestacional en beneficio de salvaguardar las arcas de las obras sociales, y un beneficio impositivo para el subsector privado durante cinco años.

Es que queremos aprovechar los minutos que nos quedan, y por eso nuestra premura, a riesgo de sintetizar demasiado, aunque no nos hacemos ilusiones de que no tendremos oportunidad y necesidad de retomar este análisis, para señalar yo no sé si la levedad con que el ministro puede decir que la emergencia sanitaria es un hecho administrativo, y nada más, o si es que es otra estrategia para ocultar como lo ha hecho con artilugios matemáticos el indice de mortalidad infantil en Tucumán y ahora con la cantidad de infectados.

Un decreto de emergencia sanitaria es un instrumento político de tal magnitud, que puede hacer que un ministro decida renunciar por carecer de poder para ejercer su función. Insistir en la escena de “luego les voy a dejar los papeles que muestran cómo fue evolucionando el decreto año a año para llegar hasta acá”, como vimos en la conferencia de prensa, es hacerse el boludo o tomarnos por boludos o ambas asimetrías a la vez (voto a lutz ferrando), disfrazando la verdadera cualidad de la especie, haciéndola parecer un trámite. Ocultando y revelando a la vez la marca de continuidad duhaldistas, pervirtiendo el uso del concepto y la herramienta de la emergencia sanitaria, que solo sirvió en el espejo obligado del 2002 para comprar medicamentos, favorecer obras sociales y prepagas y eximir de impuestos durante cinco años al subsector privado.

Y si ya hemos señalado que situar el contexto actual en el de la emergencia sanitaria del 2002 es una confesión de parte respecto de en qué están pensando ahora, en medio de una crisis que en dos o tres semanas más será historia, pero que intenta dejar marcas políticas, instrumentos y líneas que seguirán por bastante tiempo, mucho más grave parece el efecto simbólico de tales afirmaciones.

Es posible naturalizar que se vive en estado de emergencia sanitaria durante siete años?! Pero mucho más grave aún, es posible sostener el estado de excepción que supone el poder de un ministro durante siete años, sin homologarlo a un estado de excepción permanente?

No creo que haga falta recordar cuales han sido las consecuencias que en Latinoamérica han tenido la puesta en marcha de estados de excepción permanente, mucho menos en tiempos en que la convivencia mediática nos puso a hacer zapping entre la conferencia de prensa del ministro y el aterrizaje fallido del presidente de Honduras.

El propio Giorgio Agamben nos da pie para la reflexión final: El ejercicio regular y sistemático del estado de excepción permanente conduce necesariamente a la liquidación de la democracia.

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