OPINION - LOS NINGUNEADOS DE SIEMPRE, POR NORBERTO GANCI, DIRECTOR DE "EL CLUB DE LA PLUMA" SUMARIO   1 - ARGENTINA, CÓRDOBA: OPINIÓN - LOS NINGUNEADOS DE SIEMPRE , POR NORBERTO GANCI, DIRECTOR DE "EL CLUB D...

OPINION - LOS NINGUNEADOS DE SIEMPRE, POR NORBERTO GANCI, DIRECTOR DE "EL CLUB DE LA PLUMA"

SUMARIO

  1 - ARGENTINA, CÓRDOBA: OPINIÓN - LOS NINGUNEADOS DE SIEMPRE, POR NORBERTO GANCI, DIRECTOR DE "EL CLUB DE LA PLUMA".


1

EDITORIAL DICIEMBRE 2008 DE "EL CLUB DE LA PLUMA"

LOS NINGUNEADOS DE SIEMPRE


Tener la responsabilidad de entregar mensualmente una editorial, en algunos casos obliga someter a un profundo análisis sobre determinado tema, o un ejercicio de la transmisión lisa y llana de un pensamiento, una idea. De cualquier forma la responsabilidad no es ajena a la tarea, más allá del modo.


Hay quienes sostienen que el/la editorial debe contemplar al menos una referencia a algún tema contenido en la publicación a la que pertenece. En cambio otros afirman que el/la editorial puede centrarse en solamente plantear un punto de vista, una opinión o sugerencia, y ésta/e no necesariamente tiene que tener vinculación con temas contenidos en el resto del medio.


Todo lo anterior referido a la gráfica, que no surge de manual alguno, más bien de la diaria práctica…


Cuando se trata por ejemplo de un medio radial, algunos por lo general preparan con antelación cada palabra que habrá de ser emitida y en concordancia con los temas a desarrollar en la programación.


Hay modos, formas, códigos (algunos, como en muchos órdenes de la vida, sin ser respetados…) que se han dado con el hacer…


Creo que a la hora de encarar la tarea editorial, en el medio que sea, la autenticidad debe prevalecer; lo honesto debe primar; la franqueza debe ser la guía. Si la acción a la que me estoy refiriendo no contempla las características antes mencionadas, la misma se transforma en arma peligrosa.


Hubo editorialistas que dieron los elementos que sirvieron para “escribir la historia”, más allá de las mezquinas actitudes de quienes detentando el poder, procuraron direccionar la misma hacia la construcción de una historia deformada.


Muchos mitres, rocas y sarmientos se encargaron de tal deformación, pero no contaron con la labor de los que no doblegaron sus convicciones y dejaron a resguardo aquellos pasajes de la historia que se han pretendido ocultar. Tampoco contaron con las inquietudes nacidas en los que, con “el revisionismo” como bandera, pretenden desempolvar los rastros que han querido desaparecer.


Algo similar está ocurriendo por estos tiempos, pero con más vertiginosidad. La multiplicación y proliferación de medios de comunicación e información, vienen dando una idea casi certera de lo ocurrido hace apenas instantes, construyendo minuto a minuto la historia. Eso nos han hecho creer… Ello obliga, no solamente a munirse de la mayor cantidad de datos para reflejar en pocas palabras (editorial) los hechos, las posibles consecuencias y sus marcas hacia el futuro; obliga también a ser cautos en cuanto al reflejo de la misma realidad, ya que lo que una cámara pueda estar mostrando y/o un micrófono relatando no puede ser deformado descaradamente, la gente está en la calle, dicho groseramente… Y hablando de futuro, con toda la tecnificación que contamos, se me hace que el futuro ya está pasando… sin presente…


En relación a lo vertiginoso de “la comunicación”, desde hace tiempo nos han hecho creer que gracias a la tecnificación (Internet), el mundo está comunicado… Recuerdo que hace varios años José Saramago decía al respecto: “…Se nos dice que gracias a las nuevas tecnologías, en lo sucesivo alcanzamos las orillas de la comunicación total. La expresión es engañosa, permite creer que la totalidad de los seres humanos del planeta puede ahora comunicarse. Lamentablemente no es cierto. Apenas el 3% de la población del globo tiene acceso a una computadora, y los que utilizan Internet son aún menos numerosos. La inmensa mayoría de nuestros hermanos humanos ignora incluso la existencia de estas nuevas tecnologías.” Y remata estas afirmaciones diciendo: “…Hasta ahora no disponen todavía de las conquistas elementales de la vieja revolución industrial: agua potable, electricidad, escuela, hospital, rutas, ferrocarril, heladera, auto, etc. Si no se hace nada, la actual revolución de la información los ignorará de la misma manera”.


Toda esta cuestión tecnológica está relacionada al tema medios de comunicación y Mario Kaplun, en su libro “El Comunicador Popular” dice refiriéndose a los norteamericanos como propulsores de medios de comunicación: “…los denominaron simplemente mass media (medios masivos o de masa). Pero luego, después, para legitimarse y afirmar su prestigio, ellos mismos comenzaron a llamarse “medios de comunicación social”. Se apropiaron del término “comunicación”. Y ahí probablemente nació el equívoco”. Creo que además se apropiaron (entre otras cosas…) del término “social”.


¿Y qué tiene que ver todo esto con el/la editorial? Mucho, mucho…Se trata de para quienes estamos escribiendo, hablando, transmitiendo…No es “todo el mundo”, sólo para una pequeña porción de él. Y me surgen las preguntas: ¿somos comunicadores sociales, o simples transmisores o retransmisores de las “informaciones” que nos llegan? ¿Reflejamos “todo” lo que pasa en el mundo, o una pequeña, determinada y centralizada parte?. Lo que está ocurriendo en las zonas más remotas de Argentina, Bolivia, Continente Africano, etc. no está en los medios, ni monopólicos ni alternativos…creo… Hay muchos hechos que se ignoran en ambas formas de comunicación. Entonces, a la hora de editorializar, me parece más humano tener presente la ignorancia supina que me envuelve. Lo he hecho muchas veces y volviendo sobre mis pasos reviso y veo lo ignorante que he sido al no tener presente que gran parte de mis hermanos no leen, no escuchan, no son vistos, no son escuchados. Estamos en una pequeñísima isla intentando editorializar la vida, cuando sólo vestigios tenemos en nuestras manos.


NORBERTO GANCI

DIRECTOR "EL CLUB DE LA PLUMA"

WWW.ELCLUBDELAPLUMA.COM

elclubdelapluma@yahoo.com.ar

 

No hay comentarios. :

Publicar un comentario