Foto: Presidencia de Colombia
Por Alberto Pinzón Sánchez
Por primera vez en los últimos 50 años que llevo siguiendo la “performance” (desempeño) de J. M. Santos, estoy de acuerdo con él: La partida de naipes ha llegado a su fin.
En la última intervención (09/07/2015) durante la trasferencia de mandos militares y rodeado de la cúpula entrante; ya sin los faroles o los “blofs” que acostumbra a tener en esas ceremonias militares, con la humildad o quizás con el realismo del tahúr que al final del juego debe mostrar las cartas que tiene en la mano, Santos debió repetir y condensar de una sola vez, dos afirmaciones serias que sus dos plenipotenciarios para asuntos de la paz no supieron trasmitir (o pasaron inadvertidas) en sus entrevistas ante el oligopolio mediático contrainsurgente (OMCi) dominante en Colombia:
-Del empresario Villegas: (….) “Yo quiero aquí decirles a las FARC, a través de este reportaje, que si firmamos yo seré el primer garante de esa seguridad” (….) 28.06.2015
-Del Dr. de la Calle: (…) “No soy capaz de darle un plazo porque esa es la pregunta del millón de dólares, pero sí me parece claro que el proceso está llegando a su fin, por bien o por mal” (…..) 05/07/2015
¿A qué se debe este súbito arranque de realismo? Fundamentalmente a cuatro cosas recientemente sucedidas. Veamos:
1 - Primero, que con la llegada del empresario Villegas reconocido amigo político del ex presidente Pastrana, a la jefatura de las FFMM y el vermífugo que éste les está dando a los altos mandos militares partidarios de Uribe Vélez, Santos ha fortalecido su posición en dos aspectos fundamentales; uno, le ha quitado (además de los apoyos dentro del generalato) el gran apoyo de Pastrana al uribismo que ya empieza a mostrar su debilidad interna, (ejemplo, el debate con la ministra de educación Gina Parody) y dos, ha reducido la influencia (no profesional o golpista) dentro de las filas militares de la poderosa asociación “uribista” de militares en retiro (ACORE), reduciéndola a su real tamaño. ¿Cuál tuerca puede ahora apretar el general Bonet escarnio, cuando no pudo apretarla cuando con sus paisanos Mancuso y Jorgito 40 tenían el país a sus pies?
2 - Segundo que, según parece y por las denuncias que ha hecho sobre el fallo del Consejo de Estado, el procurador Ordoñez empieza a sentir en su propia silla y en su frondoso buró, los costos de su irracionalidad política y su fanatismo religioso.
3 - Tercero, que la respuesta de la Insurgencia guerrillera a los terroríficos bombardeos, violatorios del DIH y con los cuales el dúo diabólico Santos - Pinzón ordenó volatilizar al delegado de paz Jairo Martínez, junto con 40 jóvenes guerrilleros que escuchaban las charlas sobre la solución política al conflicto, derrumbaron ante la faz del mundo el cuento militarista y contrainsurgente de que las FARC estaban derrotadas o a “tiro de as” con el cual el Bloque de Poder Contrainsurgente (BPCi) ha justificado la guerra en Colombia durante los últimos 60 años.
Pero además las FARC y la insurgencia colombiana mostraron que, dentro del triángulo equilátero estratégico Tiempo - Espacio - Tecnología, estaban en condiciones de continuar resistiendo la ofensiva contrainsurgente todo el tiempo necesario hasta que el Bloque de Poder y su economía tras-nacionalizada colapsaran en un escenario dantesco inimaginable y nihilista de “si no hay patria para todos, no habrá patria para nadie”. Por esto todo, el mundo (dentro y fuera) ha saludado con un gran respiro el paso dado por la comandancia de las FARC de ordenar una nueva tregua unilateral, mientras nadie ha aplaudido las medidas militaristas de Santos.
4 - Cuarto, que el proceso de Unidad Popular amplia y democrática por la base y sin sectarismo (por lo menos en Bogotá), así como el avance y despliegue de la movilización popular en todo el país, empieza a preocupar al “núcleo central” del Bloque de Poder Contrainsurgente y le está limitando seriamente “los márgenes de maniobra” amplios con los que tradicionalmente contaban en las elecciones.
Finalmente, por todo esto, coincidimos con el presidente Santos en que el proceso de La Habana está llegando a su fin y para que nos entendamos lo decimos en su idioma favorito: The game is over. Solo discrepamos radicalmente con la amenaza del Dr. de la Calle en la dicotomía escolástica que nos presentó en la entrevista en comento del “por bien o por mal”, porque sencillamente no hay sino una sola posibilidad real y ésta, es por bien.
Es decir la partida debe terminar (game over) pero bien: Entregando a la sociedad colombiana, ojalá lo más pronto posible, el acuerdo firmado en La Habana de finalización del conflicto.
Fuente: Presidencia de Colombia
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