Por Carlos Del Frade
(APe).- Este lunes se cumple un año de la muerte de Luis “Quiquín” Medina, uno de los narcotraficantes más poderosos que tuvo la ciudad de Rosario y que en los últimos años de su vida había desarrollado contactos en la provincia de Buenos Aires y también con algunos colombianos dedicados al gran negocio que nutre al capitalismo desde hace, por lo menos, cuatro décadas.
El lunes 30 de diciembre de 2013, el diario “La Capital”, escribió que “el ataque ocurrió cerca de las seis de la mañana a la altura de Ayolas. Mortal emboscada a tiros a un jefe narco en el acceso sur. La víctima es Luis Roberto Medina, de 42 años. Su auto fue acribillado y también murió una joven que lo acompañaba. El recibió al menos diez disparos. Un auto lo cruzó y desde otro abrieron fuego. Un especialista en camuflar negocios. Medina amasó una fortuna con actividades ilegales, pero jamás tuvo que dar respuestas a la policía y la justicia santafesinas. El último es una escalada de crímenes mafiosos. Un rasgo común en los casos más recientes en la intervención de sicarios. La jueza que no fue a la escena: María Luis Pérez Vara. “Se supone que tuvieron que seguirlo desde que subió al Citroen, porque no solía usar ese auto. Luis Medina amasó una fortuna en el campo criminal en base a sobornos a la policía y sin que el sistema penal santafesino lo tomara. La primera referencia de Medina, en 1999. Una saga de homicidios de narcos de jerarquía. La violencia de los crímenes mafiosos viene creciendo al punto que se multiplica la acción de sicarios a la luz del día y en la vía pública. Dos de estos homicidios partieron aguas, por quiénes eran las víctimas”.
Para “Clarín”, el caso fue presentado como “una seguidilla sin fin. Violencia narco en Rosario. Acribillan a balazos a un empresario y a una joven. El hombre era investigado por narcotráfico. Recibió unos 25 disparos. Tenía una agencia de autos en Rosario, aunque vivía en un country del GBA. A la mujer que lo acompañaba le pegaron tres tiros. Una saga de asesinatos con el sello de la droga. La mayor cantidad de casos está ligada a la banda de Los Monos”.
-En esta etapa de la investigación no se descarta ninguna hipótesis - sostuvo el fiscal de la causa, Carlos Covani, de acuerdo a lo que dijeron distintos medios de comunicación el último día de 2013.
Se informaban sobre “medidas y pericias para avanzar en la pesquisa del crimen de Medina. Se analizarán una notebook y celulares de la víctima. También se solicitaron imágenes de cámaras de videovigilancia. Al parecer Medina se dirigía hacia el hotel del casino donde estaba alojado y debía retirarse el domingo. Varela: “Pudieron ser conocidos”. Más de 14 tiros. “Debemos hablar sobre hechos y no sobre hipótesis”, dijo Bruschi. El jefe de la policía rosarina se refirió a las complicaciones que debe afrontar la investigación del doble homicidio ante la escasez de testigos”, agregaban las noticias.
El 2 de enero de 2014, ya los diarios hablaban del interés político sobre Luis Medina: “Investigan si un funcionario político abrió la computadora de un jefe narco asesinado. La notebook habría sido desbloqueada por un hombre del Ministerio de Gobierno. Lo que sería violación de prueba. El secretario de tecnología de la provincia, Javier Echaniz, perteneciente al ministerio de gobierno, Rubén Galassi”, informaba el diario “La Capital”. A las pocas horas, una jueza negaba “haber ordenado que un funcionario abriera la notebook de Medina. Raquel Cosgaya dice no haber habilitado a alguien del ejecutivo para ello en la causa del asesinato. Dos ministros adujeron que hubo orden judicial. “Me consultaron si podían registrar un celular. No autoricé a un funcionario del Poder Ejecutivo”, remarcaban los medios.
Un año después, la comisión que se constituyó en la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe todavía no concluyó su informe final.
Tampoco la justicia ha informado sobre los potenciales asesinos materiales y muchos menos sobre los intelectuales del crimen de Luis Medina y Justina Pérez Castelli.
No hubo, en forma paralela, ningún documento que explicara por qué Medina logró instalar cuatro empresas (Ludme, Yazmín SRL, Speranto y Argom SRL) en Rosario desde 2010 en adelante con todas las autorizaciones en regla sin que nadie preguntara por el origen del dinero.
Un año después del asesinato de Luis Medina y su joven pareja, sus familiares siguen recorriendo los juzgados ratificando sus dichos. Mientras tanto el negocio del narcotráfico continúa con su doble ritual invicto: mucho dinero en manos de delincuentes de guante blanco y sangre joven derramada en los barrios.
Fuentes: Diarios “La Capital”, “Clarín”, “La Nación”, “Rosario/12” y “El Ciudadano”, desde el 30 de diciembre de 2013 a mayo de 2014. “Ciudad blanca, crónica negra”, del autor de la crónica. Entrevistas propias.
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