Luciano Arruga: Vamos por la verdad y la justicia Pasó ya poco más de dos meses desde el hallazgo del cuerpo de Luciano y todavía nos duele. Aquel 17 de octubre no podíamos hilar una oració...

Luciano Arruga: Vamos por la verdad y la justicia

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Pasó ya poco más de dos meses desde el hallazgo del cuerpo de Luciano y todavía nos duele. Aquel 17 de octubre no podíamos hilar una oración pero también éramos conscientes del dolor de una familia que lo buscó durante 5 años y 8 meses. En ese momento, hacer un análisis no era oportuno y era necesario intentar calmar ese dolor que no cesa a pesar del tiempo transcurrido. Sin embargo, la parafernalia de los medios comerciales en sintonía con la versión oficial apabullaron por un par de semanas después de aquel día a quienes todavía estábamos conmovidos.

Más allá de los cibermilitantes, que los hay y muchos, unas y unos cuantos pusimos el cuerpo cuando pudimos. Cosas de la vida del siglo XXI, hoy todo se transforma en mera virtualidad que, por supuesto, tampoco podemos desdeñar. Sobre todo, quienes no podemos estar siempre y a toda hora al pié del cañón. Pero ahora se impone actuar en el medio del río revuelto de la corrupción y de la impunidad aunque ello lo intenten desvirtuar desde el oficialismo.

No fue accidente, fue asesinato. Al igual que el caso de Clemente Arona en Venado Tuerto -y parecería que lo hubieran analizado para garantizar la impunidad con lo ocurrido con Lu- otra vez aparece la figurita repetida para justificar lo ocurrido y amparar a los responsables intelectuales y materiales en todos los órdenes.

Una versión que no cierra

¿Porqué apareció ahora el cuerpo? ¿A quién se le puede ocurrir que un joven torturado por la policía pueda subir los escalones de la escalera en Emilio Castro y la Avda. General Paz? ¿Quién elucubró que intentó cruzar una vía rápida como la General Paz? ¿Cómo aparece ese conductor que supuestamente lo atropelló a Luciano? ¿Porqué no se realizó el inmediato cotejo de las huellas dactilares ante una persona que estaba siendo buscada?

Preguntas y más preguntas nos surgen al intentar dar con algún indicio de lo que aconteció según la versión dada en la primera conferencia de prensa que se realizó en el CELS. Con respecto al primer interrogante, llama la atención que la aparición se diera justo al incrementarse la recompensa por algún dato que llevara al joven desaparecido en enero de 2009. No existen las casualidades. Pero la respuesta cierta todavía no la tenemos.

Los que sufrieron y sufren las consecuencias físicas y psicológicas de la tortura saben bien lo que pudo haber sucedido. Y algunas respuestas se incorporaron tras la segunda conferencia de prensa llevada a cabo el pasado 18 del corriente. Si bien nos hace ruido la intervención del CELS, hacemos nuestra la explicación clara y contundente de Vanesa: "La familia sigue denunciando el accionar de la policía bonaerense, no ha cambiado la denuncia. Nosotros no decimos que Luciano murió producto de un accidente automovilístico; decimos que Luciano llegó a ese lugar que la justicia tiene que investigar y también decimos que Luciano no cruzó de motus propio la Gral. Paz esa madrugada. Es la justicia, por supuesto, la que tiene que determinar qué ocurrió esas tres horas previas a que Luciano apareciera a las 3:20 aproximadamente la madrugada del 31 de enero, qué ocurrió esas tres horas previas en las que denunciábamos la desaparición de Luciano. Cuando Luciano aparece y cuando se empieza a tomar esas nuevas declaraciones y se empiezan a obtener nuevas pruebas, es cuando las anteriores, las que surgieron de esos cuatro años den investigación, vuelven a cobrar fuerza, cobran vida y fortaleza, y lo que hacen es fortalecer aún más nuestra hipótesis de que la policía, al menos, actuó de una forma encubridora, cómplice. Para nosotros siguen siendo los responsables principales de todo lo que Luciano vivió esa noche".

La aparición de dos nuevos testigos, el conductor del vehículo que atropelló a Luciano y un motoquero que se animó a declarar que vió una camioneta de la Bonaerense, con las balizas apagadas, a pocos metros del lugar del accidente vial, comienzan a echar luz sobre una parte de lo sucedido junto a la reconstrucción del hecho ordenada por el Juez Federal Salas. Todavía faltan deslindar las responsabilidades de quienes actuaron en el Hospital Santojanni y más preguntas podríamos hacernos seguramente.

Vamos por la verdad y la justicia

Lo desapareció el Estado. De eso no cabe duda. En vida y tras su muerte. Lo invisibilizó lo más que pudo. Solamente el empuje de los Familiares y Amigos de Luciano Arruga, con Vanesa Orieta y su madre, Mónica Alegre, pudo quebrar el manto de silencio e impunidad. No fue accidente. Fue asesinato. Conviene tenerlo claro porque este tipo de hechos continúa sucediendo en los barrios. La Bonaerense sigue usando a pibes pobres para robar. Continúa torturando y matando. O "suicidando" en las comisarías.

Terminamos el 2014 pero la lucha no terminó. Falta la verdad y la justicia. Y el 2015 lo vamos a empezar marchando por Luciano y por todas y todos los pibes asesinados en esta democracia. Aunque el dolor compartido nos lleve a derramar algunas lágrimas pero sabemos que, entre todos, podremos continuar unidos para seguir el camino iniciado en 2009.

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