Por Manuel E. Yepe *
Foto: Virgilio Ponce
“Los desafíos que existen entre La Habana y Washington reflejan una relación muy asimétrica en términos de escala, recursos y energía. Pero, después de más de 56 años, esta confrontación desigual -por increíble que pueda parecer- no trajo el fracaso de la experiencia cubana. Desde ahora solo vamos a presenciar la continuación de esta confrontación, pero esperemos que sea bajo diferentes reglas de combate.”
Tal es la conclusión a que llega el periodista cubano radicado en Estados Unidos Domingo Amuchástegui, tras un documentado análisis de los anuncios simultáneos hechos en sus respectivos países el 17 de diciembre del año que culmina por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, y la amplia repercusión que éstos han tenido, tanto en los dos países como en el ámbito global.
Tras años de sistemática negativa, la administración Obama cedió al intercambio de prisioneros que las autoridades cubanas, una y otra vez, habían ofrecido tanto públicamente como en privado. Washington insistía en imponer la liberación incondicional de Allan Gross, presentado como víctima inocente de una detención ilegal cuando, como judío, trataba de ayudar a que los judíos en Cuba tuvieran acceso a tecnologías de la información.
El periodista estadounidense Tracey Eaton reveló en detalle cómo, plenamente consciente de los muchos riesgos involucrados, Gross prestaba servicios en el programa de “cambio de régimen” que USAID implementaba en Cuba, distribuyendo sofisticadas tecnologías a elementos contrarrevolucionarios en Cuba. La pequeña comunidad judía de Cuba -que recibe todo tipo de asistencia de las instituciones judías del Reino Unido, Canadá e Israel- por boca de sus líderes negó enérgicamente cualquier conexión con Gross.
Pero el intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Cuba, es tan sólo una pequeño parte de lo que fue anunciado, señala Amuchástegui. “La administración Obama estaba lista para iniciar un proceso de normalización con su enemigo permanente para más de 56 años después de una serie de exitosas gestiones durante 18 meses en que los funcionarios de ambos países se reunieron en Canadá y en el Vaticano, con el patrocinio efectivo del Papa Francisco y las autoridades canadienses, habían llegado a un entendimiento sobre los medios y formas de llegar a esa normalización. El día anterior al anuncio, los presidentes Obama y Raúl Castro hablaron durante 45 minutos”.
Las iniciativas claves de Obama, según el periodista, implican:
a. Establecer relaciones diplomáticas normales;
b. Abrir una embajada en La Habana;
c. Pedir al Secretario de Estado, John Kerry, que revise y considere la retirada de Cuba de la lista de Estados patrocinadores de terrorismo;
d. Adoptar las medidas necesarias al objetivo de levantar el embargo de Estados Unidos, incluyendo la pronta implementación de medidas a través de los Departamentos del Tesoro y de Comercio para permitir todo tipo de operaciones financieras y las transacciones comerciales;
e. Ampliación de las doce categorías de licencias vigentes, para ampliar los contactos pueblo a pueblo;
f. Cooperar con las autoridades cubanas en varios campos tales como la migración, la lucha contra los problemas del medio ambientales, el tráfico de drogas y los desastres naturales, el tráfico humano y otros;
g. Negociar con México y Cuba un acuerdo final sobre los límites y fronteras en la sección del Golfo de México donde no se ha alcanzado ningún acuerdo después de 30 años de negociaciones inútiles.
Según Amuchástegui, las repercusiones ya son muy visibles. La Unión Europea (UE) puede desechar para siempre la arcaica "Posición Común" y proceder a finalizar su nuevo marco para las relaciones normales y de cooperación con Cuba. Las amenazas, las prácticas ilegales extraterritoriales, y las multas multimillonarias a socios potenciales o reales de Cuba dentro de la UE llegarán a su fin y aquellos que estén interesados en invertir en Cuba podrán sentirse seguros y tranquilos como nunca antes, en un clima muy diferente del que se presenta para tratar con un estado que "patrocinador del terrorismo."
Por su parte, el pensador y periodista marxista estadounidense Zoltan Zaguedy, al referirse a los acuerdos presidenciales entre Cuba y Estados Unidos del presente mes de diciembre de 2014, así como a la serie de artículos editoriales publicados en las páginas del The New York Times que los precedieron, revelan cambios estratégicos en el pensar de la clase dirigente de Estados Unidos (que no es lo mismo que el gobierno o alguno de los dos partidos que se alternan en el poder en la superpotencia).
* Periodista cubano especializado en política internacional, profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa de La Habana y miembro del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz.
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